“Siempre hay que avivar el fuego de la esperanza. Y hay muchas personas y acciones que, por fortuna, nos ayudan a tenerla viva. El trabajo de ustedes, por ejemplo ;)” me escribe un día en mayo 2024 Thelma Gómez Durán, periodista de Mongabay Latam, una plataforma de periodismo ambiental independiente en Latinoamérica. Nos había entrevistado unos meses antes sobre nuestro trabajo con las especies endémicas de árboles de México para un especial sobre árboles de Latinoamérica. Habíamos mantenido contacto sobre temas relacionados a los árboles y la conservación y ese día escribimos sobre su primer artículo sobre un árbol mexicano en peligro de extinción, el palo morado. El escenario en mi ciudad, Pátzcuaro, Michoacán, aquel día pinta como nunca antes había sido el caso: una temperatura de 33°C, UV muy alto, una capa espesa de humo por diversos incendios forestales, una sequía extrema que afecta la ministración de agua a las casas y el lago ya muy contaminado, lo que pone todavía más en riesgo la sobrevivencia de sus dos especies endémicas críticamente amenazadas: el achoque y el pez blanco. Aves y murciélagos caen muertos del cielo por temperaturas hasta 50°C en la Huasteca Potosina. Monos aulladores han sido encontrados muertos en el sureste de México, donde las temperaturas igualmente alcanzaron niveles históricos. Al mismo momento, el sur de Brasil está siendo devastado por lluvias catastróficas sin precedentes. En los más de 7000 km entre México y Rio Grande do Sul, millones de humanos, comunidades y culturas, plantas y animales, bosques y selvas, montañas y glaciares, ríos, lagos y mares de una u otra manera están siendo afectados por los cambios drásticos del clima y otros impactos antropogénicos. Los valientes defensores ambientales en toda esta región, muchas veces originarios de comunidades indígenas, quienes salvaguardan sus entornos, comúnmente arriesgando su vida y patrimonio, se ven amenazados, también en México. Los académicos esperamos aportar a la conservación de los organismos que estamos estudiando y a la mitigación de los factores que los amenazan. Y aunque bien muchos difundimos y divulgamos nuestro trabajo, son los periodistas ambientales como por ejemplo Thelma y sus colegas de Mongabay quienes elaboran textos impactantes sobre temas actuales. Para entender mejor su trabajo, cambiamos roles y entrevisto a la periodista.
—¿Cuál es su fuerza motriz?
— “Hace más de 25 años decidí dedicarme al periodismo” escribe Thelma. “Es la herramienta que me ha permitido poner en duda, aprender, conocer, explicar y tomar decisiones. He sido muy afortunada porque he logrado seguir haciendo periodismo pese a que, desde hace años, el contexto para realizarlo no es el mejor. En todo este tiempo también he corroborado que el periodismo, como una herramienta para investigar, conocer, difundir, analizar, imaginar “otros mundos posibles” es muy necesario. Así que quizá, la respuesta corta a la pregunta es la siguiente: mi fuerza motriz es mi necedad por seguir apostando por el periodismo.”
—¿Cómo prepara sus artículos?
—“Hago un paréntesis para explicar que Mongabay es una plataforma que surgió en 1999. Su creador es Reth Butler, un matemático que decidió crear este espacio por su amor a los bosques tropicales, tal y como lo explica él mismo en un artículo que publicó a propósito de los 25 años de Mongabay. Hace ocho años, se creó Mongabay Latam. Cada periodista tiene su propio método de trabajo. En mi caso, el primer paso es elegir el tema del que voy a reportear-investigar. Realizó una pre investigación para conocer qué se ha publicado ya sobre el tema, qué enfoque se le ha dado, qué investigaciones científicas se han hecho al respecto, qué falta contar sobre ese asunto, qué es lo nuevo que puedo aportar… En caso de que se trate de un tema que requiere ser abordado desde el periodismo de investigación, trabajo en la creación de una hipótesis. Esta es la primera etapa del trabajo, después se suman otras más que incluyen el hacer solicitudes de información o bases de datos (en caso de que sea necesario), entrevistas, reporteo en campo… toda la parte del reporteo representa el 50 % del trabajo, el otro 50 % es la escritura.”
—¿Cómo selecciona los temas?
—“En el caso de Mongabay Latam, los temas se seleccionan a partir de las grandes áreas que se cubren: la situación de los bosques, océanos, áreas naturales protegidas, comunidades indígenas, especies de flora y fauna, defensores del ambiente y el territorio. Y el trabajo científico que se realiza alrededor de estas grandes temáticas.
En mi caso, los temas que elijo para trabajar como reportera son aquellos que me permiten realizar periodismo de investigación, pero también aquellos en donde puedo aportar algún dato nuevo o una visión diferente sobre el tema. Me interesa mucho evidenciar las fuerzas y actores que tienen un efecto negativo sobre los ecosistemas, pero también las acciones comunitarias y científicas que se están realizando para contrarrestar esa situación.”
—¿También recibe amenazas como los defensores ambientales que regularmente figuran en sus artículos?
—“En lo personal, no he recibido amenazas, pero mi situación es muy diferente a la de muchos colegas que realizan su trabajo y viven en las regiones en donde la violencia en contra de los periodistas y los defensores ambientales es la constante. Para disminuir lo más posible las situaciones de riesgo, realizamos protocolos de seguridad. Aun así, hay regiones tanto en México como en Latinoamérica en donde es casi imposible realizar reporteo en campo, en donde no hay condiciones de seguridad para poder ingresar, por lo que buscamos otras formas para realizar el reporteo.”
—¿Cómo mantiene la esperanza viendo de primera mano tanta destrucción ambiental y tantos conflictos socioeconómicos?
—“En mi caso, lo hago tratando de escuchar y aprender de las comunidades, defensores y científicos que apuestan por lo que mencioné arriba: imaginar “otros mundos posibles”. También lo hago tratando de aprender de la naturaleza. Y, en especial, disfrutando y aprendiendo aquello que muestra todo lo bello que el ser humano también es capaz de crear: el arte y, en especial, la música.”
Agradezco a Thelma Gómez Durán por su tiempo para contestar mis preguntas.
¿Quieres conocer historias extraordinarias y leer notas impactantes sobre el medio ambiente? Da clic en las ligas de este artículo y visita la página de Mongabay Latam: https://es.mongabay.com/
"La opinión es responsabilidad de los autores y no representa una postura institucional"
* Instituto de Ecología, A.C., Centro Regional del Bajío, Red de Diversidad Biológica del Occidente Mexicano, Pátzcuaro, Michoacán.
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