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El Plan desconexión de Israel en 2005 ¿la semilla de la guerra en Gaza?

La retórica nacionalista ultraortodoxa de Netanyahu ante la violencia de los ataques terroristas de Hamas, lo llevaron a que ganara las elecciones de 1996, convirtiéndose en el gobernante más joven

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Los ataques israelíes contra Gaza.

Los ataques israelíes contra Gaza.

EFE

La historia actual de la franja de Gaza no comenzó como se cree con el asalto del 7 de octubre de 2023 de la milicia islamista de Hamas, por eso es importante recordar que inició cuando fue ocupada ilegalmente por Israel en la Guerra de los seis días en 1967, hasta el llamado Plan de desconexión del gobierno de Ariel Sharon, ejecutado15 de agosto de 2005. Durante este periodo los diferentes bandos que componen el complejo entramado de la política israelí han mantenido posiciones encontradas sobre la anexión o no de la Franja.

En el contexto de los recientes ataques del grupo Hamas a Israel, Benjamin Netanyahu ha declarado "No permitiré que Israel repita el error de Oslo”, porque Advirtió enfáticamente: "Gaza no será Hamastán ni Fatastán". El primer ministro se refería a la parte de los acuerdos en que Israel se comprometía a dejar la Franja de Gaza y Cisjordania bajo el gobierno de una Autoridad Palestina (ANP); es decir que, según estas declaraciones, estaría reconociendo su intención de no retirarse de Gaza una vez terminada su operación de acabar con Hamas.

Pero la posición de Netanyahu no es nueva, el heredero de una familia ultraconservadora y fundacional del sionismo moderno ha mantenido desde sus inicios en la política una ferviente posición anti palestina, y claramente contraria a la solución de los dos Estados.

Después de estar varios años en el ejército israelí, Netanyahu decidió comenzar su carrera política, uniéndose al partido Likud, a través del cual llegaría en 1988 a ser viceministro de Asuntos Exteriores bajo la tutela de su mentor Moshe Arens, un sionista partidario del Gran Israel, que significa anexarse lo que se considera el territorio bíblico. En los años siguientes, seguiría ascendiendo como parte del partido ultraconservador Likud, defendiendo abiertamente la represión militar en el contexto de la intifada, y la permanencia de Israel en los territorios ocupados. Durante los acuerdos de Oslo, Netanyahu se opuso abiertamente a lo referente a la creación de un autogobierno palestino, la retirada militar israelí por fases, y a que, en cinco años, se negociaran aspectos como la jurisdicción de Jerusalén y el retorno de los desplazados. Netanyahu calificó el acuerdo de “disparate histórico", y "el puente para la destrucción de Israel".

Fue en este punto en que sus intereses convergieron con la organización islamista Hamas, que, al igual que él, se oponía al proceso de paz. Apoyado en el discurso y acciones violentas de Hamas, Netanyahu se opuso a los tratados que pretendieron llevar a la práctica lo pactado en Oslo: los Acuerdo Gaza-Jericó (El Cairo, 1994) donde fue fundada la Autoridad Nacional Palestina (ANP), el Acuerdo Preparatorio de la Transferencia de Poderes y Responsabilidades (Eretz, Gaza, agosto de 1994) y el Acuerdo de Taba (Washington, septiembre de 1995), que dio luz verde a la extensión de la autonomía palestina a los restantes núcleos urbanos de Cisjordania.

En este desacuerdo coincidió otra figura importante en la actual coyuntura israelí: se trata de Itamar Ben Gvir quien saltó a la palestra nacional cuando atacó el coche del primer ministro Yitzhak Rabin en 1995, como el mismo contó: “Llegamos a su coche y llegaremos a él también”. El ataque fue perpetrado unos días antes de que Rabin fuera asesinado por un extremista judío.

La retórica nacionalista ultraortodoxa de Netanyahu ante la violencia de los ataques terroristas de Hamas, lo llevaron a que ganara las elecciones de 1996, convirtiéndose en el gobernante más joven, nacido en Israel y con un pasado militar. Durante su gobierno echó atrás algunas de las medidas tomadas en los territorios ocupados haciendo que la autonomía de los palestinos fuera simplemente de tipo administrativo, limitando sus competencias en materia territorial. Así, Cisjordania debería permanecer bajo el control militar israelí y las restricciones a la construcción de colonias y barrios judíos, particularmente en torno a Jerusalén oriental, fueron canceladas. Netanyahu perdió en las siguientes elecciones, frente al más moderado Ariel Sharon, con quien entraría en abierta confrontación por el Plan de Desconexión de Gaza, en el que se estipulaba la retirada unilateral de Israel de la Franja.

Según Sharon el propósito del Plan era “reducir al máximo el terrorismo y otorgar a los ciudadanos israelíes el máximo nivel de seguridad”, conduciendo a los israelís a una mejora en su calidad de vida. En abril de 2005 el parlamento israelí aprobó el plan y el 15 de agosto comenzaron los primeros desalojos con el asentamiento de Gush Katif, donde varios de los colonos se negaban a partir y fueron desalojados a la fuerza por la FDI.

Para el 22 de agosto, la evacuación se había completado y comenzó la segunda fase de demolición de los 17 asentamientos que existieron en Gaza, durante días las fuerzas israelíes arrasaron miles de casas, edificios públicos, instalaciones de infraestructura y sinagogas. En Gus Katif fueron demolidas 2.530 casas y 270 residencias en el norte de Samaria. Hasta las tumbas fueron trasladadas. Y todo pese a que un documento de la ONU en 1982 sobre los asentamientos en Gaza y Cisjordania, estableció que el país ocupante sólo administra los bienes de los que es usufructuario, pero pertenecen al territorio ocupado.

. Durante la ejecución del plan se dieron diversas manifestaciones por parte de la ultraderecha que acusaban a Sharon de haber traicionado al pueblo judío, entre los más radicales detractores se encontraba el hoy ministro de finanzas Bezalel Smotrich, quien fue encarcelado por participar en una de las manifestaciones luego de encontrarle explosivos y combustible en su domicilio. Fue liberado unas semanas después.

Si bien Israel llevó a cabo la desocupación, esto no significó el respeto de la autonomía palestina, sino que a partir de este acontecimiento comenzó una nueva etapa de enfrentamientos

Como señala Donald Macintyre, aunque la desocupación “fue de hecho un precedente histórico, la paradoja fue que también marcó el comienzo de un paralizante bloqueo económico de Gaza” y el inicio de una serie de ataques militares devastadores que tienen su culminación en la actual ofensiva iniciada a raíz de los ataques del 7 de octubre.

Apenas unas semanas después de la desocupación, Israel realizó uno de los primeros bombardeos sobre la Franja, dirigidos a eliminar a dirigentes de la Yihad islámica, atacando de paso escuelas y edificios de vivienda, arguyendo, como ahora, que eran utilizados por los terroristas. A este, le siguieron decenas de ataques más que hasta 2023 habían dejado miles de muertos.

En materia económica, inició un periodo de bloqueo económico, condenando a los habitantes de la franja a depender del dinero que fluía de los países árabes, el cual, en los últimos años fue disminuyendo. Aunque algunos autores proisraelíes han afirmado que tras la desconexión Israel había dejado a los gazatíes una infraestructura económica que pudieron aprovechar, está documentado que sucedió todo lo contrario, aunque quedaron únicamente algunos invernaderos pertenecientes a los kibutz. Si bien estos fueron aprovechados por los palestinos, Israel impidió sistemáticamente la exportación de la producción palestina alegando razones de seguridad, la ONU estima que sólo el 4% de lo producido para la exportación pudo ser comercializado.

Comenzó también una nueva etapa en la política interna de la Franja, cuando Israel, permitió la entrada de millones de dólares para apoyar a la organización islamista Hamas, que comenzó a ganar popularidad frente al denostado Fatah, fundado por la Organización para la Luberación de Palestina, la OLP de Arafat. Tras las elecciones de 2006, en las que Hamas obtuvo varias diputaciones y el líder de Hamas, Ismail Haniyeh resultó vencedor, las autoridades israelíes alentaron la división desfavoreciendo a la OLP, resultando en la división de las dos grandes regiones palestinas, la Franja de Gaza, gobernada por Hamas y Cisjordania por Fatah.

Con el argumento del peligro de Hamas, Israel selló las fronteras de la Franja, sometiéndola a un continuo asedio. A pesar de que hacia la opinión pública el Plan de desconexión de Sharon tenía como intención dar autonomía a los palestinos, en la práctica esto nunca ocurrió, la Franja siguió siendo un territorio ocupado, donde los palestinos no han tenido el control sobre su territorio, fronteras, espacio aéreo y aguas territoriales.

En el contexto del conflicto actual, el futuro de la Franja se vuelve cada vez más incierto si vemos que en los altos puestos del gobierno israelí están funcionarios que durante décadas no sólo se han opuesto a la solución de los dos Estados sino que han sido firmes partidarios del Gran Israel, como los ya mencionados Ben Givi, Bezalel Smotrich, el ahora propuesto como próximo ministro de guerra Gideon Sa'ar, quien fue un gran detractor de los Acuerdos de Oslo y del Plan de desconexión, la ultraderechista y ultraconservadora Orit Strook, entre muchos otros que niegan el derecho de los palestinos a su territorio y autodeterminación. Y esa tendencia es la que ha privado sin determinación del gobierno que encabeza Netanyahu para encontrar un camino para la paz.

• (Seminario Universitario de las culturas del Medio Oriente)