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Debido a que la inflación acumulada en el último año alcanza, hasta el inicio de septiembre de 2023, el 5 por ciento, el presupuesto que el gobierno federal propone destinar en 2024 al Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) y a sus 26 Centros Públicos de Investigación (CPIs), no contiene un crecimiento en términos reales.
Un análisis hecho por “Crónica” a la propuesta de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2024 muestra que, aunque una lectura superficial podría indicar que en 2024 se recibirán mil 500 millones de pesos adicionales para el Conahcyt y los 26 Centros Públicos Conahcyt (al pasar de 31 mil 655 millones de pesos a 33 mil 170 millones), la realidad es que ese dinero sólo representa un aumento nominal 4.78 por ciento, con respecto al año anterior y una contracción de 0.22 por ciento, en términos reales, si la inflación cierra en 5 por ciento anual.
Si todavía se entra más en detalle y se separa a Conahcyt de los Centros Conahcyt, la dependencia que encabeza María Elena Álvarez-Buylla, tendría un aumento nominal de 4.5 por ciento, y si la inflación se mantiene en 5 por ciento, no habría incremento sino recorte de 0.5 por ciento, en términos reales.
Esta sería una consecuencia directa de los cambios en la legislación, puesto que en la Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación aprobada por la mayoría en el Congreso, los legisladores de Morena cambiaron el proyecto de dictamen original respecto a la regresión presupuestaria, al eliminar que el monto anual fuera inferior en “términos reales”. Éste fue cambiado por “no podrá ser inferior a lo aprobado en el ejercicio inmediato anterior”.
Pero detrás de esta insuficiencia presupuestal se encuentra el cisma financiero que ha arrastrado Conahcyt esta administración y que le ha obligado a realizar cambios en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), en el Sistema Nacional de Posgrados (SNP) y en los programas de financiamiento de investigación, especialmente los Pronaces, explica a “Crónica” Andrés Agoitia, estudiante de doctorado en ciencias biomédicas en el Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, quien ha seguido y analizado de cerca la evolución presupuestal del sector en los últimos años, junto con Brenda Valderrama, investigadora del Instituto de Biotecnología de la UNAM y ex presidenta de la Academia de Ciencias de Morelos.
El proyecto de presupuesto para Conahcyt en 2024 parece una cantidad importante, pero se destina principalmente a estos programas específicos: SNI, becas de posgrado y, en menor medida los Pronaces. Eso se lleva más del 85% del gasto del Consejo y el remanente es para gasto operativo y alguna otra convocatoria, añade. “El tema es que en ninguno de estos programas sustantivos se estima una variación real, es decir, les están dando lo mismo en esencia que lo aprobado para este año, que vimos fue insuficiente”.
Agoitia expone además que independientemente del presupuesto que se apruebe para becas u otro de estos programas, lo que se presupuesta y lo que se gasta finalmente no es necesariamente la misma cantidad, como ocurrió en este año, donde hubo una reducción del 10 por ciento de acuerdo con datos de la misma dependencia.
“Si tenemos una variación presupuestal de cero y sabemos que Conahcyt tiene un problema de insuficiencia al interior, es decir, su presupuesto no le alcanza para cubrir a cabalidad los fines de los programas, me parece que estamos en un escenario donde se anticipa una reducción al financiamiento del programa de becas, porque es lo primero que se sacrifica, es de donde mordisquean para tratar de llenar huecos del SNI y de los Pronaces”.
La Cámara de Diputados decidirá en las próximas semanas si aprueba o modifica la propuesta de presupuesto enviada el fin de semana por la Secretaría de Hacienda. Si no hacen cambios, dejarían estancado el Ramo 38, que se destina a la operación de Conahcyt, y la asignación de presupuesto a estos programas.
Los científicos que trabajan en la Secretaría de Energía podrían ser los más felices si se aprueba la propuesta de presupuesto 2024 que entregó la Secretaría de Hacienda, pues en un solo año sus recursos para investigación y desarrollo crecería 13 mil millones de pesos, es decir, 160 por ciento o cuatro veces más que lo que se dará a uno de los centros de investigación más prestigiosos y productivos del país, el Cinvestav.
Esa es una de las sorpresas que emergen al revisar detalladamente a dónde irán los 18 mil millones de pesos extra que el gobierno anuncia que dedicará a ciencia y tecnología el próximo año. Así, de los 18 mil millones de pesos extra, 13 mil irán a la Secretaría de Energía.
Es importante recordar que la totalidad del dinero que el gobierno de la República gasta en investigación científica y desarrollo tecnológico no se limita a los recursos para Conahcyt, sino que fluye por varios canales descritos en el Anexo 12 del Presupuesto de Egresos de la Federación. El Anexo 12 recibió en el año que está en curso 108 mil millones de pesos y se propone que el próximo año reciba 126 mil millones.
La cifra que ahí se señala es mucho mayor que la destinada al Ramo 38, que sólo se ocupa de Conahcyt y los Centros Conahcyt. En el Anexo 12 se puede leer lo que dedican a ciencia y tecnología todas las dependencias del gobierno federal, como la Secretaría de Salud, con sus Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad; la Secretaría de Agricultura, con las universidades e institutos especializados en agricultura, y otra decena de dependencias federales.
Al revisar detalladamente los renglones del Anexo 12, emergen hallazgos con significado: Desaparece el renglón presupuestal N00, de la Secretaría de Salud, dedicado a Servicios de Atención Psiquiátrica, al que en 2023 se destinaron 388 millones de pesos y para 2024 no tiene dinero asignado; al menos dentro del desglose del Anexo 12, donde antes aparecía.
Aunque ahora tendrá voto y estará en la Junta de Gobierno de Conahcyt, la Secretaría de Marina no tendrá ni un peso adicional para investigación científica, pues sólo invierte en su Unidad de Investigación y Desarrollo Tecnológico que en 2024 tendrá el mismo dinero que en 2023; es decir 14 millones 700 mil pesos.
Ante la insuficiencia presupuestaria, el manejo de la crisis es evitable, señala Agoitia, mediante el un ejercicio adecuado de planeación y presupuestación, así como una comunicación adecuada de cuáles son las necesidades de Conahcyt respecto a sus programas, para que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público proporcionara reasignaciones presupuestales.
“Sí hay forma de resolverlo, ¿por qué no?, es una pregunta que queda abierta a la interpretación. Pienso que las autoridades sí han o deberían haber expresado sus necesidades presupuestales, seguro están plenamente conscientes de que el SNI está sub presupuestado y año con año, desde 2016, su gasto está por encima y siempre lo resuelven con recursos extraordinarios –multas electorales, transferencias compensadas o alguna ampliación del presupuesto–, un acto de malabarismo”.
No obstante, la situación se ha agravado tanto que Conahcyt ha disminuido su presupuesto en comparación con 2015, 2016 y 2017 tanto que su capacidad de gasto disminuyó por encima del 10%, por lo que se tienen que apretar el cinturón y deben seleccionar en qué gastar para salir del apuro.
“Lo que me queda claro es que el SNI ha seguido creciendo en investigadores y gasto, no así su presupuesto, por lo que usan dinero de otros programas para llegar a fin de año; eso lo hemos visto antes y si analizamos que el proyecto no prevé un aumento real del presupuesto para el SNI, lo que vemos es la antesala para que ocurra lo mismo el año que viene: un presupuesto a bombo y platillo supuestamente para becas, que no se gastará completamente en eso”.
El académico puntualiza que estos temas están íntimamente vinculados con la nueva Ley ciencia: “los cambios numerosos a los reglamentos del SNI y a los lineamientos del SNP son medidas que para mí adquieren sentido si uno tiene conocimiento del problema presupuestal del Conahcyt, por lo que este asunto de que a mitad de convocatoria se implementaron nuevos lineamientos, aunque en narrativa se maneja una cosa, en la realidad se implementan restricciones para la implementación de becas. Eso significa: becas que no se van a asignar por un tema administrativo ajeno al estudiante, el dinero de esa beca quedará libre para ser reasignado”.
Pero ¿por qué no se ha ajustado el presupuesto de Conahcyt como se ha hecho en gobiernos anteriores? Agoitia señala que se espera que la directora de la institución tenga una buena relación con el equipo de trabajo del Presidente y con Hacienda, lo cual no se ve reflejado en el presupuesto. “De hecho, todos estos apuros ocurridos son por restricciones presupuestales de Conahcyt. ¿Qué tuvo que haber pasado para que la dependencia tuviera las puertas de Hacienda cerradas?”
– Tal vez simplemente nunca tocaron esas puertas y aceptan todo como viene.
–Eso sería muy desafortunado, una inacción. Al final, este organismo vela por el desarrollo de la ciencia, tecnología e innovación del país y para eso se necesitan asignaciones presupuestales suficientes, además de un manejo eficiente y políticas adecuadas, no obstante, Conahcyt ha quedado reducido de manera significativa en los últimos años. Haciendo estos análisis, he pensado que el presupuesto es la expresión afirmativa de las prioridades y de la política de una administración; me queda claro que esta no ha sido una administración que haya apostado por la ciencia. Si bien han mantenido programas, su gasto no ha sido ampliado y es preocupante, entonces ¿cuál es la apuesta de este país?
En el presupuesto está reflejada la respuesta.
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