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Revertir “asfixia” y “sequía” presupuestal en la ciencia mexicana requiere 10mmdp

Miembros de la red ProCienciaMx presentaron a la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados un proyecto para subsanar retraso en el sector

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Catedráticos Conacyt protestaron frente a la dependencia en semanas pasadas debido a la precarización de su trabajo. Catedráticos Conacyt protestaron frente a la dependencia en semanas pasadas debido a la precarización de su trabajo. (Adrián Contreras)

Tras un año sin fideicomisos, después de los estragos que dejó la pandemia, el cisma de Conacyt, tres años de “asfixia” presupuestal e “inoperatividad” del sector, y frente a una próxima Ley General de ciencia, llegó el momento de una nueva discusión para intentar subsanar el presupuesto destinado a la investigación científica dentro del paquete presupuestal. Sin defender en años anteriores por la dependencia a cargo del sector, son los miembros de la comunidad quienes han presentado ante los diputados un plan para terminar con la “sequía”.

Al igual que representantes de otros sectores ciudadanos, industria y sectores productivos, miembros de la comunidad científica y de la red nacional de científicos ProCienciaMx participaron en las Mesas de Diálogo de Parlamento Abierto rumbo al Presupuesto de Egresos de la Federación 2022, que se lleva a cabo esta semana en la Cámara de Diputados.

De acuerdo con la organización, se requieren, al menos, 10 mil millones de pesos más a los poco más de 29 mil millones asignados al Ramo 38, que ejerce Conacyt, y que forma parte del Anteproyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación de 2022, que para el sector completo es de poco más de 93.5 mil millones de pesos más casi 20 mil aportados por las propias instituciones, para un total de 113 mil millones.

“Si queremos revertir la crisis en la ciencia mexicana después de tres años de asfixia presupuestal, necesitamos 10 mil millones más, que es la tercera parte de lo que se necesita realmente”, dijo Brenda Valderrama, ex presidenta y fundadora de la Academia de Ciencias de Morelos e investigadora del Instituto de Biotecnología de la UNAM. Ante la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, la miembro de ProCienciaMx explicó que este aumento tampoco puede ser un cheque en blanco para Conacyt, por lo que esos recursos se deben etiquetar en el PEF en los siguientes porcentajes:

La mitad para ciencia básica; 15% en desarrollo tecnológico –prototipos, patentes…–; 15% en el fomento a la innovación y vinculación de academia-empresa para la transferencia de tecnología; 15% en infraestructura y el 5% restante para la formación de talentos. Sobre este último punto enfatizó que las sociedades científicas “nos quedamos fuera de Conacyt porque ya no acepta asociaciones civiles como beneficiarias de recursos, entonces ya nadie está formando nuevos talentos ni preparando a los jóvenes en las olimpiadas del conocimiento”.

Durante su participación, Martha Espinosa, académica del Cinvestav, explicó que tan sólo esta institución recibirá 37.5 millones de pesos menos y dado que el 78% de su presupuesto es para pagar salarios, impactará los gastos de operación. “No podemos recibir más recortes sin ver afectada nuestra labor de excelencia, producción de conocimiento y formación de nuevos estudiantes”. 

CONACYT.

Anteriormente, Valderrama explicó Conacyt no sólo tiene pocos recursos, sino que además no se destinan a la investigación.

“Conacyt tiene un peculiar retroceso presupuestal de 10 años, pero tiene un presupuesto programático de 25. La reducción presupuestal y desaparición de fideicomisos tienen a un Conacyt que sólo maneja tres programas presupuestales: dos transferencias directas y uno a inversión. De los 113 mil millones que tiene el Anteproyecto 2022, sólo el 1% es para inversión en investigación, mil 200 millones, pero que además están en un programa que nació viciado porque no es concursable, sino de asignación directa”.

En los últimos tres años, añadió, desaparecieron todo lo que tiene que ver con el sostenimiento de la investigación científica en el largo plazo: generación de plazas, nuevos empleos, construcción y mantenimiento de infraestructura, investigación básica, investigación aplicada, fomento a la innovación, divulgación… “Desaparecieron de la matriz programática de Conacyt, que se reducen a esos tres programas (…) Si queremos revertir esta sequía en la ciencia mexicana se necesita aplicar el presupuesto correcto y de la forma más productiva, etiquetado y que deba concursarse y no seguir con asignaciones directas, porque eso sólo beneficia a menos de 20 grupos en el país, en tanto que somos 30 mil científicos”, tan sólo en el Sistema Nacional de Investigadores.

Agregó que también se debe hacer un seguimiento a la inversión, puesto que, por ejemplo, la mitad del presupuesto anterior no es posible rastrearlo en la cuenta pública. “Es imposible saber qué pasó con esos recursos por lo que se deben etiquetar correctamente”.

La científica enfatizó además que los recursos presupuestales para el sector sólo es la mitad de la ecuación, la otra es la normatividad, es decir, una Ley General de Ciencia, Tecnología e Innovación que “pronto pasará por sus manos”, dijo a los diputados. “Si tenemos dinero y una mala ley es como si no lo tuviéramos, necesitamos las dos piezas”. En ese sentido, recordó que ProCienciaMx elaboró una propuesta de Ley General obtenida a través del consenso y participación de grupos científicos en todo el país y que ya presentaron al Senado. “Dejamos el laboratorio por hacer una ley porque nos queda claro que es para los próximos 20 o 30 años y porque una mala ley afectará a generaciones completas”. 

DATOS DESALENTADORES.

Durante el parlamento abierto realizado el pasado martes, un análisis de Fabián Rosales Ortega, investigador del INAOE y miembro de ProCienciaMx, expuesto por Eric Rosas, de Ciencia Brillante, recordó que, si bien la propuesta presupuestal para el sector tiene un aumento del 4% en términos reales respecto al año pasado, la inflación pronosticada del 6% cancela cualquier incremento real.

El académico expuso que el estancamiento y decrecimiento en el financiamiento del sector pone en riesgo la operación de muchos de sus proyectos. Aunque se prevé un aumento presupuestal para Conacyt del 7.3% en términos reales, éste será marginal en programas como las becas de posgrado, a los Centros Públicos de Investigación. Los que tendrían mayor aumento es el Sistema Nacional de Investigadores –que obedece más a un déficit presupuestal que buscan aligerar– y a sus programas de investigación (PRONACES), que tendrán un incremento del 67%.

Añadió que por una parte se asigna poco dinero y por otra hay que analizar cómo se usa cualitativamente. “De acuerdo a lo expuesto en el Tercer informe de gobierno, el gasto ejercido en investigación por Conacyt han tenido un decremento en términos reales del 32%”.

Adicionalmente, recordó que el número de proyectos de Conacyt aprobados en lo que va del sexenio han tenido una caída aparatosa: 108 proyectos financiados en 2021, lo cual representa una disminución del 96% respecto al máximo alcanzado en 2017. “Es irrisorio e indica que el dinero destinado para hacer ciencia y tecnología no alcanza para hacerla”.

Entre las conclusiones de los científicos destacan que los efectos negativos de la disminución presupuestal se agudizaron con la extinción de fideicomisos que este año "ya tienen al sector de rodillas, haciéndolo prácticamente inoperable”.

Eric Rosas enfatizó que es una falacia decir que México no invierte por ser un país pobre, en cambio “México no puede recuperarse de sus rezagos porque no se ha decidido a invertir como debe en ciencia, tecnología e innovación”.

  

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