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Rogelio Marín: "México podría generar empresas de base científica con valor de mil millones de dólares para 2030"

Los campos que tienen la fortaleza para esto son biotecnología, nanotecnología, robótica, neurociencias y tecnologías del espacio, añade el ingeniero en Telecomunicaciones y Electrónica, egresado del Instituto Politécnico Nacional

entrevista

Rogelio Marín  es consultor de negocios desde hace 30 años y fundador del movimiento de Rómpela a la Mexicana.

Rogelio Marín es consultor de negocios desde hace 30 años y fundador del movimiento de Rómpela a la Mexicana.

El capital humano, infraestructura y procesos con los que ya cuenta la ciencia y la tecnología en México hacen posible proyectar que para el año 2030 el país podrá contar con nuevas empresas de base científica y tecnológica cuyo valor alcance los mil millones de dólares. Esto se puede prever cuando se analizan la fortaleza nacional en los campos de biotecnología, nanotecnología, robótica, neurociencias y tecnologías del espacio.

Así lo explicó para los lectores de Crónica el ingeniero en Telcomunicaciones y Electrónica Rogelio Marín Vargas, egresado del Instituto Politécnico Nacional (IPN), consultor de negocios durante 30 años y fundador del movimiento de Rómpela a la Mexicana.

Durante una entrevista con este diario, Marín Vargas reflexionó en voz alta sobre la importancia que tiene el presentar ejemplos exitosos de emprendimientos científicos mexicanos para atraer a más fondos de inversión conocidos como capitales ángeles y por esa razón han puesto en marcha Rómpela a la Mexicana junto con investigadores, divulgadores de ciencia, emprendedores e inversionistas.

La idea surgió hace ocho años, pero desde hace tres años comenzaron a construirse formalmente las líneas de acción de Rómpela, que enfocan su energía en cuatro grandes carriles de trabajo: 1) La Incubadora, que consiste en detección de talentos jóvenes, de entre 10 y 18 años de edad, en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas; 2) Company building, que ayuda a los científicos con interés en emprender a comprender, diseñar y echar a andar una empresa; 3) Aceleradora de emprendimientos científicos, que acompaña a las empresas científicas jóvenes en los primeros y difíciles pasos para funcionar como empresas; y 4) Fondo de inversión, que es la captación y uso adecuado de inversiones parar apalancar emprendimientos de base científica.

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- ¿Cómo ves el emprendimiento científico en México hoy?

- Previo a la pandemia el emprendimiento científico en México estaba muy enfocado a desarrollar soluciones que la industria ponía sobre la mesa a instituciones educativas y a centros de investigación donde más que emprendimiento buscaban soluciones de innovación, es decir que buscaban soluciones a problemas industriales pero no necesariamente disruptivas sino de mejoras incrementales.

Durante la pandemia se rompió el molde y empezaron a surgir iniciativas de emprendimiento científico que, al no encontrar en México el espacio para crecer, comenzaron a trasladarse al extranjero donde fueron recibido y arropados en otros países; todas impulsadas por científicos que quisieron llevar sus investigaciones al terreno práctico porque muchas barreras previas a la pandemia comenzaron a desaparecer por la necesidad de dar solución rápida a muchos problemas de salud y de otros campos. Muchos científicos fueron desarrollando habilidades de emprendedores sobre la marcha y otros científicos demostraron a los empresarios que sí tenían habilidades para formar empresas y sólo necesitaban algunos complementos o un primer apoyo de infraestructura o inversión.

Después de la pandemia, en los últimos dos años, vemos que los científicos ya no sólo se enfocan en la investigación pura, que se debe seguir haciendo, sino que han descubierto que hay espacios donde sus investigaciones pueden ser llevadas a la práctica a corto plazo y con inversiones muy interesantes, como se nota mucho en la biotecnología, en la biología sintética.

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- ¿Qué oportunidades genera para México este cambio?

- México tiene una oportunidad histórica en este cambio por el talento de los investigadores; por las oportunidades de inversión que han traído diferentes fondos, que en los últimos dos años se han puesto a disposición 15 mil millones de dólares para emprendimientos científicos y digitales en este país, pero además, por este cambio de mentalidad de muchos científicos que quieren llevar a la práctica sus investigaciones, esto sobre todo se ve entre los científicos más jóvenes.

- En este contexto que describiste ¿Dónde enfoca su acción y energía el movimiento Rómpela a la Mexicana?

- Nosotros tenemos como propósito esencial orquestar, más que vincular, porque no sólo queremos unir las piezas, sino que funcionen juntas las piezas; queremos que los engranes se muevan.

En este modelo tradicional, para que un proyecto de emprendimiento surja, emerja y sea productivo, vemos que desde la parte científica están presentes los eslabones pero en medio todavía hay un hueco, por lo que nosotros queremos ayudar a que esa brecha se reduzca. Funcionamos como amalgama, como pegamento, pero además como una liga que está jalando hacia el centro esfuerzos aislados para que los diferentes componentes se puedan unir de manera colaborativa para que no se diluyan buenos esfuerzos pero que están aislados.

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- ¿Y cómo ves a los empresarios mexicanos y la posibilidad de que apuesten por emprendimientos científicos?

- La cultura empresarial es un reto importante pero ya se están abriendo los espacios para que la innovación basada en conocimiento o la innovación disruptiva con tecnologías exponenciales y conocimiento científico se empiecen a gestar. Nosotros estamos trabajando en eso. Desde el año pasado nos hemos sentado a hablar con diferentes dueños de empresas mexicanas; hemos hecho mucha consultoría en empresas familiares donde las nuevas generaciones que han sido educadas en otros países saben que la productividad de una nación está en el ambiente de negocio, pero es mayor cuando tiene una base científica. Los países que hoy tienen mayor resiliencia y los que están creciendo a mayor velocidad son los que tienen su economía basada en el conocimiento. Ya lo saben y se están dando la oportunidad de explorar en proyectos como economía circular, aprovechamiento de materiales, energía, medio ambiente, pero también en metodologías y nuevos procesos.

Esto es una evolución, pero la apertura ya existe y eso es muy importante, pues la industria mexicana está buscando diferenciadores que les van a dar ventajas en futuro cercano; esto permitiría que el emprendimiento científico obtenga flujo de capital y se mantenga a lo largo del tiempo.

Si se enfocan los esfuerzos en atender las necesidades primarias de la industria y se complementan con ofrecerle diferenciadores para esa misma industria, la oportunidad se abre y es más interesante para los inversionistas.

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- Ustedes quieren presentar al menos diez casos exitosos de emprendimiento científico para el año 2025 y crear al menos una empresa con valor de mil millones de dólares para 2030 ¿Cómo lo harán?

- Necesitamos presentar casos de éxito que demuestren el impacto del emprendimiento científico y lo exitoso que es unir a empresarios e investigadores hacia un mismo propósito.

Nosotros nos estamos enfocando en cinco campos: biotecnología, nanotecnología, neurociencias, ciencias del espacio y robótica. Y lo que hacemos es buscar el talento que ya esté un poco avanzado en esas disciplinas e identificar cómo se puede vincular con una necesidad de industria. Nuestro trabajo es identificar y prospectar a estos investigadores (algunos de los cuales ya tienen emprendimientos en marcha); así como tener claros los retos de las diferentes industrias. Debemos vincularlos los más rápido posible.

Cuando hablamos de generar empresas con valor de más de mil millones de dólares nos referimos a que podemos crear en México este tipo de empresas, que llaman Unicornio, que tienen un impacto, nivel de comercialización y capacidad para generar riqueza pueden llegar a mil millones de dólares de valor.

Sí estamos convencidos de que entre los diez proyectos que nos hemos planteado presentar, en las cinco disciplinas descritas, al menos uno se podrá incorporar muy rápidamente a este grupo de las empresas unicornio, como ya lo hemos visto en empresas de logística o comercializadoras de autos, que con tecnología han sido valuadas en más de mil millones y hasta en 8 mil millones de dólares.

El impacto que puede tener un emprendimiento científico apoyado por el mercado, la industria y la sociedad civil, con el apoyo del gobierno en lo que pueda apoyar, sí puede llegar a generar este valor y demostrar que el emprendimiento científico sí es sexy para la inversión y sí es rentable.