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Las sequías en México podrían prolongarse hasta junio: UNAM

Esa idea de que el sur del país sería pródigo en agua, está bajo análisis, alerta Benjamín Martínez >>

Vacas en el campo
Sequía en Ramos Arizpe, Coahuila Sequía en Ramos Arizpe, Coahuila (Archivo Cuartoscuro)

Datos de temperaturas en el Océano Pacífico y en la atmósfera, colectados durante los primeros dos meses de 2023, permiten prever que las sequías en el país pueden prolongarse hasta junio, como expresión final de un periodo de al menos tres años que también provocó fuertes sequías en México en 2021 y 2022.

Así lo informaron los investigadores del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, de la Universidad Nacional Autónoma de México (ICAyCC-UNAM), Alejandro Jaramillo, Ignacio Arturo Quintanar y Benjamín Martínez López, durante la conferencia El fenómeno de El Niño y sus impactos en México, impartida este jueves.

Los especialistas explicaron que el planeta vive cíclicamente un calentamiento del agua y la atmósfera en la región ecuatorial del Océano Pacífico, lo que impacta en el clima de todo el planeta. También observaron que al conocimiento que se ha acumulado durante décadas acerca del fenómeno El Niño, ahora se deben añadir datos sobre el hecho de que en los últimos años las temperaturas elevadas han sido más intensas, como reportan los registros históricos de calor, que demuestran que esta década se han registrado algunos de los años más cálidos del último siglo.

“Esto puede cambiar de un mes a otro, pero los modelos sugieren una transición a del estado La Niña, a un estado El Niño, para este año”, indicó en la conferencia el doctor Jaramillo, integrante del Grupo de Interacción Micro y Mesoescala, del ICAyCC. “Con el desarrollo de nuevos modelos, cada vez podemos predecir mejor estos fenómenos, aunque falta mucho camino por recorrer”.

Con registros y datos científicos que datan de 1950 a la fecha, que han otorgado herramientas para el análisis de un periodo accesible de 73 años, se reveló que México tiene ya problemas de precipitaciones pluviales, consideró Benjamín Martínez López, investigador del Grupo de Cambio Climático y Radiación Solar del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM.

“No tenemos en México muchos sitios donde la lluvia vaya al alza, por ejemplo, hay algunas partes del estado de Morelos que tendrían una curva cóncava hacia arriba; pero prácticamente el 92, 93 por ciento de todo el territorio tiene un comportamiento que, -subió, llegó a un máximo histórico-, y comenzó a bajar, es decir cóncavo hacia abajo”, explicó.

Martínez López indicó que de 1950 a los años 80 creció la lluvia, alcanzó índices máximos y empezó a disminuir, en particular en el norte del país, lo que ya representa aseguró “una disminución en Chihuahua, con entre 45 y 50 por ciento, y en Nuevo León entre un cinco y veinte por ciento con respecto a sus máximos históricos”.

Agregó que esa idea de que el sur de México sería pródigo en agua, está bajo análisis y podríamos tener alguna complicación; en la zona centro es una franja de transición con incertidumbre; no obstante, hay que tomar en cuenta las observaciones científicas: “no vaya a ser que tengamos años de sequía, uno tras otro, tales que se pase de un periodo histórico húmedo, a un periodo histórico seco, y ni siquiera nos dimos cuenta”.

Ignacio Arturo Quintanar, del Grupo hidroclimatología tropical del ICAyCC, destacó que no se le pueden atribuir todos los cambios al efecto de El Niño: “la temperatura va al alza, se está calentado el país, y la precipitación es una variable más compleja”.

“La sequía en el país se ha tornado más drástica, no es que apretemos un interruptor a la atmósfera y ocurra, porque la interacción de ésta con la superficie es un proceso no lineal, que es importante estudiar”, aclaró.

Si uno intenta ver la información de las presas, comentó, por lo de las sequías, encuentra muchas barreras, debido a que los datos no están ahí. No deben tomarse consideraciones políticas por encima de las técnicas, es necesario “poner orden en la información y que se transparente, que sea verificable para el beneficio de todos”, finalizó.

Estudios publicados por la UNAM en los últimos dos años han documentado que, en ciclo de cambios de temperatura en el Océano Pacífico conocidos como El Niño- Oscilación del Sur (ENSO), los impactos socioeconómicos son más costosos en la fase de La Niña. Bajo sus condiciones más intensas, el riesgo climático sobre la costa este y la región noreste de México aumenta más del 80 por ciento, respecto al promedio. Durante los años intensos de El Niño, en el sur de México el riesgo climático es mayor en 80 por ciento, respecto al promedio.

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