Búsqueda
[ Segunda de dos partes ]
Octavio Paredes fue fundador y ex director del Centro de Estudios Mexicanos de la UNAM en París, Francia. En el sexenio anterior, se llevaron a cabo cuatro reuniones en Estrasburgo, Francia de todos los estudiantes mexicanos becados en Europa, relata. Fue una buena oportunidad para charlar con los jóvenes y la inmensa mayoría de ellos se trataba de personas con una destacada preparación en sus campos de estudio; una pregunta recurrente hacia los organizadores y autoridades fue ¿qué oportunidades de empleo encontrarían a su regreso a México?
En Europa como en México, las oportunidades de empleo de los jóvenes académicos no abundan, lo cual era francamente muy difícil de comunicarle a los jóvenes de las enormes limitantes para encontrar espacios laborales que correspondieran a su preparación y entusiasmo, añade Paredes; aunque su nivel académico fuera de los mejores.
“En el país seguimos sin elementos para generar el espacio laboral apropiado al que se necesita, con lo que se ha perdido conocimiento y creatividad. Es un retroceso evidente; es decir, éste es otro de los componentes de la llamada fuga de cerebros”, señala en esta segunda parte de la entrevista que sostuvimos. En otras palabras, se trata de otro de los problemas “impostergables” heredados en este sexenio que se acumula a la deuda en el sector, que no ha sumado opciones para los jóvenes científicos e incluso ha disminuido en programas como el ahora denominado Investigadores por México, antes Cátedras Conacyt.
Para Paredes López –miembro vitalicio de El Colegio de Sinaloa y miembro de la Academia Mundial de Ciencias en Trieste– estos escenarios pendientes no adquirieron respuestas en un sexenio donde la única modificación “sustantiva” de la cabeza de sector, Conacyt, fue añadir una H a su nombre. “No hubo una estrategia apropiada, al revés, se acrecentaron los conflictos, convocatorias con retraso o la ausencia de ellas; poca interacción, y por cierto muy selectiva, con el entorno académico, público y privado”.
La creación de una Secretaría de Ciencia, como ha planteado el equipo de Claudia Sheinbaum y que tendrá en su dirección a Rosaura Ruiz, muestra elementos y hasta genera grandes entusiasmos que se podría cambiar positivamente el panorama, por lo menos gradualmente, estima Paredes.
–Sin embargo, el escenario y el retraso del fortalecimiento institucional ha aumentado la dependencia del sistema de ciencia a estos humores y vaivenes políticos e ideológicos de la administración actual del Consejo.
–Coincido. Ojalá y no caigamos en esta dinámica sexenal. Le doy un ejemplo de lo que ha resultado en un sector como los Centros Públicos de Investigación, cuyo manejo ha dependido de quién es el director general de Conacyt y eventualmente en acuerdo con los gobernadores estatales. Sin embargo, esto ha traído problemas importantes en muchos de ellos, y se tienen tristes ejemplos recientes, cuando que hay bastantes colegas con la notable calidad y capacidad para dirigirlos, y para integrar destacados grupos de trabajo en varios campos esenciales del conocimiento.
Este tipo de problemas se han acentuado con la actual dirección de Conacyt, lo cual refleja que “hemos llegado al fondo de un manejo inapropiado de la ciencia y de la creatividad; el periodo de pandemia mostró claramente esta debilidad”, apunta el investigador emérito del Cinvestav del IPN. “Lo que esperamos con creces es que nuestros distinguidos colegas que llegarán en el próximo gobierno lo reviertan; tienen toda la preparación y visión, y se antoja que hasta todo el apoyo de Claudia Sheinmbaum”.
El científico confía en que el trabajo de Rosaura Ruiz incida substancialmente en este cambio, ya que es una persona con mucha información, por cierto, de primera mano, sobre cómo funcionan los sectores científico y educativo. Agrega que tiene la fortuna de conocer de cerca su excelente formación: desde su trabajo conjunto en la Academia Mexicana de Ciencias, como en la UNAM, cuando fungió como miembro de la H. Junta de Gobierno y secretaria de Desarrollo Institucional, entre otras interacciones.
“Tengo una opinión muy alta sobre Rosaura Ruiz y aunque las limitaciones económicas serán otro elemento a considerar, esperamos que los eventos tomen el camino de la creatividad, y al final su impacto en la creación de riqueza de tipos diversos. Nuestro optimismo reside en que su gestión ayudará a evitar las notables omisiones actuales, y a crear el entorno ambiental que genere lo que se espera de la educación de calidad y de la CTI; la atención apropiada a los jóvenes es otra de las tareas prioritarias ya que ellos son elementos fundamentales para la generación de la sociedad del conocimiento. Deseamos fervientemente que tengan éxito porque conocen el tema y el problema (…) Ya lo veremos”.
Octavio Paredes ha sido artífice de diversos proyectos científicos, pero también educativos. Uno de ellos es un programa piloto de enseñanza en matemáticas y ciencias para el nivel básico en Sinaloa. Agrega que el líder de este grupo en Culiacán ha asesorado a un programa equivalente de nivel de Maestría de la UNAM y han mantenido un buen nivel de los estudiantes de Sinaloa, como lo demuestran las evaluaciones y opiniones de los educadores sometidos a este entrenamiento; y como lo demuestran igualmente las evaluaciones nacionales.
“Algunos sexenios hemos tenido recursos, otros no, pero siempre estamos buscándolos en un país poco interesado en la evaluación educativa. Aun así, hemos sacado adelante este programa piloto, en el que hemos formado ya a miles de profesores; es bajo este esquema que tenemos una propuesta para el próximo gobierno. El actual gobernador, Dr. Rubén Rocha, ya está dentro de los que nos tienen confianza y amor; sentimiento que se expresa de alguna manera en métalico”.
Copyright © 2024 La Crónica de Hoy .