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"Si todas las políticas públicas apoyan la protección ambiental, se frenará el deterioro de México"

La inacción nos llevará a consecuencias de magnitud insospechada, señala uno de los creadores e impulsores de las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre

Un hombre barbudo sonríe a la cámara.
Felipe Ramírez Felipe Ramírez (Endesu)

Más allá de cuál grupo político encabezará el próximo gobierno de México, es importante que el cuidado de la naturaleza deje de ser visto como la tarea de una sola oficina de la administración pública y se comprenda que proteger al planeta es una responsabilidad transversal porque el deterioro acelerado de los ecosistemas impedirá llevar a buen puerto cualquier proyecto duradero de crecimiento económico, salud pública o bienestar social.

La anterior reflexión es compartida para los lectores de Crónica por el doctor Felipe Ramírez Ruiz de Velasco, presidente del Consejo Directivo de la asociación civil Espacios Naturales y Desarrollo Sustentables (ENDESU), fundada en octubre de 1995 y que actualmente desarrolla más de 250 proyectos de restauración, conservación y aprovechamiento ordenado de los ecosistemas, a lo largo y ancho del país.

“Todo tiene que ver con todo; si nos vamos a preocupar por el cambio climático y por el agua, necesariamente nos tenemos que preocupar por los bosques y por la biodiversidad”, indica Felipe Ramírez, quien es reconocido por miles de académicos, conservacionistas y comunidades rurales como uno de los creadores e impulsores de las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre, que actualmente permiten recuperar flora y fauna, al mismo tiempo que pueden desarrollar actividades productivas, en más de 40 millones de hectáreas de suelos y mares mexicanos.

“Es muy importante recordar que México es un país megadiverso. En nuestro país está presente el 10 por ciento de todas las especies vivas que existen en el planeta. Esto significa que tenemos una gran responsabilidad, que no estamos entendiendo, pero no sólo me refiero al gobierno sino a toda la sociedad mexicana. Esto se refleja en la inacción y la nula prioridad que se le da en México a las emergencias ambientales”, subraya Ramírez, quien fue director general de Vida Silvestre, en el Instituto Nacional de Ecología y en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

“A pesar de la profundad crisis que estamos viviendo, que se manifiesta en el acelerado deterioro de los ecosistemas en los que vivimos, no lo estamos atendiendo como sociedad y deberíamos ponerle más atención. Estamos frente a una inacción generalizada de la sociedad mexicana frente al deterioro de la naturaleza y esto nos va a llevar a consecuencias de una magnitud que no alcanzamos a medir.

-¿Qué podemos hacer en los próximos seis años para mejorar la gobernanza en temas ambientales?

Hay que hablar de lo que puede hacer el gobierno y lo que puede hacer la sociedad.

Por parte del gobierno es importante que trabajen transversalmente con los temas ambientales porque no puedes separar la crisis ambiental de otros temas de gobierno. Si todas las secretarías están mirando cuál es el impacto de sus acciones y programas sobre la naturaleza, entonces no dejas toda la carga de trabajo a una sola Secretaría que, aunque tenga todo el presupuesto y marco jurídico, está imposibilitada para atender la gran magnitud de estos problemas.

Por parte de la sociedad también es importante que todas las personas entiendan que deben poner su granito de arena y un ejemplo de esto es que no podemos seguir manteniendo estos estilos de vida de consumismo desbocado. Tenemos que empezar a implementar los temas de economía circular, desde nuestra vida individual. Con esto me refiero al tratar de llevar cada uno de los productos que consumimos hasta su parte de uso final, integrar el reciclaje y reducir los desperdicios es un cambio de conducta fundamental. Si se multiplican estas acciones por 7 mil u 8 mil millones de personas que vivimos en el planeta es perfectamente posible frenar o ralentizar el deterioro ambiental.

Tenemos que entender que lo que ya no nos queda es tiempo.

-Hablemos de pesos y centavos ¿Qué se debe hacer para poder capitalizar estos esfuerzos, desde el gobierno y desde la sociedad? Porque, a veces, sin dinero no se puede hacer nada.

Sí es cierto que se requiere mayor volumen de recursos para atender estos problemas, pero también es cierto que se requiere utilizar más eficientemente los recursos que ya hay. A mi juicio es importantísimo empezar por darle una revisada, a fondo y honesta, a los recursos que ya se están destinando y la manera como se están utilizando. Sobre todo hay que pensar en esta parte que he dicho, que tenemos que pensar de manera transversal porque no hay manera en que esta sociedad pueda desarrollarse realmente si no atendemos la bronca ambiental. No hay forma.

Las nuevas generaciones, que vienen empujando fuerte, sin duda deben tomar en cuenta que la protección ambiental es un factor clave para el desarrollo social.

-¿México requiere invertir en algún tipo de infraestructura, física o digital, para mejorar su cuidado de la naturaleza?

Sí hay varios temas relacionados en infraestructura para la protección de la naturaleza y no les estamos poniendo la atención necesaria, pero un tema fundamental ligado a la infraestructura es dedicar más esfuerzos a la educación y capacitación de la sociedad mexicana para la conservación de la biodiversidad y el aprovechamiento sustentable.

Somos un país megadiverso y se han diseñado políticas públicas parar la conservación y el aprovechamiento ordenado de esos recursos naturales, por ejemplo, con ecoturismo o el aprovechamiento de algunos ejemplares, partes y derivados que no estén en riesgo. Sin embargo, aunque hay más de 40 millones de hectáreas que están siendo manejadas con este esquema, todavía no hay programas ni infraestructura para capacitar al personal que debería aplicar estas políticas públicas en el campo y aprovechar sustentablemente los recursos naturales; incluso las universidades no ofrecen educación o capacitación para aprovechamiento sustentable de la vida silvestre. En países como España o Estados Unidos hay programas de este tipo y en México no lo hay. Ahí podría dedicarse una buena inversión en infraestructura de educación y capacitación para aprovechamiento ordenado de la naturaleza.

-¿Y qué puede hacer el próximo gobierno para fortalecer o dar más capacidades a la gente, a las comunidades, y así proteger y aprovechar ordenadamente a los ecosistemas?

Bueno, hay que involucrar a la gente en los temas ambientales y hay varios ejemplos que nos pueden dar ideas sobre cómo hacerlo.

Uno de nuestros proyectos, en el desierto de Zacatecas, busca conservar los pastizales del semidesierto y para ello es indispensable la participación de las comunidades dueñas de la tierra. Al principio tratamos de involucrar a la gente a través de los maestros rurales, pero nos dimos cuenta de que ahora a los maestros los cambian mucho de lugar y no son la figura social que eran antes. Entonces, después de trabajar y pensar mucho, decidimos crear brigadas de madres de familia que conservan los pastizales. Formamos grupos de capacitación para que ellas aprendieran identificación, conservación y aprovechamiento sustentable de los pastizales y ahora ellas son las responsables y naturales responsables de comunicarle el valor de los pastizales a sus hijos. Este programa se llama Comunicando desde el hogar. Nos ha dado resultados maravillosos y se hace de una manera muy simple. Invitamos a las mujeres a participar y cuando participan, nosotros pagamos el jornal que ellas dedican a participar. Después ellas van viendo de qué se trata y hacia dónde apuntamos porque les estimulamos para que formen sus propias empresas y organizaciones de comercialización de productos elaborados con recursos de su comunidad: plantas medicinales, jabones, shampús para el cabello, extractos de plantas; es una multitud de opciones y ya están naciendo sociedades de producción rural; además de que están enseñando a sus hijos lo que aprendieron.

Esta es una parte y por otro lado debemos trabajar más con los jóvenes que ya rebasan los 15 años y que se están quedando sin opciones de estudios si viven en comunidades rurales. También con ellos estamos construyendo esquemas de capacitación para que conozcan qué son las Unidades de Manejo Ambiental, cuáles son sus aspectos técnicos y que vean que en sus tierras sí hay oportunidades enormes de desarrollo--, concluye Felipe Ramírez.

El integrante de ENDESU reitera que la tarea es grande, no sólo para el gobierno mexicano, pero recuerda que las autoridades serán más asertivas si dejan de ver los temas ambientales como parte de un solo cajón o una sola secretaría y se entiende que la conservación y aprovechamiento ordenado de la naturaleza debe ser transversal y ser un factor presente en todas las decisiones: hacendarias, educativas, de infraestructura, de turismo o de cualquier política pública.

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