Antes de la pandemia, representantes del Tren Maya buscaron a Rodrigo Medellín, investigador mundialmente reconocido por su trabajo de conservación medioambiental en nuestro país. El biólogo es popularmente conocido como el “Batman mexicano” por su investigación y defensa de los murciélagos de México y el mundo; tiene una fama proporcional a la de su trayectoria, la cual parece ser conocida y no por el actual gobierno.
Parece ser conocida porque los representantes del Tren Maya lo buscaron hasta en tres ocasiones en estos tres años con el objetivo de que apoyara el megaproyecto, estandarte de la Cuarta Transformación.
El investigador del Instituto de Ecología de la UNAM y miembro de la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar no se negó del todo, puesto que considera que los trenes son una gran posibilidad de desarrollo para el país, si se hace un buen proyecto.
Sin embargo, les solicitó el proyecto ejecutivo para conocer el trazo y el impacto de la infraestructura. “Se lo mandamos, ya lo tenemos terminado, pero apóyenos”, recuerda haber escuchado de dichos representantes. Desde ese primer acercamiento, Medellín sigue esperando esos documentos.
PSEUDOAMBIENTALISTAS.
Por otra parte, parece que la trayectoria de Medellín es desconocida o ignorada a la vez, como relató en el encuentro virtual “Tren Maya: análisis de los impactos desde la academia”. Tras la reciente difusión de la falta de planeación del Tren Maya en la opinión pública y una consecuente politización del tema debido a un video que circuló en redes, con apoyo de artistas de la televisión y cantantes, el Presidente tildó de “pseudoambientalistas” a quienes se oponen al proyecto.
Pero más allá de la política y la manipulación de la narrativa y el discurso, Medellín enfatiza que el Tren Maya, como está planteado, no es compatible con el desarrollo socioeconómico de la península, sustentable para la biodiversidad ni para el pueblo maya. De eso no hay duda y está claro, dice, y la comprobación de ello la tienen los investigadores y especialistas, pero…
“El Presidente nos llama ‘pseudoambientalistas’ y nos pregunta ¿dónde estábamos hace 30 años? ¡Estábamos peleando por la Selva lacandona y por todo el ambiente!, incluso desde antes. Llamarnos pseudoambientalistas quiere decir que sabe quiénes son los ambientalistas para él, lo único que le hemos pedido es que nos ponga a platicar con ellos y ya. Ese diálogo está pendiente, en cambio sólo nos descalifica. No estoy en contra del tren, pero se podría hacer un buen proyecto si nos sentamos con quienes el Presidente considera ‘ambientalistas’, pero yo no los veo por ningún lado”.
PARCHANDO.
Durante el encuentro coordinado por el Seminario Universitario de Sociedad Medio Ambiente e Instituciones (SUSMAI), el biólogo apunta que el Tren Maya ha avanzado a base de tropiezos, obstáculos y parches. “Van parchando conforme avanzan: ‘por aquí no, entonces, por acá; acá se opusieron, entonces, por aquí; acá metieron un amparo, sigamos…”.
A falta de estudios de Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), el trazo del tren se ha improvisado conforme avanza, refiere. Un ejemplo fue el tramo 7, que originalmente pasaba por el mayor refugio de murciélagos de México hasta Argentina, con una población de tres millones.
“Cada millón destruye aproximadamente 10 toneladas de insectos cada noche, el 70% son plagas de la agricultura. Esos y todos los murciélagos de la península son aliados muy cercanos en Yucatán y todo el mundo y el tren iba a pasar por encima de la cámara de maternidad de la cueva. Si tiran eso me les voy a ir con todo”, les advirtió. “Cambiaron el trazo para pasarlo por detrás del cerro donde está la cueva, que también traerá destrozos en un corredor donde sabemos que cruzan jaguares, ya que está muy cerca de la Reserva de la Biósfera de Calakmul”.
El científico refirió que ya se han hecho los primeros destrozos encima de cuevas importantes, deforestando, afectando acuíferos, ecosistemas y servicios. “La gente del tren dice que van a poner columnas dentro para retener el techo y no se derrumbe, al hacerlo le están dando en la torre al ecosistema.”
La vocación del Presidente en el sur del país concibió el proyecto de un tren, dijo Medellín, ocurrencia que desafortunadamente se llevó a cabo de manera no sustentable. “Pensamos que iba a abrir espacios de discusión y nos invitaría a sumarnos, sin embargo, nos han cerrado la puerta en la nariz una y otra vez”.
El TRAMO 5.
El tema que encendió las redes y los bots de Twitter esta semana partió del video de los artistas desde la organización “Sélvame del Tren”, en el que también participan especialistas, que alertaba de manera enfática los riesgos del nuevo trazo en la ruta del tramo 5 del Tren Maya.
A diferencia de los carentes estudios de impacto ambiental en los tramos 1, 2 y 3, en el 5 ni siquiera existen, recuerda Rodrigo Medellín. Originalmente, el tramo pasaría entre las carreteras de Cancún a Tulum, no obstante, los hoteleros se inconformaron, por lo que se cambió el trazo a 5 kilómetros dentro de la selva, cuyas imágenes de deforestación son las que han circulado en días recientes.
“Sin Manifestación de Impacto Ambiental no sabemos de qué hablamos y sólo queda claro el trazo hasta que vemos los destrozos (…) Pretenden subsanar la deforestación con medidas como el Programa Sembrando Vida, que, sin embargo, sólo ha generado más destrozos en bosques primarios para sembrar árboles frutales que morirán. El destrozo es terrible”.
TERRENO POROSO.
La Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar, dijo, ha publicado artículos demostrando que la mayor cantidad de jaguares en el país se encuentran en la península y la región por donde pasa el tramo 5. “Tenemos una situación grave respecto a las afectaciones a especies en peligro de extinción. Cuando se mete el trazo no técnico a la selva se empieza a generar otra serie de impactos que ponen en peor riesgo el futuro de la sustentabilidad de la península, se afecta el acuífero”.
Recordó que la superficie de la península es queso gruyere, de una roca quebradiza que se disuelve con el agua, caliza, lleno de huecos con agua. Ahí es donde está el acuífero”.
Al cruzar la península, refiere, no se verán ríos o lagos, puesto que el agua dulce está depositada en su mayoría en cenotes y el agua subterránea que permite la existencia de esa selva exuberante y bosque subtropical húmedo, así como toda la biodiversidad que sostiene.
“No hace falta imaginar lo que pasará cuando por este territorio atraviese un tren, ya lo vimos hace año y medio en la carretera con un tráiler que la rompió una caverna que había estado aislada durante 2 millones de años, con animales endémicos que no habían visto la luz y les cambiaron todas sus condiciones. Eso no es sustentable”.
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