Seis meses antes de que concluya la actual administración del gobierno federal, un nuevo conflicto vuelve a confrontar al grupo gobernante con la comunidad científica. De un momento a otro, el gobierno de México puede desaparecer la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) y convertirla en una Dirección dentro de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
El posible cambio estructural, que reduciría la importancia de Conabio al dejar de ser un organismo intersecretarial para convertirla en una oficina de rango menor dentro de una sola secretaría de gobierno, se intenta materializar a través del proyecto de “Decreto por el que se adicionan diversas disposiciones al Reglamento Interior de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales”, que fue escrito y difundido por la Presidencia de la República el pasado 4 de marzo y después fue sometido a consulta pública por la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer), a partir del 6 de marzo.
La Conabio es un organismo que fue pionero y ejemplo a nivel mundial al ser el mayor banco de información, con la información más nueva posible, sobre el estado de los ecosistemas de México. Para explicarlo con palabras muy sencillas, la Conabio es considerada el INEGI de las plantas y los animales de México. Ese organismo mexicano, fundado en 1992, ha sido premiado en organismos internacionales e imitado por otros países. Sus decisiones se tomaban por un comité de varias secretarias de Estado y para funcionar cuenta con un fideicomiso que le permitía hacer proyectos y programas de largo plazo.
CONTROL FORZADO
La estrategia jurídica del actual gobierno para que la Semarnat absorba a la Conabio y así se elimine su independencia de decisiones y planes es el colofón de un proceso de erosión de cinco años en que el gobierno se ha negado a aportar un solo peso al fideicomiso intersecretarial de la Conabio, pero en el que además ha colocado a ex operadores políticos del partido Morena en cargos que debían desempeñar científicos de carrera comprobada.
Ante el nuevo intento de eliminar la autogestión de la Conabio, científicos de diferentes instituciones han señalado el daño que se le hará al país al desaparecer la Conabio, mediante cartas enviadas a la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer), para argumentar los daños que se provocarán al país si una administración pública temporal, como es un gobierno, controla políticamente la generación e interpretación de datos sobre la salud de los ecosistemas.
Entre las críticas al decreto presidencial que fueron enviadas a la Conamer se distinguen varias hechas por biólogos que tienen reconocimiento mundial por su lucha por salvar a la flora y fauna contra amenazas graves, como Rodrigo Medellín, Patricia Balvanera, Exequiel Ezcurra o Jorge Soberón. Se considera que el cambio jurídico puede representar un retroceso de 20 años para la conservación de la naturaleza en México.
Los comentarios fundamentados pueden ser leídos por cualquier persona a través de internet en la dirección: https://www.cofemersimir.gob.mx/portales/resumen/56814
Hasta el cierre de esta edición, Conamer había recibido, a través de su portal, 46 comentarios de científicos sobre el cambio normativo de la Conabio y todos son adversos al Proyecto de Decreto Presidencial. A esos comentarios se sumó, el viernes, una carta oficial del rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Leonardo Lomelí Vanegas, dirigida al Titular de la Conamer, Alberto Montoya Martín del Campo, en la que expresa que la UNAM “lamenta el decreto emitido por el gobierno de México”, ya que “acota las atribuciones del grupo operativo que lleva a cabo las funciones de la Conabio”.
Mientras los científicos, principalmente biólogos, buscan detener la desaparición del organismo creado en 1992 y que ha sido modelo para otros organismos similares en distintas partes del mundo, el destino de la Comisión depende sólo de la publicación del Decreto en el “Diario Oficial de la Federación” (DOF), que no ha ocurrido, pero podría suceder inmediatamente después de que la COFEMER de luz verde al trámite.
La carta enviada el 15 de marzo de 2024 del Rector de la UNAM al Comisionado de la Cofemer es un documento inédito e histórico pues en el futuro podrá ser interpretado como una alerta preventiva contra un error que dañará al patrimonio natural de México:
La UNAM lamenta el decreto presidencial y argumenta que “Derivado de esta modificación se dificulta realizar de manera efectiva el trabajo interinstitucional, lo que significará un retroceso en la capacidad del Estado para abordar los desafíos ambientales y adaptarse a las fluctuaciones políticas, poniendo en riesgo el gran valor del capital natural de México y que la toma de decisiones para el desarrollo sostenible se lleve a cabo de manera informada”.
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