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La UNAM usa estimulación magnética transcraneal para atender Síndrome de Asperger

Cuando los infantes con esa condición no duermen bien, se agudizan síntomas que ya les afectan, dice Fructuoso Ayala

Niño sentado en un escalón con una mochila azul
Los estudios de la UNAM buscan reducir los problemas de depresión y ansiedad de niños y jóvenes con Asperger, causados por alteraciones del sueño. Los estudios de la UNAM buscan reducir los problemas de depresión y ansiedad de niños y jóvenes con Asperger, causados por alteraciones del sueño. (UNAM)

Expertos de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (FP-UNAM) implementan una técnica basada en Estimulación Magnética Transcraneal (EMT), para el tratamiento de trastornos del sueño en niños y adolescentes con síndrome de Asperger. Este esfuerzo es importante porque cuando los menores de edad con Asperger no duermen bien, se agudizan síntomas que ya les afectan como la ansiedad, la depresión, los problemas de aprendizaje o los de conducta.

Creada en 1985 en la Universidad de Sheffield, Inglaterra, para diagnosticar daños en la corteza cerebral, la EMT también puede ser usada para aplicar algunas terapias y en México vive un momento de expansión y especialización.

El investigador de la Facultad de Psicología y titular del proyecto, Fructuoso Ayala Guerrero, detalló que desde hace más de diez años estudian el sueño de personas de 9 a 15 años con el síndrome de Asperger, que es uno de los Trastornos del Espectro Autista (TEA). Las investigaciones universitarias sirven para valorar el aprendizaje, memoria, estados de ánimo y posibles manifestaciones de ansiedad y depresión.

Estudios anteriores han mostrado que los pacientes con Asperger tienen alteraciones en las funciones mencionadas, pero se estima que con la aplicación de la técnica al estimular su cerebro se facilite su plasticidad al establecer nuevas conexiones para mejorar su funcionalidad, explicó el doctor Ayala Guerrero, especialista en Neurociencias.

NUEVAS INTERPRETACIONES

Hasta hace poco el síndrome de Asperger era considerado de manera independiente al TEA, pero a partir de 2013 ya se le estudia y atiende como parte de éste, pues quienes lo padecen se caracterizan por tener intereses limitados y absorbentes, patrones de conducta repetitivos o rutinarios, y marcada dificultad para comunicarse e interactuar con los demás.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve la conciencia en la población sobre las capacidades de aprendizaje y trabajo en las personas con este trastorno, a fin de fomentar su inclusión en la sociedad.

El organismo internacional calcula que aproximadamente uno de cada 160 niñas y niños a nivel mundial tiene un TEA; la Asociación de Asperger en México prevé que uno de cada 115 presenta esta condición.

Ayala Guerrero describe que se trata de un trastorno del neurodesarrollo, es decir, se presenta en el proceso de desenvolvimiento del feto; a medida que también lo hace el cerebro, las neuronas realizan conexiones progresivamente más complejas que son sensibles a ser alteradas, sobre todo en los primeros tres meses del embarazo, ya que si no se establecen conexiones adecuadas el resultado son varios problemas neurológicos al nacer, entre ellos el síndrome de Asperger.

El universitario apunta que se han encontrado genes hereditarios, los cuales pueden originar el problema, por ello es importante conocer el historial de la familia para saber si padres, abuelos o tíos lo han tenido.

Se ha documentado, prosigue, que madres con epilepsia que durante la gestación toman fármacos para su atención, sobre todo el valproato, es posible que sus hijos presenten autismo, lo que significa que también hay factores externos que influyen.

Ayala Guerrero recuerda que en el Laboratorio de Neurociencias de la FP implementaron un modelo experimental con ratas gestantes a las que se les inyecta valproato; las crías, al nacer, presentan alteraciones de conducta y de tipo motor, que son algunas de las características que tienen los pacientes con TEA.

El doctor en Ciencias explica: los síntomas del autismo suelen detectarse al año y medio, cuando el menor tiene problemas de comunicación en su desarrollo del lenguaje; sin embargo, a edad más temprana también es posible identificar algunos indicios, ya que el recién nacido suele comunicarse -especialmente con la madre- a través de la mirada, la sonrisa o la sorpresa, lo que indica que se comunican conductualmente con otras personas.

Pero aquellas con autismo tienen dificultades de empatía, que significa entender la conducta de los demás. Es importante notar si el menor no rehúye la mirada o tampoco sonríe, esto indicaría que no se puede comunicar.

Diferentes instituciones investigan la Estimulación Magnética Transcraneal

En México se realizan estudios sobre Estimulación Magnética Transcraneal en la UNAM; el Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente”; el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) y en la Universidad Autónoma de Querétaro. Entre otros temas, se estudia el uso de EMT para la disminución de crisis epilépticas; el freno en la pérdida de control de movimientos de pacientes con mal de Parkinson y el aumento en la producción de algunos neurotransmisores como la dopamina, en pacientes con depresión crónica y Alzheimer.

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