A raíz de la emergencia sanitaria por COVID19, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se incorporó al grupo multinacional CEPI que fue propuesto por Noruega para desarrollar estrategias ante futuras epidemias.
La directora del Instituto de Biotecnología, Laura Alicia Palomares Aguilera, informó que desde el año pasado la UNAM se convirtió en la primera institución mexicana integrante de la Red de Laboratorios Centralizados de la Coalición de Innovación en Preparación ante Epidemias (CEPI, por sus siglas en inglés). Esta alianza permitirá que México participe en el desarrollo y pruebas de nuevas vacunas, pero no sólo contra el coronavirus SARS-CoV-2 sino contra otros agentes infecciosos.
“La UNAM se ha unido al consorcio para la preparación frente a pandemias, que está basado en Noruega, llamado CEPI, en donde nos incorporamos mediante una unión del Instituto de Biotecnología, la Facultad de Química y la Facultad de Medicina Veterinaria (las tres de la UNAM). Estamos entonces conformando esta red, somo el primer laboratorio en América Latina para el análisis de muestras clínicas y preclínicas, para evaluar y apoyar en el desarrollo de vacunas. En este momento trabajamos en vacunas de SARS-CoV-2, pero en un futuro próximo estaremos trabajando también con algunas otras vacunas de patógenos relevantes”, indicó la Doctora Palomares.
Los datos fueron presentados en la conferencia llamada La pandemia hacia el tercer año: Recuento y perspectivas desde la UNAM.
A partir de febrero de 2020, dos grupos de investigadores del IBt-UNAM trabajan con colegas de otras dependencias e instituciones, en investigación básica, diagnóstico molecular, tratamientos y seguimiento de la COVID-19, para avanzar en la producción de vacunas.
La Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI por sus siglas en inglés) es una coalición púbico-privada, fundada en 2017, que tiene como objetivo financiar proyectos de investigación independientes para desarrollar vacunas contra enfermedades infecciosas emergentes.
Es una fundación que recibe donaciones de organizaciones públicas, privadas, filantrópicas y de la sociedad civil para financiar proyectos de investigación independientes para desarrollar vacunas contra Enfermedades Infecciosas Emergentes (EID).
CEPI se centra en las enfermedades prioritarias señaladas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Actualmente concentra buena parte de sus esfuerzos en investigaciones para vacunas contra el SARS-CoV-2, causante de COVID19, pero también en el coronavirus causante del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV), así como contra el Virus de Nipah, el virus de la fiebre de Lassa, el virus de la fiebre del Valle del Rift y el virus Chikungunya. CEPI también busca construir mecanismos para garantizar que todos los países tengan acceso equitativo a vacunas durante los brotes epidémicos. Fue fundado por Noruega, Japón Alemania, Reino Unido, la Unión Europea, la Fundación Gates y Wellcome Trust.
Alianza con Hidalgo
Adicionalmente a la alianza CEPI, en México la UNAM constituyó una alianza con el estado de Hidalgo para trabajar en favor del establecimiento de una planta para fabricar vacunas, con calidad para uso humano. Ambas acciones son parte de un conjunto de esfuerzos que realizó la UNAM en los últimos dos años para el impulso al desarrollo de investigación básica, análisis molecular e investigación para desarrollo de vacunas, con el objetivo de ayudar a México a contender con la pandemia.
“Identificamos que una de las principales limitantes, a nivel nacional, es contar con infraestructura para poder fabricar el material clínico. Me atrevo a decir que esto es lo que ha limitado el desarrollo de varias de las vacunas en la UNAM. Y básicamente, tenemos un esfuerzo de la UNAM en colaboración con el gobierno de Hidalgo, que es una nueva planta piloto, que estará establecida en la Ciudad del Conocimiento, en Pachuca, para poder fabricar material clínico, para poder responder a esto”, dijo la Doctora Palomares, directora del IBt-UNAM.
Apoyo universitario en diagnóstico
La UNAM cuenta con dos Clínicas de Diagnóstico para el Coronavirus, que documentan la historia natural de COVID-19 y la utilidad de las pruebas diagnósticas. También determinaron en qué fases de la enfermedad es más útil cada prueba: el PCR sirve desde el momento del contagio hasta los 21 días, mientras que las rápidas de antígeno son útiles para identificar variantes y un diagnóstico seguro y temprano para que la persona no continúe propagando el virus, informó la coordinadora de esas Clínicas, Yolanda López Vidal.
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