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Universum te invita a aprender a tomar mejores decisiones en su nueva sala

El recinto inauguró “Decide: tu espacio, tus ideas”, donde se invita a desarrollar herramientas creativas para la toma de decisiones y soluciones

Estudiantes usando la tecnología en el aula
El espacio está dividido en tres zonas, las dos principales de encuentro y discusión con otros visitantes. El espacio está dividido en tres zonas, las dos principales de encuentro y discusión con otros visitantes. (Universum)

Tomar una decisión puede no ser fácil. Ser adolescente y hacerlo, un poco menos; ser adolescente y tomar una decisión que resulte asertiva y bien planeada, no es exactamente la regla. No obstante, un buen simulacro en un espacio controlado puede ayudar a aprender a tomar mejores decisiones.

Tal es el caso de “Decide: tu espacio, tus ideas”, el nuevo espacio interactivo de Universum, Museo de las Ciencias de la UNAM, inaugurado recientemente con el apoyo de BBVA.

La experiencia está diseñada para jóvenes con el enfoque de las ciencias del comportamiento, un campo en el que disciplinas como la psicología, la economía y la ciencia política, entre otras, ayudan a entender la forma en que las personas tomamos decisiones. El marco teórico de la sala fue realizado con especialistas de la Facultad de Psicología de la UNAM, quienes asesoraron al museo sobre cómo funcionan los cerebros adolescentes, cómo maduran y toman decisiones.

“La idea es que los chicos se den cuenta de que todo el tiempo están tomando decisiones, aunque piensen lo contrario”, señala en entrevista Norma Corado, curadora de la sala. “En este espacio, con ayuda de los anfitriones podremos ayudarles a detonar su creatividad en la toma de decisiones, algo que no les gusta a menudo, sin embargo, aquí terminan haciéndolo con empatía. Al final, es una experiencia que les gusta”.

¿EN QUÉ CONSISTE?

El espacio ubicado en el segundo piso del edificio A del museo consta de tres zonas de interacción, la primera (exterior) es de libre tránsito, donde los visitantes pueden observar cómo se llevan a cabo las dinámicas de las otras dos áreas: toma de decisiones y diseño de soluciones.

Casi como si fuera un salón de clase, pero más interactivo y espacioso –además de que te encuentras en uno de los museos más bellos del país–, la dinámica en el área requiere que te reúnas en grupos de, al menos, seis personas –máximo quince–. Corado explica que en la Zona 2, se comparten retos con los visitantes, así como posibles soluciones, para tomar decisiones de manera individual y, posteriormente, de manera colectiva.

Ahí es donde viene el cambio de paradigma, porque se requiere negociar. Hay personas que piensan diferente a nosotros, con ideas diferentes, y necesitamos ponernos de acuerdo para tomar una decisión y que se vea reflejada al final de la sesión”, que dura entre 35 y 40 minutos.

“Ha sido interesante porque las discusiones se enriquecen y es que, en general, no sabemos discutir ni negociar, hay veces en que somos individualistas y tomamos decisiones que repercuten en otros”.

CHAVOS Y NO TAN CHAVOS.

Algunos de los retos que abordan ahora con los jóvenes, añade, son de tipo urbano, como el transporte público. “Nuestro objetivo meta son los chicos y chicas mayores de 13 años, que ya transitan y conocen la ciudad, se enfrentan a estas problemáticas y conflictos urbanos. La idea es que entren a este espacio y comiencen a ejercer sus funciones de toma de decisiones”.

La Zona 3 retoma este tipo de retos a través de un sistema de planeación para generar poco a poco un plan de solución, un plan de trabajo y un emprendimiento que, en algún momento, podrían llevar a cabo, refiere la especialista de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM tras un recorrido posterior a su inauguración. 

“Esto reta mucho a los visitantes para que sean creativos, negocien y trabajen mucho en equipo. Al final de la actividad, se pueden llevar la planilla que trabajaron, analizarla y llevarla a cabo. Es una experiencia totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados, sobre todo generaciones atrás”.

Esta segunda actividad tiene una duración de 45 a 50 minutos, por lo tanto, se invita a los visitantes a “decidir” cuál de las dos quieren llevar a cabo y complementarla con la faltante en una segunda visita, agrega Corado.

Pero lo que jóvenes y adultos desarrollan en estos espacios no son sólo elecciones de las mejores opciones al transportarse por la ciudad, acota la universitaria, sino que pueden extrapolarse a otros entornos y situaciones, e incluso hasta plantear un trabajo escolar.

“Es un esquema de pensamiento, más que una forma de resolver algo en particular. Se trata de una forma diferente de pensar y estructurar, lo cual ayuda a que los chicos detonen su creatividad. Las dinámicas nos enfrentan además a preguntas como: ¿de dónde salen los presupuestos?, ¿cuánto cuestan las cosas?, ¿a qué público me enfocaré?, ¿qué solución quiero dar? Preguntas que casi nunca nos hacemos. Aquí lo hacemos y, con los anfitriones, buscamos resolverlas”.

Para complementar las actividades del espacio, Universum ha puesto en línea dos cursos, diseñados en Moodle. Cada uno de 20 horas:

“Atrévete ser vigilante del planeta” tiene como objetivo llevar a cabo acciones que impulsan la sostenibilidad y plantear soluciones colectivas para lograr un cambio. Una de las metas es lograr una mejor distribución de nuestros recursos naturales de manera que las necesidades de todas las personas estén cubiertas sin llegar al techo ecológico.

“ABC de un proyecto sostenible” es un curso en el que “podrás ver todo lo que implica desarrollar un plan de acción y la importancia que tiene para la sostenibilidad. A través de acciones cotidianas y la fuerza de las personas, es que podemos lograr un cambio e incidir en lo social, lo ambiental y lo económico”.

Más información en: http://e-learning.universum.unam.mx

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