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La Universidad del Valle de México (UVM) anunció el pasado viernes la puesta en marcha de cuatro nuevos programas de licenciatura que conformarán su nuevo Clúster de Biotecnología. Este esfuerzo sumará las capacidades de 12 de sus 29 campus universitarios, distribuidos en entidades como Estado de México, Ciudad de México, Jalisco, Nuevo León, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz.
El nuevo proyecto tendrá como base la infraestructura y procesos académicos de la Licenciatura en Químico Farmacéutico Biotecnólogo (QFBt), fundada en 2009. A ella se unirán, en el clúster biotecnológico, las nuevas carreras de Ingeniería Biotecnológica; Ingeniería Química, Ingeniería Bioquímica y Licenciatura en Biología.
La creación del clúster biotecnológico de la UVM se planteó al interior de esa universidad a partir de los indicadores exitosos de sus programas de QFBt, que generan cada año más de 250 proyectos científicos estudiantiles, de los cuales, cerca de 20 por ciento son publicados, premiados o reconocidos en foros académicos mexicanos o internacionales.
“La calidad de los estudiantes que han egresado de estos programas les ha permitido incorporarse a centros de investigación e industrias biotecnológicas de Estados Unidos, Australia, Francia y México, así como ingresar a posgrados de alta calidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav)”, informó a Crónica, minutos después de la presentación del clúster, el Maestro en Ciencias Alberto Jesús Ríos Flores, coordinador académico e investigador en Biotecnología en el Campus Lomas Verdes de la UVM, quien es reconocido por estudios recientes sobre la capacidad de regeneración de tejidos del pez cebra.
“La pertinencia de este clúster se demuestra con la reciente experiencia que vivió la humanidad durante la pandemia de COVID-19. Aunque este problema sanitario paralizó a muchas áreas de la actividad humana, en la biotecnología se consideró como un reto el desarrollo a toda velocidad de una vacuna. Se plantearon muchas preguntas y se buscaron muchas soluciones, pero hoy las personas contamos con una vacuna, gracias al trabajo de la biotecnología”, agregó Ríos Flores.
PERFIL CIENTÍFICO
Fundada en 1960, la Universidad del Valle de México (UVM) cuenta actualmente con 29 campus, en 18 entidades de la República, donde estudian 129 mil estudiantes de bachillerato, licenciatura y posgrado. Una de sus divisiones más grandes es la de ciencias de la salud donde se imparten las carreras de medicina, enfermería, ingeniería biomédica, nutrición, odontología, fisioterapia y OFBt. Esta última carrera será ahora núcleo del nuevo clúster biotecnológico.
La palabra clúster significa racimo, en inglés, y se usa para describir proyectos que están vinculados en su base y crecen de manera simultánea, expuestos a los mismos nutrientes y a las mismas adversidades; juntos pueden generar frutos de mayor abundancia y calidad.
Entre las líneas de docencia e investigación, el proyecto contempla el uso de herramientas de biotecnología, química molecular e ingeniería genética para el desarrollo y prueba de nuevos fármacos, detección de enfermedades mediante perfil genético y pruebas de procesos para certificación de alimentos, tratamiento de agua y suelo contaminado.
“Es importante que la gente sepa que uno de los ejemplos más importantes de las aportaciones de la biotecnología es la insulina que actualmente usan muchos pacientes con diabetes para controlar sus niveles de azúcar. Esa insulina es producida por bacterias que se mejoraron con biotecnología, gracias al trabajo de un biotecnólogo mexicano: el doctor Francisco Bolívar Zapata”, explicó durante la presentación oficial de los nuevos programas, el doctor Rogelio Enrique Carrera Gutiérrez, Director de Ciencias de la Salud de la UVM.
El planteamiento con el que nacen las nuevas carreras de la UVM es formar profesionistas que generen una industria biotecnológica nacional; que hagan transferencia de tecnología; que generen patentes en campos tan diferentes como la agricultura, ciencias de la salud, combate a la contaminación e incluso ciencias petroleras. También se busca incorporarse a un área emergente que es la biología sintética.
“Se arma un clúster biotecnológico muy fuerte a nivel nacional, pero también se agrega la carrera de biología, que es una carrera que tradicionalmente sólo se impartía en universidades públicas, pero que hemos visto que es indispensable para poder proteger la biodiversidad nacional y poder explicar cómo interactúan con ella sistemas productivos de los que dependen muchas familias; por ejemplo, los cafetales”, dijo a este diario el maestro Ríos Flores.
VOCACIONES CIENTÍFICAS
En términos sencillos, se puede definir a la Biotecnología como el uso de organismos vivos o células para obtener un bien o un servicio de utilidad para la humanidad.
Desde hace más de 2 mil años, diferentes civilizaciones han usado microorganismos para elaborar alimentos, como las levaduras para el pan y las bacterias ácido-lácticas para el yogurt, aunque se desconocía el proceso bioquímico mediante el cual se obtenían los productos. Todo esto es parte de lo que se conoce como Biotecnología Tradicional.
Pero también existe lo que se llama la Biotecnología Moderna, Ingeniería Genética o del DNA Recombinante, que es la que ha revolucionado diferentes áreas de la salud, tanto en el diagnóstico como el tratamiento de ciertas patologías, sin dejar de lado la industria de los alimentos, los fármacos, la cosmética e, inclusive, la sustentabilidad ambiental.
Este paso gigantesco se debe principalmente al conocimiento del genoma de diferentes organismos incluyendo el humano, así como al desarrollo de diversas técnicas y herramientas que han permitido su modificación para obtener un beneficio.
Antes de plantear la generación de un clúster en biotecnología, la UVM hizo un estudio sobre los intereses y vocaciones científicas presentes entre los jóvenes mexicanos. El hallazgo fue que ha aumentado el interés en las carreras científicas y que se han presentado cambios notorios en las últimas décadas pues carreras como Química y Biología, ya se ubican entre las 10 que más buscan los jóvenes en todo el país.
En este escenario se puede ver que hay estados más proclives hacia la formación biológica y biotecnológica, como Estado de México, Jalisco y Nuevo León; mientras que estados como Sonora y Veracruz tendrían más inclinación hacia la formación química.
Por sus aplicaciones, se divide en: Roja, Verde, Azul y Blanca. La Biotecnología Roja es la referente a los procesos médicos y de diagnóstico. La Biotecnología Verde se encarga de la agricultura y, por ende, de los alimentos como son los vegetales. La Biotecnología Azul está a cargo de la vida marina. Y la Biotecnología Blanca está relacionada con todos los procesos industriales.
Impulsarán formación de empresas de base tecnológica
Uno de los desafíos más importantes que enfrentan todas las universidades es poder asegurar que sus egresados se incorporen al mercado de trabajo. Frente a esta problemática, la UVM impulsará que los alumnos del clúster biotecnológico tengan una formación científica robusta y también tengan en la mira la posibilidad de fundar empresas de base tecnológica, por medio de incubadoras y de formación administrativa. “Los estudiantes que han egresado de la Licenciatura en QFBt tienen calidad para entrar a los mejores programas de posgrado. Ahora buscamos que también sientan la confianza de que tienen las herramientas para desarrollar empresas que generen productos, tecnologías y soluciones que demanda el país”, indicó Jesús Ríos Flores.
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