Las investigaciones están arrojando cada vez más datos para conocer la viruela del mono o 'monkey pox', una infección sobre la que actualmente le rodea el debate de si es o no una patología de transmisión sexual.
Precisamente, un nuevo estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación "la Caixa", y el Hospital Clínic de Barcelona, publicado en la revista 'Eurosurveillance', ha demostrado que el virus de la viruela del mono se detecta con frecuencia en saliva, semen, y en otras muestras clínicas de los infectados.
Este trabajo científico contribuye a un mejor conocimiento sobre cómo se transmite esta enfermedad emergente, según reconoce en una entrevista con Infosalus el investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), y microbiólogo del Hospital Clínic de Barcelona, Mikel Martínez.
"Sobre este virus había muy pocos datos o información sobre su biodistribución o presencia en otros líquidos biológicos. Se sabía que estaba en las lesiones cutáneas, y que estas son infecciosas", señala.
Cita concretamente que había muy pocos datos de un estudio de Inglaterra sobre casos importados de África, donde se veía que se podía detectar en muestras nasofaríngeas, en sangre, en orina; y también de otro pequeño estudio italiano donde los habían detectado en semen en tres casos, y uno en saliva; "por lo que hacía falta más información sobre esto", remarca este experto.
El equipo liderado por Mikel Martínez, investigador de ISGlobal, y José Luis Blanco, del Hospital Clínic de Barcelona, ha verificado la presencia de material genético del virus en diferentes muestras biológicas (más de 140 diferentes), recogidas en diferentes momentos, de 12 pacientes con infección confirmada por viruela del mono.
Todos los pacientes presentaban en el momento del diagnóstico una alta carga de ADN viral; así como ADN en la saliva de todos los pacientes, algunos de ellos con altas cargas virales. "Solo un estudio previo había testado la saliva, en un solo paciente. También se detectó ADN viral en muestras rectales (11 de 12 pacientes), nasofaríngeas (10/12 pacientes), de semen (7/9 pacientes), de orina (9/12 pacientes) y fecales (8/12 pacientes).
"Estos datos reportan una información más sólida sobre la presencia del virus y en algunos casos con una carga viral elevada, es decir, no solo la presencia del virus, sino en una cantidad importante", aclara.
Sobre si es habitual encontrar restos del virus en muestras biológicas humanas, Martínez indica que todo depende del microorganismo, por eso explica que para cada virus que se estudia es importante determinar por dónde se distribuye, y el tener idea sobre la infecciosidad de las muestras aporta información sobre los posibles mecanismos transmisión.
Eso sí, el investigador del ISGlobal remarca que, en su estudio, no se ha determinado la infecciosidad de las muestras, y recuerda que para determinarlo hay que cultivar el virus. No obstante, resalta: "El haberlo detectado con tanta frecuencia en estos casos, y en algunos casos en cantidades elevadas, me extrañaría que no jugara un papel en la transmisión y en la epidemia de ahora, sobre todo por contacto sexual. Hay debate sobre ello, sobre si es una enfermedad de transmisión sexual o no, pero sí está claro que por contacto físico estrecho se contagia, y si tienes las lesiones cutáneas contagiosas, y el virus en muestras biológicas, nuestra opinión es que esta amplia presencia de virus contribuye a la transmisión de este brote".
En este punto, el coordinador del grupo de trabajo de monkey pox de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), afirma que, desde la parte clínica, una cosa es que es que se encuentre una prueba positiva en semen, y otra cosa es que ese virus se transmita. De hecho, salvando las distancias, recuerda el caso de las personas con PCR positiva en COVID-19 pero que no contagian.
"Que la viruela del mono sea una enfermedad de transmisión sexual, demostrado fehacientemente no está. Lo parece, y todos lo pensamos, pero necesitaríamos cultivar el virus en semen para demostrar que es transmisible. No se ha hecho hasta el momento, y en España no tenemos medios para ello, porque se necesita un laboratorio de nivel de bioseguridad 4, que todavía no está hecho, aunque sí existe la promesa de su construcción en el Centro Nacional de Microbiología", añade.
Entonces, pide diferenciar una enfermedad de transmisión sexual, aquellas que se transmiten por los fluidos sexuales; del hecho de que la enfermedad se transmita por el contacto sexual: "Lo que sí sabemos es que la enfermedad se transmite en casi todos los casos por el contacto directo, por el piel con piel de una persona contagiada con otra que no lo está, a través de las vesículas de la piel que están llenas de virus".
Desde el principio dice que se están viendo pacientes que tienen vesículas en el pubis, en el pene, o en la región anal, y que contagian durante el acto sexual a esas personas; con lo cual, incide en que el mecanismo de transmisión tiene lugar en la relación sexual pero no está claro si por los fluidos corporales o por el contacto directo de momento.
Igualmente, hace hincapié en que no se debe hablar de una enfermedad exclusiva de hombres homosexuales, porque el mismo mecanismo de contagio ocurre en una relación heterosexual también y recuerda que en Madrid hace unos días dio positivo en monkey pox un bebe de siete meses, al que contagiaron sus padres.
POR QUÉ ESTÁ EMPEZANDO A SER INQUIETANTE ESTA ENFERMEDAD
Ante este escenario de casos elevado, el investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), y microbiólogo del Hospital Clínic de Barcelona, Mikel Martínez, lamenta que "está lejos de ser controlado".
"Empezó a principios de mayo. Estamos en julio y ya tenemos 18.000 casos reportados, y esto está aumentando sin parar, y ya se localiza en más de 60-70 países, cuando era una enfermedad endémica africana. Se extiende globalmente, y en España hay más de 3.000 casos. Entonces esto es inquietante porque los casos aumentan y no se está controlando la transmisión", subraya.
¿VACUNACIÓN?
Para mantenerla a raya, este experto sí cree que ayudará que la OMS la haya declarado la 'situación de emergencia' con respecto a esta enfermedad, algo que pondrá más énfasis en ella y hará que los países actúen. Recuerda que en algunos sitios se están iniciando campañas de vacunación porque se sabe que la vacuna de la viruela ofrece un grado de protección contra esta enfermedad.
Precisamente, Madrid y Cataluña son las dos comunidades autónomas con mayor número de casos detectados y desde esta misma semana han comenzado a administrar la vacuna preexposición a personas de 18 a 45 años con prácticas sexuales de alto riesgo y que cumplan con los criterios clínicos establecidos.
CÓMO PREVENIRLA
El coordinador del grupo de trabajo de monkey pox de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), el doctor Francisco Javier Membrillo de Novales, advierte en este sentido que el uso del preservativo no es suficiente para prevenir la infección.
"Se transmita o no por el semen, o por los fluidos vaginales, como está este otro mecanismo que sí sabemos que contagia, que es el de las lesiones cutáneas, el preservativo no protege del contagio durante una relación sexual. Entonces, esta infección, aunque se comporte como una enfermedad de transmisión sexual, dado que sabemos seguro que sí se transmite por esas lesiones, el preservativo en este caso no va a proteger del contagio de viruela del mono", recalca.
Por su parte, Martínez, de ISGlobal, subraya que lo más importante a la hora de prevenir la enfermedad es no estar en contacto con un caso de viruela del mono, por esa transmisión de contacto físico estrecho.
En cuanto a los síntomas, recuerda que en muchos casos se produce un cuadro gripal inespecífico (fiebre, malestar general, dolores musculares) que, a veces, precede a la aparición de lesiones cutáneas. "Estas son una especie de vesículas, que derivan en unas pápulas, con una depresión central, y luego se convierten en costras. Esto es bastante característico en la enfermedad", remarca.
Aquí puntualiza que estas lesiones se consideran contagiosas hasta que desaparecen, y duran en torno a dos o tres semanas en desaparecer, hasta que se caen las últimas costras. Avisa igualmente del contacto con superficies que hayan tocado estas lesiones, o bien con ropas contaminadas, por donde también se puede transmitir la enfermedad.
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