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Una de cuatro personas sufrirá un infarto cerebral en algún momento de su vida

De cada cinco personas que lo sufren, tres quedarán con secuelas importantes, dice Fabiola Serrano, neuróloga vascular

Día Mundial del Ictus

Diabetes mellitus e hipertensión favorecen la enfermedad vascular cerebral

(Primera parte)

ESTÁBAMOS DE FIESTA. Habían pasado unos minutos desde que la Juez del Registro Civil había casado a mis amigos. Llevaban días bajo mucho estrés. Además de la boda, se preparaban para, en unas semanas, volar hacia Europa e iniciar una estancia sabática. Vender los autos, dejar sus casas a resguardo, arreglar cientos de papeles. De pronto, Luis se sintió mal y el color abandonó su rostro.

“Comenzaba a relajarme y estaba de pie platicando cuando empecé a perder rápidamente fuerza en la pierna derecha. Estiré el brazo para apoyarme en una silla y, para mi sorpresa, perdí también fuerza. Era mi brazo derecho por lo que comencé a caer y la gente me ayudó pensando que estaba por desmayarme. Tenía los ojos cerrados, estaba consciente, pero no podía responder a las preguntas, sólo monosílabos. Entendía lo que me decían, pero las respuestas simplemente no salían de mi boca. No tenía ni movimiento ni sensación en el lado derecho de mi cuerpo”, me explica Luis unas semanas después cuando le pregunto qué sintió.

¿No tuviste miedo? – vuelvo a preguntar.

“Estaba desconcertado, pero no tenía miedo. No se me ocurrió que pudiera ser un infarto cerebral”.

El infarto es una patología frecuente. A nivel mundial, una de cada cuatro personas sufrirá, en algún momento de su vida, un infarto cerebral, indicó Vanessa Cano, neuróloga vascular coordinadora de la Clínica de Enfermedad Vascular Cerebral del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez (INNNMVS), en un simposio dedicado al tema en la Academia Nacional de Medicina de México el viernes pasado.

En el mismo simposio, Fabiola Serrano, neuróloga vascular directora de Enseñanza de la misma institución explicó que “de cada cinco personas que sufren un infarto cerebral, tres quedarán con secuelas importantes”. En México, se registran alrededor de 170,000 infartos cerebrales al año, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud. A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud estima que existen casi 14 millones de casos nuevos por año en el mundo.

Los infartos cerebrales son la segunda causa de muerte. Un análisis publicado el pasado 9 de octubre en la revista científica Lancet Neurology estima que de no haber cambio en la tendencia, para 2050 el número de muertes aumentará un 50% con cerca de 10 millones de personas que perderán la vida por esta causa en el mundo.

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Cada 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del Ictus. Otras formas de llamarlo son ataque cerebral, infarto cerebral (stroke en inglés) o muy comúnmente accidente vascular cerebral.

“No debe llamarse accidente, sino enfermedad”, explica a Crónica Lilia Núñez Orozco, neuróloga y jefa del Servicio de Neurología del Centro Médico Nacional 20 de noviembre. “El accidente es algo que ocurre de manera inesperada, fortuita y sin ningún motivo que podamos identificar”. Núñez quiere enfatizar que los infartos cerebrales no ocurren por accidente, ni debidos al azar o al destino. Los infartos ocurren porque la persona tiene una enfermedad vascular cerebral y reconocerlos como enfermedad nos hace responsables.

La enfermedad vascular cerebral (EVC) se refiere a la afección de las arterias o venas cerebrales. Existen diferentes subtipos, el más frecuente de ellos, y el más tratable, es la isquemia o infarto cerebral que ocurre en 56% de los casos, explicó Antonio Arauz Góngora, neurólogo y director del INNNMVS durante el simposio de la Academia Nacional de Medicina. El infarto isquémico ocurre cuando se presenta una alteración brusca de la circulación de la sangre hacia alguna parte del cerebro. El otro subtipo más frecuente es la hemorragia cerebral, que ocurre por la ruptura de un vaso cerebral. Comprende el 40% de los casos y es más difícil de tratar. En este reportaje hablaremos exclusivamente del infarto cerebral.

El Día Mundial del Ictus se conmemora el 29 de octubre.

Un infarto cerebral ocurre en una persona que tiene enfermedad vascular cerebral como resultado de haber padecido a lo largo de su vida enfermedades que producen alteraciones de las arterias de todo el cuerpo, pero especialmente del corazón y el cerebro. “El infarto es la culminación de enfermedades como la diabetes, presión arterial alta, hiperlipidemia (colesterol y/o triglicéridos elevados)”, dice Núñez. Estas enfermedades aceleran un proceso de envejecimiento normal que sufriremos todos en las arterias llamado arterioesclerosis. Pero “la diabetes, presión arterial alta y las hiperlipidemias aceleran el proceso y lo hacen más severo desde el momento en que se presentan en la vida de la persona”, agrega Núñez.

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La enfermedad vascular cerebral es tan frecuente que prácticamente, en cualquier familia, alguno de sus integrantes, en algún momento, ha sufrido este problema. Lamentablemente, cada vez más gente joven, incluyendo niños, desarrollan este tipo de condiciones lo que acelera la arterioesclerosis y los pone en riesgo de sufrir “un evento vascular cerebral en edades mucho más tempranas de las que les tocaría por un envejecimiento normal o natural”, sentencia.

Luis, 53 años, es considerado joven para padecer enfermedad vascular cerebral. Pero desde hace 17 años padecía hipertensión arterial. “Un dolor fuerte de cabeza no era extraño”, dice. Tomaba medicina, pero nunca pensó en el riesgo que corría de desarrollar enfermedad vascular cerebral. Tampoco estaba preparado, a pesar del riesgo, para identificar rápidamente los signos de un posible infarto cerebral. ¿Usted podría reconocerlos?

SIGNOS DE ALARMA.

El daño que puede producir un infarto cerebral depende del tiempo que dura y de la zona del cerebro que se ve afectada. De ahí que la velocidad con la que se atiende a la persona es crucial. Se requiere entonces identificar rápidamente los síntomas para poder acudir cuanto antes al hospital lo que ayuda a evitar secuelas graves o incluso la muerte.

En abril de este año se lanzó la campaña CAMALEÓN, con el fin de facilitar la identificación de los síntomas de un infarto cerebral. La idea es recordar: CAra colgada, MAno pesada, LEngua trabada, ponte en acciÓN.

Primero hay que ver la cara, si es asimétrica, si se va de lado. La mano nos recuerda revisar si hay debilidad en manos, brazos y/o piernas. La lengua es para revisar si hay alteraciones del lenguaje, para pronunciar palabras o para comprender lo que se dice. Ponte en acción es acudir rápidamente al hospital. Para ello es importante conocer qué hospitales atienden infarto cerebral. Luis tenía varios de estos síntomas. La cara la tenía ligeramente de lado, no era tan perceptible, pero no podía mover brazo y pierna derecha, tampoco podía responder con frases elaboradas a las preguntas.

El infarto cerebral, se registra cuándo súbitamente se interrumpe el flujo de sangre al cerebro, pero hay factores de riesgo que se pueden evitar

SUERTE.

Afortunadamente, había un médico internista en la boda que identificó los signos de alarma y decidió llevar a Luis al hospital. Luis es de los afortunados. Tras unas semanas en el hospital se que recupera sin aparentes secuelas.

Algo importante es contar con suficiente información para tomar mejores decisiones. En los próximos días hablaremos de la prevención, el tratamiento, cómo la tecnología puede ayudar ante el panorama de esta enfermedad, la rehabilitación y sobre los hospitales con capacidad para tratar estas enfermedades.

Por lo pronto, los médicos y especialistas en el campo publican con motivo del Día Mundial del Ictus, un posicionamiento sobre qué necesitamos para mejorar el panorama del infarto cerebral en México. Se puede consultar en el twitter @INNNMVS.

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