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“Una dieta saludable requiere menos tierras agrícolas y formas diferentes de producir alimentos”

En México se usan 97 millones de hectáreas, pero es posible generar alimentos saludables con la mitad de esos terrenos: María José Ibarrola. La dieta se recomienda a naciones como México por su alta carga de obesidad y desnutrición

cambio sustentable

La doctora Ibarrola Rivas hizo un cálculo específico para México, a partir de los problemas de traslado de alimentos durante la pandemia de COVID19.

UNAM

México cuenta con 97 millones de hectáreas de terrenos dedicados a producir alimentos, pero un cálculo realizado en el Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló que es posible producir suficientes alimentos saludables para los mexicanos con la mitad de esos terrenos agrícolas, siempre y cuando la sociedad participe en un cambio de hábitos de alimentación.

La doctora María José Ibarrola Rivas, investigadora del Departamento de Geografía Física, explicó que en el cálculo de los terrenos que se requieren para alimentar a los mexicanos de manera saludable se usaron como guía los lineamientos de dieta saludable para la sociedad, que elaboraron en 2019 los miembros de la Comisión EAT-Lancet, organismo que reúne a expertos de 16 países, especialistas en salud, agricultura, ciencias políticas e impacto ambiental.

En ese año presentaron la propuesta de una Dieta de Referencia Saludable o Healthy Reference Diet (HRD) para abordar el problema; se recomienda su uso en naciones como México, que tienen una alta carga de obesidad y desnutrición persistente.

CÁLCULO DE SUPERFICIE

Motivada por lo ocurrido durante la emergencia sanitaria por la COVID-19, cuando algunas naciones cerraron sus fronteras, Ibarrola Rivas se preguntó qué pasaría si se suspendieran las importaciones y exportaciones de alimentos. A partir de ahí revisó qué cantidad de área agrícola se necesitaría para producir el que se consume y si hay suficiente territorio para ello.

“Sabemos que la dieta actual no es saludable y tampoco queremos que siga, por eso utilizamos la referencia de EAT-Lancet, que es lo que ahora se tiene de recomendación para alimentar a la población con un bajo impacto ambiental y con dietas sostenibles”, precisó.

Para el trabajo, publicado en la revista “Sustainable Production and Consumption”, Ibarrola Rivas calculó el área necesaria para mantener la dieta actual, la sostenible propuesta por EAT-Lancet y la nueva referencia elaborada por el INSP.

El resultado fue comparado con el área agrícola disponible para el país, y la conclusión fue que para el patrón de consumo actual se requiere más del área agrícola, asumiendo que los alimentos que se importan actualmente se producirían en México y se consumirían los que ahora se exportan.

En contraste, la dieta saludable y sostenible requiere de la mitad del área agrícola que demanda la actual. Esto es resultado principalmente del bajo consumo de productos animales en la primera en comparación con la segunda.

“El país dedica 97 millones de hectáreas a la actividad agrícola, de las cuales una cuarta parte es área de cultivo y el resto son pastizales; entonces, la mayoría del área (los pastizales) se usa para producir alimentos derivados de vacas, cabras y borregos, que son los animales que se alimentan de estos. Si se piensa bien todo eso se ocupa solo para producir carne y lácteos. Entonces, en la dieta sostenible se necesita menos de lo que hay actualmente, pero también se requiere producir diferente”, apuntó.

La dieta modelo que propone EAT-Lancet sugiere aumentar la presencia de verduras y leguminosas en las dietas.

EAT.Lancet

COMISIÓN EAT-LANCET

La Comisión EAT-Lancet reunió, en 2019, a 37 científicos líderes de 16 países en diversas disciplinas, para desarrollar objetivos científicos mundiales para dietas saludables y una producción sostenible de alimentos. La Comisión se centra en dos parámetros del sistema alimentario mundial: el consumo final; es decir dietas saludables, y la producción sostenible de alimentos. Estos factores impactan de manera desproporcionada en la salud humana y la sostenibilidad ambiental.

“Si no pasamos a la acción, el mundo corre el riesgo de no cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Acuerdo de París, y los niños de hoy en día heredarán un planeta que ha sido severamente degradado y donde una buena parte de la población sufrirá cada vez más de desnutrición y enfermedades prevenibles. Existe evidencia científica sustancial que vincula las dietas con la salud humana y la sostenibilidad ambiental. Sin embargo, la ausencia de objetivos científicos acordados a nivel mundial para dietas saludables y la producción sostenible de alimentos, ha obstaculizado los esfuerzos coordinados a gran escala para transformar el sistema alimentario mundial”, indica el primer informe de EAT-Lancet, que puede ser consultado en la dirección de internet: https://eatforum.org/

La Comisión reconoce que los sistemas alimentarios tienen impactos ambientales en toda la cadena de suministro, desde la producción hasta el procesamiento y la distribución, y además van más allá de la salud humana y ambiental al afectar también a la sociedad, la cultura, la economía y a la salud y bienestar de los animales. Sin embargo, dada la amplitud y profundidad de cada uno de estos temas, fue necesario colocar muchas cuestiones importantes fuera del alcance de la Comisión.

El modelo de alimentación saludable y sostenible considera disminuir el consumo de alimentos que provocan enfermedades metabólicas.

EAT.Lancet

SALUDABLE Y SUSTENTABLE

Una de las preocupaciones compartidas por diferentes países, con mirada al futuro, es cómo asegurar dietas saludables y amigables con el medio ambiente, a partir de la cadena alimentaria actual. Lograr dietas con esas características para todas las personas con los recursos limitados del mundo es uno de los mayores desafíos de la humanidad.

Dos años después de que la comisión multinacional EAT-Lancet presentó su Dieta de Referencia Saludable (HRD), en México, en 2021, investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), presentaron una propuesta de nuevas políticas nacionales para transformar el sistema alimentario, que incluye la adaptación del HRD al contexto mexicano, además de políticas de apoyo a los pequeños agricultores para reducir las importaciones de alimentos.

Ibarrola Rivas comentó que existe una lista de oportunidades para que México avance hacia una dieta saludable y sustentable; por ejemplo: considerando el terreno utilizado para cultivar caña de azúcar o alimento de ganado, se podría aprovechar para sembrar frijol, ya que en la actualidad el área dedicada para el cultivo de esta leguminosa es insuficiente para abastecer las necesidades de la población, por lo que se podría hacer un cambio en el uso de suelo y producir más.

Adicionalmente, se utilizarían menos pastizales de los actuales, los cuales son los principales causantes de la deforestación en zonas tropicales, resaltó la investigadora.

TRADICIÓN Y RECOMENDACIÓN

Respecto a retomar las dietas tradicionales o ancestrales del mexicano, la universitaria externó:

“Son muy apegadas a la recomendación de EAT-Lancet o, mejor dicho, las dietas tradicionales mexicanas son ejemplo de una dieta sostenible, porque básicamente es nutricionalmente adecuada y tiene un bajo consumo de productos animales”.

La dieta sostenible, agregó, se refiere a un bajo consumo de carne de res, principalmente, o de animales rumiantes, que en la actualidad es mayor a lo recomendado; la dieta mexicana de hace 300 o 400 años, inclusive de inicio de siglo, era más cercana a esa referencia.

Con la actual dieta disminuyó, a menos de la mitad de lo sugerido, la ingesta de leguminosas como habas y frijoles, cultivos que son fuente rica de proteínas. Sin embargo, hay un alto consumo de alimentos procesados, alertó María José Ibarrola.

La especialista en seguridad alimentaria precisó que una dieta saludable y sustentable demanda de 20 a 50 por ciento menos de tierra agrícola, dependiendo del tipo de recomendación dietética, que la dieta promedio actual de la población mexicana.

Pero se necesita cambiar pastizales por tierras de cultivo y el tipo de producción; es decir, reducir las zonas de caña de azúcar y para el ganado, y aumentar las áreas de cultivo de legumbres y frutos secos, por ejemplo. Disminuir las pérdidas en la cadena de suministro y aumentar el rendimiento de los cultivos aminora considerablemente la demanda de tierras agrícolas, enfatizó Ibarrola Rivas.

CALCULAN CÓMO ALIMENTAR A 10 MIL MILLONES DE PERSONAS EN EL AÑO 2050

Al evaluar la evidencia científica existente, la Comisión EAT- Lancet desarrolló objetivos científicos mundiales para dietas saludables y producción sostenible de alimentos y los integró en un marco común, el espacio operativo seguro para los sistemas alimentarios, de modo que las dietas de salud planetaria pudieran ser identificadas. Este espacio operativo seguro está definido por objetivos científicos para la ingesta de grupos de alimentos específicos, por ejemplo, de 100 a 300 g / día de fruta, para optimizar la salud humana y por objetivos científicos para la producción sostenible de alimentos que garanticen un sistema mundial estable. Los límites del espacio operativo seguro se sitúan en el extremo inferior del rango de incertidumbre científica, estableciendo un "espacio seguro" que, si se transgrede, empujaría a la humanidad a una zona de incertidumbre con riesgos crecientes.