Academia

Expertos plantean cinco retos en materia energética para este 2023

Especialistas comisionados por la revista "Nature" analizan cinco grandes temas frente a la crisis energética global

Inicia el 2023

Manifestantes durante la COP25, en 2019.

¿Cómo cambiará el mapa de la energía global? ¿Los altísimos precios de la energía impulsarán las energías renovables? ¿Cómo cambiará el panorama industrial? ¿Cuáles serán los impactos económicos duraderos? ¿Cómo afectará la crisis energética a la acción climática? Estas son las cinco preguntas cruciales en las que se les pedirá a los investigadores de todo el mundo que se centren en 2023. Dependerá de ellos encontrar respuestas adecuadas para apoyar la acción de los gobiernos en los próximos meses para hacer frente a la emergencia energética global, de acuerdo con Simone Tagliapietra, experto global en políticas ambientales e investigador principal del think tank Bruegel.

El también investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Università Cattolica del Sacro Cuore y de la Universidad John Hopkins, fue comisionado por la revista “Nature” para esbozar algunos posibles escenarios energéticos para 2023, trabajo que llevó a cabo junto con Andreas Goldthau, director del Willy Brandt School en la Universidad de Erfurt, Alemania, y del Instituto de Estudios Avanzados de Sustentabilidad.

En su artículo editorial "Crisis energética, cinco retos para 2023", los autores, además de centrarse en el nuevo mapa energético mundial de la posguerra en Ucrania, buscaron señalar las repercusiones industriales, económicas y sociales de la crisis energética, con foco en los efectos –potencialmente positivos- que tendrá en el fomento de la transición ecológica.

"En 2022, los mercados energéticos han estado en una montaña rusa”, argumentan los investigadores. El año que culminó, apuntan, estuvo caracterizado por una crisis energética desencadenada por la invasión rusa de Ucrania, que provocó un uso geopolítico de los flujos de gas natural por parte del Kremlin hacia Europa. "Por lo tanto, 2023 será un año crucial para comprender cómo evolucionará la crisis energética y cómo afectará las elecciones que se tomarán a nivel mundial para garantizar un futuro más sostenible".

CINCO (TEMAS) PREGUNTAS.

A continuación, los planteamientos realizados por los expertos en cinco preguntas:

¿Cómo cambiará el mapa de la energía global? 

“Los eventos del año pasado han alterado fundamentalmente la posición de Rusia en los mercados energéticos globales y la forma de esos mercados. Se construyen nuevas alianzas y se consolidan las antiguas”, dice Tagliapietra. Por su parte, la Unión Europea se está acercando a los principales proveedores de gas como Noruega, Argelia y Estados Unidos, así como a los productores de África y Oriente Medio de gas natural licuado. Rusia está trasladando las exportaciones europeas perdidas a Asia. Europa verá reducciones duraderas en su consumo de gas natural como resultado de una mayor eficiencia energética, un cambio a alternativas verdes. Ante este escenario en 2023, “los investigadores deben considerar si tales pasos son suficientes para compensar la pérdida de importaciones rusas y evitar la escasez de suministro mundial”, dice Tagliapietra, también autor de “Global Energy Fundamentals”.

Un operador de plataforma guía una tubería de perforación en una instalación de producción de gas cerca de Lensk, Rusia.

Andrey Rudakov

¿Los altísimos precios de la energía impulsarán las energías renovables?

La medida en que los países pueden acelerar el cambio a la energía verde es una pregunta clave para 2023. Los altos precios mundiales del petróleo y el gas ofrecen un incentivo para que los hogares y las empresas instalen paneles solares y bombas de calor para reducir sus facturas de energía, como muchos hicieron en 2022 en Europa.

¿Cómo cambiará el panorama industrial?

Los altos costos y los suministros limitados de energía reorganizarán las industrias, incluidos los procesos y las ubicaciones. Algunos sectores manufactureros que consumen mucha energía, como el aluminio, los fertilizantes y otros productos químicos, están empezando a trasladarse a lugares que ofrecen energía más barata, como Estados Unidos y Oriente Medio. Otras industrias están innovando.

¿Cuáles serán los impactos económicos duraderos?

El próximo año traerá claridad sobre las tendencias en la “desglobalización” y el nacionalismo económico. Algunos economistas predicen que la relocalización ralentizará la transición energética global a medida que los mercados se fragmenten. Los investigadores también deben observar qué sucede con la división global del trabajo que impulsó el desarrollo de tecnologías limpias y redujo drásticamente el costo de los paneles solares en primer lugar: una combinación de innovación en los Estados Unidos, inversiones chinas en fabricación y subsidios en Europa. Si los países actúan de forma aislada y lo hacen de forma puramente competitiva, este círculo virtuoso podría romperse.

El panorama podría beneficiar a las energías verdes

“La crisis energética está exacerbando la desigualdad social dentro y entre los países. Los hogares vulnerables y las naciones de ingresos bajos y medianos han sido los más afectados por los aumentos en los costos de la energía”, dice Tagliapietra. “Los investigadores deben evaluar las implicaciones para las políticas nacionales y las políticas multilaterales de ayuda, préstamo y desarrollo. Deberían arrojar luz sobre la medida en que el aumento de la pobreza energética, las crisis de los precios de la energía y la inflación inducida por la energía debilitan la cohesión social y amenazan la estabilidad política. Las naciones ricas también pueden verse afectadas, como atestiguan las protestas en el Reino Unido y la República Checa”.

¿Cómo afectará la crisis energética a la acción climática?

Las ramificaciones aquí son potencialmente graves. Las naciones de bajos y medianos ingresos están incómodas con las respuestas occidentales a la crisis energética. Los países ricos que están recurriendo al carbón para reemplazar las importaciones rusas mientras piden a las naciones más pobres que hagan todo lo posible para descarbonizar parecen hipócritas.

“Los científicos sociales y políticos y los economistas deben identificar qué mecanismos bilaterales, regionales y multilaterales están mejor ubicados para fomentar el financiamiento climático, la transferencia de tecnología y el desarrollo de capacidades como se comprometió en el acuerdo climático de París. Es necesario reexaminar las medidas transfronterizas de carbono”, finaliza Tagliapietra.