Cultura

Antonio Orihuela: Nuestra poesía debería ser esa que puedes leer en metro o antes de dormir

El poeta relata en la Felif detalles sobre la poesía de la “conciencia” o de la línea clara, surgida en España en los sectores populares tras el franquismo

Feria del Libro de la Frontera

Antonio Orihuela participó en la Feria del Libro de la Frontera (Felif), realizada en Ciudad Juárez.

Reyna Paz

Antonio Orihuela (Huelva,1965) es un poeta que narra las violencias de la clase obrera, es el escritor que pone la mirada en los rostros de los desaparecidos y el autor que evidencia las jaulas sin rejas impuestas por el capitalismo a la humanidad.

En entrevista con “Crónica”, a propósito de su participación en la Feria del Libro de la Frontera (Felif), el autor platica sobre la poesía de la conciencia, movimiento al que pertenece y que surgió en España en la década de los 90; además comparte su reciente investigación sobre escritoras acalladas por el franquismo.

“En España, surgió algo azaroso: somos la primera generación que asiste a la universidad, somos los primeros hijos de obreros que estudian ese grado académico. La universidad en España, hasta los años 70, era de élite, no había posibilidades para que las clases populares accedieran”, afirma.

Orihuela señala que también se les entregó una herramienta que nunca habían tenido: la poesía escrita, y eso significó la posibilidad de narrar su mundo.

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Reyna Paz Avendaño en Ciudad Juárez@reynisapaz

“Nuestro mundo no es el de la clase dominante ni de la burguesía, es un mundo de obreros que viven en barrios de la periferia, que tienen oficios humildes, que sus madres son amas de casa o trabajadoras del hogar, por eso nuestra poesía de pronto empieza a ser una novedad porque comienza a hablar de cosas que nunca antes habían estado en los versos”, indica.

Ejemplo de lo anterior, es el inicio de sus poemas disidentes: Se enterraban 18 trabajadores / pero en la televisión solo salían / los rostros del poder. / Se enterraban 18 puestos de trabajo / que en el plan de futuro de la empresa / abaratarán costes para siempre.

A la poesía de Orihuela y sus contemporáneos como Jorge Riechmann, Eladio Orta, Isabel Pérez Montalbán y Eva Vaz, se le nombró poesía de la conciencia.

“El mundo de los de abajo con el mundo de los de arriba sólo se tocan en un espacio muy concreto, en el trabajo. El resto del tiempo son dos mundos que viven absolutamente separados”, asegura.

Otro término para referirse a estos autores es “los poetas de la línea clara”.

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“La línea clara significa que lo que escribe se entiende. Nuestra poesía hoy debería ser esa que puedes leer en metro o antes de dormir, pero ocurre que popularmente el concepto que tenemos de poesía no está ahí, está en la oscuridad y en lo incomprensible, es una barrera que no hemos sido capaces de romper”, señala Orihuela.

El poeta que desde 1999 coordina los encuentros anuales “Voces del extremo” celebra, en cierta medida, que la poesía no sea un género de masas y que las editoriales no le presten tanta atención.

“Eso nos ha ayudado a ser libres. Hemos podido escribir lo que realmente sentimos. El novelista de éxito tiene que ajustarse a unos patrones para que su novela venda. Nosotros nos movemos en ediciones pequeñas de 300, 500 y 700 ejemplares, pero esos libros llegan a una comunidad lectora libre, que saben que detrás no está la voz del amo”, expresa.

–¿Es la clase obrera la que vive mayores violencias?

–La violencia sobre la clase obrera es estructural. Aunque en México es diferente, en Europa uno marca distancias frente a lo que los medios de comunicación, las películas y la televisión muestran: una violencia física.

Entonces, nos preguntamos ¿dónde está la violencia? Está en los bajos salarios, en tener que trabajar 14 o 16 horas diarias, en no poder ver a tus hijos porque tienes dos trabajos. Esa es la violencia a la que, normalmente cuando escribimos, no le ponemos atención porque es más difícil de reconocer.

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MUJERES ANARQUISTAS

El reciente libro de Antonio Orihuela se llama “Las sin amo” y es una investigación sobre las escritoras españolas anarquistas que en los años 30 del siglo pasado publicaron novelas en la Revista Blanca, sello que fue perseguido durante la dictadura.

“Sabía que en los años 30, de mucha efervescencia política y cultural en España, había habido editoriales independientes como existen ahora y una de éstas se llamó Revista Blanca donde publicaron mujeres. No sabía exactamente qué número porque la dictadura fascista destruyó la editorial, quemó todas las revistas, persiguió a las autoras, destruyó los contenidos que había en las bibliotecas de estas novelas…todo desapareció”, narra.

El poeta buscó en archivos los restos de esas autoras y logró dar con el nombre y trabajo de 13 mujeres.

“Cuando lees sus novelas, se están adelantando 30 años a la contracultura norteamericana, son obras que hablan del amor libre, de la maternidad sin padres, ellas dicen que los hijos son de las madres y que el hombre sólo es un instrumento para tener el hijo deseado y que es un error la familia burguesa”, detalla.

Otra idea que plasmaron en sus novelas es la fundación de comunas donde la gente se sienta libre, además hay críticas a la religión y hablan del divorcio y la ecología.

“Hacen una crítica brutal de la ciudad de los años 30, donde la gente vivía hacinada sin condiciones higiénicas y critican el modelo productivo, dicen que hay que acabar con las maquilas privadas capitalistas, que éstas deben ser colectivizadas y todos deben cobrar lo mismo. Hablan de llevar flores en el pelo, de tomar baños de sol desnudas, es decir, en España estábamos en la vanguardia y son las primeras que dicen que la revolución soviética es una dictadura, que no hay que imitar a los soviéticos porque es un experimento que terminará mal”, comenta.

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Orihuela recuerda que dos de esas autoras migraron a México. “Algunas se exiliaron en Francia, unas saltaron el océano para llegar a México y otras desaparecieron porque intentaron que la dictadura fascista no se fijara en ellas y cambiaron su nombre”.

Una de las que se estableció en el país fue Cecilia García de Guilarte y trabajó como periodista en Durango, después en la Ciudad de México escribió en periódicos y revistas que se dedicaban a temas de moda en los años 40.

“Hay otra que no recuerdo ahora su nombre, pero trabajó en la radio y escribiendo guiones para el cine mexicano de la edad de oro en los años 50. De Cecilia García encontré rastros de sus de sus textos y artículos en la prensa mexicana”, dijo el poeta.