Cultura

“Un buen fotógrafo se convierte en un ser casi invisible”: Daniel Mordzinski

El fotógrafo argentino publica “Hotel Chile”, fotobiografía y un ritual de despedida de su mejor amigo, el escritor Luis Sepúlveda

Entrevista

El artista adelantó sobre el trabajo que presentará en la FIL de Guadalajara.

Cortesía

“Las ciudades, los libros y la amistad es una trilogía vital en mi vida”, expresa en entrevista Daniel Mordzinski (Argentina, 1960) a propósito de su libro “Hotel Chile”, una fotobiografía y un ritual de despedida de su mejor amigo: el escritor Luis Sepúlveda (Chile, 1949-2020), en donde muestra por primera vez los retratos hechos al escritor en los innumerables viajes que emprendieron juntos.

Además, Mordzinski adelanta a “Crónica” algunos detalles de la exposición que llevará a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

“En noviembre expondré en la FIL Guadalajara, es una muestra organizada y producida por la Unión Europea donde pondré a dialogar a escritores de aquí y allí. Creo mucho en la narrativa expositiva, creo que toda exposición, como todo texto y fotografía, contiene un relato, entonces trabajo mucho ese relato visual”, indica.

La esencia de la exposición se resume literariamente en los tres capítulos de Rayuela: el lado de acá, el lado de allá y de todos lados, añade.

“Creé dípticos donde pongo a dialogar escritores latinoamericanos y europeos, pero tengo muchas fotos de grupos porque me encantan y en una gran parte de esas imágenes hay escritores de acá y de allá. Le dedico la exposición a Antonio Sarabia, un escritor de Guadalajara que se fue a vivir a París muy joven y que toda su obra la escribió en París”, señala.

Mordzinski platica que después de más de 40 años de que él viviera en París, necesitó moverse.

“Me imagino a Manolito y a Mafalda moviendo el mapamundi, haciéndolo girar y con el dedo pararlo, ahí donde se detiene me fui y el país fue Lisboa, durante la pandemia, porque ahí vivía otro de mis grandes amigos de más de 30 años, un mexicano, un grandísimo escritor que se llama Antonio Sarabia y que en México no ocupa el lugar que se merece en la cartografía literaria, es mucho más leído en Europa, publicado por todos lados, pero en México creo que no tiene el espacio que se merece”, señala.

DESPEDIR A UN HERMANO

Un ejemplo de la amistad que Mordzinski establece con los escritores que fotografía es el libro “Hotel Chile”, dedicado a Luis Sepúlveda y en donde comparte los momentos que pasó junto con el autor de “Historias marginales”, anécdotas que complementa con fragmentos de la obra del chileno y con algunos textos inéditos.

“Luis falleció el 16 de abril de 2020, fue la primera persona conocida en el mundo de las letras que el maldito bicho se llevó y por muchos motivos me dejó roto: primero, porque era mi hermano, una amistad de 30 años, padrino de mi hijo, juntos hicimos libros, juntos viajamos por todos los rincones del mundo… yo estaba presente cuando se contagió de covid, en ese festival del norte de Portugal, nos abrazamos, compartimos café, comidas y risas, ¿por qué él y no yo?”, narra.

Durante 42 días Sepúlveda estuvo luchando, recuerda el fotógrafo.

“Luis era ese amigo fuerte, el inmortal, no puede ser que se fuera primero, pero al mismo tiempo fumaba muchísimo. Cuando se fue me sentí roto, empecé a imaginar cómo salir, cómo romper ese círculo del dolor, cómo el arte puede ayudar no sólo a recuperarte sino a reemplazar afectos que ya no están”, señala.

Mordzinski recordó las conversaciones que tuvieron en viajes y sólo algunas están en el libro “Últimas noticias del Sur”, que nació tras viajar a la Patagonia y a la Tierra del Fuego a lo largo de 15 años.

“En esas charlas, Lucho me contaba muchas historias, me quedaba deslumbrado y le decía: cómo no la contaste, cómo es que no la has escrito, es increíble, es tan maravillosa que parece que te la inventaste. Cuando falleció me di cuenta que me las contaba también para mantenerlas a salvo y que la manera en que podía contribuir a reconstruirme era darle voz a esas historias que Lucho ya no podía contar”.

Una foto que incluye el libro es en el jardín de Luxemburgo, París (1997) en el que Sepúlveda está jalándole la cola de un león (una escultura) mientras que Juan Gelman (1930- 2014) le extiende su sombrero a la altura de su hocico.

“Juan pasaba por París, Lucho vivía en París y me pareció que se conocían y que se querían antes de haberse visto por primera vez. Tuvimos luego varios encuentros: coincidimos los tres en Italia, ahí Lucho recibió una llamada de Juan quien le dijo que estaba muy feliz porque había encontrado a la nieta, que estaba con ella en Italia, pasamos a saludar, pero no hice una foto, luego se hizo público, viví ese momento, pero no me pareció juicioso hacer una fotografía”, narra.

Mordzinski comenta que la humildad en un artista es importante y que un buen fotógrafo es aquel que logra convertirse en un ser casi invisible.

“En realidad, en ese encuentro yo presenté a Juan Gelman y a Lucho. Me pasa mucho y me conmueve, por ejemplo, que en el Hay Festival de Cartagena de repente escucho a Héctor Abad Faciolince y Juan Gabriel Vásquez diciendo que quien los presentó fue Mordzinski; o Santiago Gamboa presentando su último libro diciendo: Daniel me presentó a Gabo; y un largo número de etcéteras. Me siento feliz y orgulloso, nunca lo reivindico, nunca lo cuento, de tener ese rol”, confiesa.

En los festivales literarios, el fotógrafo es sensible a los escritores de su primera novela. “Hice una foto en el Hay Festival de Cartagena (2013), de Mario Vargas Llosa, David Grossman y Erri de Luca, pero había un autor argentino que quería mucho, de una sola novela en ese momento: Eduardo Sacheri, y lo invité a la foto, luego ganó el Alfaguara y se volvió famoso”.

En el libro “Hotel Chile”, Mordzinski comenta que Luis Sepúlveda definió a la patria como ese lugar donde uno se siente cómodo y para el autor chileno, ese lugar eran las letras y las palabras.

–¿Hay una enseñanza de eso y, para ti, esa patria es la amistad?

–Tengo horror hacia los nacionalismos, hacia donde nos están llevando, Europa de nuevo está en guerra. Los nacionalismos nos llevan a los chovinismos, a los patriotismos, todos los ‘ismos’ por lo general son movimientos que no van a buenas direcciones.

“Coincido con Lucho que nosotros pertenecemos a la patria de los libros, suena a tango viejo o a lugar común, pero yo acotaría que hay ‘patrias’ para cada momento de tu vida, tanto Luis como yo hemos vivido en muchas ciudades y países, él se fue por la dictadura chilena y yo por la dictadura argentina, él fue valiente y yo no, yo me fui más joven de mi país, él se fue a Alemania, yo a París, después él se fue a París y luego se instaló en Guijón. Sin duda, las ciudades, los libros y la amistad es una trilogía vital en mi vida”, responde.