Cultura

Desfilan prendas hechas con maíz, diente de león, glicerina, gelatina…

La pasarela sustentable fue presentada en el Festival Aleph. Podemos hacer las cosas de otra manera: Juan Ayala

biomateriales

Algunos de los diseños presentados.

“Se pueden hacer las cosas de otra manera” fue la aseveración con la que el curador del Aleph, Juan Ayala dio inicio a la pasarela de moda sustentable “Diseño, Escena y Otras Materialidades” (DEOM) que se llevó a cabo este miércoles por la noche.

En el Palacio de la Escuela de Medicina del Centro Histórico (CDMX) se presentaron prendas realizadas con biomateriales y procesos que reducen la contaminación: tela fabricada con fécula de maíz y diente de león; un emblemático traje de bailarina confeccionado en un material que integra glicerina, gelatina y que, además, brilla en la oscuridad; así como trajes decorados con lentejuelas que se desharán a la primera lavada fueron algunas de las propuestas más llamativas.

“Decidí poner las lentejuelas que después de un uso se marchan, como la relación entre el coral y las microalgas que se separan. Podría ser una historia triste – que lentejuelas solo duren un uso- pero busca generar una conversación sobre lo que sucede bajo el agua para generar conciencia”, expresó respecto de su diseño Alexa Caballero, quien antes de ser diseñadora se considera buza.

Observó que se habla poco de los efectos que la industria de la moda tiene en el mundo marítimo, por lo que quería atraer la atención hacia el problema del blanqueamiento del coral que “sucede cuando el esqueleto coralino y las algas se separan de esta relación simbiótica y el esqueleto muere de hambre, falto de color”.

DEOM.

Las propuestas se mostraron al público mediante interpretaciones operísticas, figuras de baile y relatos tanto míticos como históricos de los que se alimentó la inspiración de los y las diseñadores. Participaron las sopranos Cecilia Eguiarte y Marcela Robles León, modelando capas hechas con biocuero a base hongos, y armaduras de tela hecha con sustrato de desperdicios de melón y mandarina.

El evento también contó con la presencia de especialistas en diversas áreas científicas, de diseño y producción escénica con el interés de compartir otras posibilidades sustentables de la industria textil y de la creación de vestuario escénico, así como hablar de las implicaciones de la industria de la moda.

Participaron la diseñadora industrial Cecilia Cuéllar, académica de la Universidad Iberoamericana; la curadora e investigadora Edith Medina, pionera del bioarte en México; el compositor Diego Lozano y el DJ AAAA.

En calidad de ‘evocadores’ también intervinieron la directora de Danza UNAM, Evoé Sotelo; Gerardo Kleinburg, crítico musical y divulgador operístico, y el director de escena, docente, dramaturgo y guionista Ragnar Conde.

En cuanto a los temas que inspiraron las colecciones de atuendos, fue constante la referencia a grandes personajes femeninos como Electra y Turandot. También se aludió a culturas urbanas como el Hip-Hop y funky glam, y a los procesos naturales de evolución – extinción, incluso hubo uno que se basó en el ciclo de vida del sapo.

La mayoría de diseñadores hizo recurso de biotextiles que integran elementos compostables, de modo que su degradación sea más eficaz; biomateriales procedentes de frutas y vegetales; reciclaje de materias que han sido descartadas a pesar de su durabilidad; y alternativas para sustituir la piel de animales.

Entre las variadas propuestas de vestuario destacó Odilette, diseñada por Mariana Cabanzo, Sara Bran, Andrea Navarrete y Diego Colorado- que la modelo Ana Elia Alcaraz presentó bailando en puntas. Se trató de un vestido de ballet, basado en los personajes de Odette y Odile, cisne blanco y cisne negro respectivamente, del Lago de los Cisnes de Piotr Ilich Chaikovs.

“Se lograron materiales que, además, tienen la propiedad de brillar, ser fluorescentes a través de pigmentos basados en bacterias y materiales químico-sintéticos extraídos del proceso de estampación de talleres”, detalló Ana Celia Martínez, experta en biomateriales como patrimonio biocultura.