Cultura

“Elementos Impares” de Cris Winters: Historias de amor y desamor como catarsis literaria

“Elementos Impares” es una simbiosis de conceptos y metáforas que rememoran esa “segunda adolescencia” plagada de recuerdos basados en el deseo, el amor y lo estrepitoso y caótico que puede resultar el desamor

entrevista

Cris Winters

Jesús Cornejo

En el vasto panorama de la literatura contemporánea, la autora mexicana Cris Winters nos presenta una obra cuya historia, nos incita a la exploración de las emociones más sublimes, derivadas de vivencias personales que, a manera de catarsis literario, nos presenta una urdimbre de historias de amor y desamor.

Es así como Winters nos entrega Elementos Impares, una simbiosis de conceptos y metáforas que rememoran esa “segunda adolescencia” plagada de recuerdos basados en el deseo, el amor y lo estrepitoso y caótico que puede resultar el desamor.

"Elementos Impares" de Cris Winters

Instagram/@cris_winters

En este sentido, Winters nos comparte que el inicio de este proyecto sucedió cuando “en algún momento de tener el corazón partido empecé a escribir tras una relación bastante tormentosa como para tratar de realmente acomodar mi mundo y entender todo lo que había sucedido y entonces eso fue como la primera parte en el Inter bueno. Yo seguí viviendo cosas que finalmente acabaron nutriendo el libro, pero creo que la parte más definitoria fue en un momento en el que me fui a una residencia para escritores en Francia, en pueblito cerca de París”.

Existen elementos en esta novela que dan dinamismo a la prosa de Winters, como es la referencia a la tabla periódica de Dmitri Mendeléyev, pues la autora comenta que desde su infancia vinculó el fonema “titi” con emociones negativas, y de ahí obtuvo la idea de nombrar a uno de los capítulos de la novela como “Titanio”.

“Si tú piensas en titanio, seguramente pensarás como metal duro fuerte. Utilizarlo como metáfora del dolor que es como lo contrario, no como a veces pensamos que el dolor es ser débil y me empezó a gustar y de ahí como que dije claro, la tabla periódica…”, comenta la autora.

A partir de este concepto comienza toda la narrativa y la conexión que guardan todos sus elementos: “sentí que era el camino correcto. Entonces ahí escribí el primer capítulo que se llama “Mendeleiev” y donde justamente es como empiezo a hablar de Rusia y cómo podría pensar que es esta persona. Voy de lo general a lo particular que es el parque Puskin, en la Roma, donde viven todos los personajes y ahí siento como las bases de lo que será el libro, que es hacer esta tabla periódica y el personaje que se llama Cris, que es igual que yo, comienza a hacer una tabla periódica, pero como de sus amantes o de su pasado amoroso, de todas estas personas con las que ha hecho lo que ella llama ‘hacer reacción’”.

Se trata de una obra llena de creatividad y recursos estilísticos como metáforas bien logradas que van regalando guiños al lector sobre el curso de la historia, así nos lo cuenta Winters quien asegura que “ahí están las reglas del juego en las que cada capítulo es un elemento y al igual que en la tabla periódica real, algunos llevan su nombre por su lugar de origen como California y Francia, otros por su apellido”.

“Por ejemplo, en la historia, el titanio es el dolor; la “s” del azufre es una figura que se repite mucho en el libro. Cuando algo va a salir mal, es como la “ssss” del azufre o en la tabla hay un elemento que se llama oganesón, que yo lo adapté a “organezom” para cada vez que me refiero al orgasmo, o también está el elemento “Meitnerio” y éste se convierte en un insulto, ¿no? Cuando me estoy peleando ahí con alguien es como “¡Meitnerio de mierda!”. Y entonces empecé a hacer como este lenguaje y en sí, eso es como la parte más de la forma”.

A lo largo de la obra también existen reminiscencias a influencias metatextuales como la de (la baronesa, o vampiresa, dependiendo del cristal con que se mire) Amélie Nothomb, un poema de Anne Carson y hasta de los caligramas de Guillaume Apollinaire. Asimismo, la música está presenta en la historia, pues “hay muchas referencias musicales de lo que yo escucho, que puede ser desde algo muy de mi generación, tipo Arctic Monkeys y Tame Impala, hasta este compositor surrealista Erik Satie o del mismo Aleksandr Borodín”, señala Winters. 

Lee también

'La belleza de las palabras’, la historia de un joven héroe que defiende el idioma español

efe en madrid

En cuanto a las temáticas que aborda la novela, hace hincapié en esta “segunda adolescencia”, como lo define la autora “en medio de un contexto donde el dating es como pedir un Rappi y haces es lo que yo llamo “zinc” como el elemento con alguien y pues ya llega a tu casa y a lo mejor se dan unos besos y cómo la sobreoferta de intereses amorosos nos ha hecho estar más solos que nunca”.

Finalmente, el libro “Elementos Impares” está disponible para su compra a través del sitio web de Cris Winters y próximamente en otros puntos de venta.