Cultura

“Elena Garro: los recuerdos sin porvenir”, el relato de los últimos años de la escritora

La idea es mirar a la Elena creativa, con sus errores y aciertos, y con lo grande de su literatura, añade Laura Ramos

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El libro emerge de las conversaciones que tuvo Laura Ramos con Elena Garro (foto) y su hija Helena.

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Los últimos años de vida de Elena Garro y de su hija Helena son narrados por Laura Ramos, en el libro “Elena Garro: los recuerdos sin porvenir”, a partir de experiencias que tuvo la editora con ambas cuando las visitó de manera constante en Cuernavaca, momentos en que la autora le confesó sus historias de amor hacia las letras, hacia Bioy Casares y hacia Octavio Paz.

“La idea era contar una experiencia personal para aclarar que Elena fue un ser humano lleno de luz con todos sus matices y para darle un giro a la historia de leyenda negra o de etiquetas de sexismo con que se comercializa su vida, terminar con eso y mirar a la Elena creativa, con sus errores y aciertos, y con lo grande de su literatura”, expresa en entrevista la autora.

Otro planteamiento que señala Ramos es: poner fin a la relación rota de Elena y Octavio. “Los elenistas y los octavistas no tienen que estar divorciados. Hay que subrayar que como matrimonio fueron puente cultural importante de México con Francia”.

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¿Por qué abrir el libro con las cartas de Garro a Paz pidiendo ayuda económica?

La primera carta es de Elena a Emmanuel Carballo y Elena está empoderada, le contesta a su amigo por la crítica a su novela ‘Testimonios de Mariana’, esa Elena no podría haber sido sumisa y abnegada, esa Elena no la conocí, fue la Elena de 1955 a 1960.

“El abanico de las cartas a Paz es para ver el tono de la relación, ella estaba suplicándole que le ayudara con su hija. Elena estaba desahuciada, sabía que moriría, su preocupación era dejar protegida a Helenita. En la última carta le dice que tiene miedo, entonces hay un suceso importante cuando Helenita acude a la ceremonia del Premio Nobel de su papá, ahí la relación se hizo un desastre y Octavio se dio cuenta que existía una falla en el estado físico y emocional de ella.

“Es una pauta para entender cómo un padre dosifica la herencia, ese era el enojo de ambas. Te puedo decir que el lugar donde vivían era muy miserable, Elena no quería comer, tenía una fractura de costilla que no le permitía acostarse, en sus últimos años estaba consumiendo refresco y café, lo único que le hacía bien era recordar su historia. Cuando me platicaba lo que miraba en las fotos, su rostro cambiaba, la hacía feliz”.

La autora narra en el libro que Octavio Paz invitó a su hija a Estocolmo a la ceremonia del Nobel (1990), el autor de “El laberinto de la soledad” le dio 100 mil pesos del Premio Nobel y Helena gastó todo en un día, después a ella la atropellaron en París, fue internada en una clínica psiquiátrica y a su regreso a México inició la pelea por la herencia de la abuela paterna: la casa ubicada en Denver y Porfirio Díaz (CDMX).

“En esa casa hubieran quedado perfectamente bien las dos y todos sus gatos. El enojo de Elena hacia Octavio en sus últimos cuatro años fue porque le pedía ayuda económica para asegurar el futuro de su hija, aunque al final se hizo una fundación donde Octavio no desamparó a su hija. En 1968 Paz estaba en un florecimiento maravilloso de su vida, era como una balanza: él hacia arriba y Elena fracturada completamente y de esa fractura ya nunca se pudo recuperar”, comenta.

A la pregunta de qué destino tiene el departamento de Cuernavaca donde vivió Garro, la autora expresa que es propiedad de la familia Garro y que ella ha insistido en crear un museo dedicado a la autora.

“Paco Garro me llamó hace unos años para decirme que habían robado en el panteón donde están sepultadas las dos, que sentía que era un lugar abandonado, triste y vulnerable para su tía y prima, que si yo podía hacer algo para reubicarla, pero no está en mis manos”, indica.

El libro.

¿Es real lo que decía Elena: que todo el gremio la abandonó?

Sí se preocuparon por ella, la apoyaron, pero no teníamos la jerarquía para llevarla a un hospital, no podíamos firmar una responsabilidad por ellas, se les ayudó hasta donde se pudo. Ellas estaban enfocando todo su dinero en las demandas para lograr la herencia. Nunca lo solucionaron. Además, no podíamos llevarnos a los gatos.

CARTAS PERDIDAS

“En el libro narro la historia de cuando Helenita me llamó para decirme que perdieron las cartas de Paz, que no las encontraban, pero eso y algunos relatos y obras se han ido publicando”, comenta Ramos.

En palabras de la autora, falta obra de Elena por conocerse. “Ella no la tenía toda junta, la tenía en bolsas negras, separadas y orinadas por gatos, manchadas por café, algunas en pedazos, a veces rompían cosas y a veces se arrepentían. Hay una novela sobre la revolución rusa que nunca la vi terminada, estaría interesante si aparece”.

PRESENTACIÓN

El libro “Elena Garro: los recuerdos sin porvenir” se presentará este martes 25 de abril a las 19:00 horas en el Péndulo de Polanco.