Cultura

Francisco Hinojosa: “Antes era difícil ver a un jovencito o un niño con armas, ahora ya no”

El escritor dice que su cuento, escrito en los años 90 del siglo pasado, es muy actual por la violencia que vive el país

entrevista

La violencia ha existido todo el tiempo, pero al nivel en que la estamos viviendo hoy parece como si este cuento se hubiera adelantado, dice Francisco Hinojosa.

Youtube

Tres niños latosos que tanto en su casa como en la colonia les dicen “pinches chamacos” encuentran un arma y terminan cometiendo delitos: robo y asesinato, a la par que intentan sobrevivir fuera de sus hogares. Esa es la historia del cuento “A los pinches chamacos”, de Francisco Hinojosa, escrito hace más de 30 años y que retoma el Fondo de Cultura Económica en su colección Vientos del Pueblo.

“Es un libro que tiene mucha actualidad, sin embargo, lo escribí a principios de los 90, el México de entonces no era el de ahora, ciertamente la violencia ha existido todo el tiempo, pero al nivel en que la estamos viviendo hoy parece como si este cuento se hubiera adelantado porque antes era difícil ver a un jovencito o un niño con un arma, ahora ya no lo es”, comenta en entrevista el autor.

Este cuento narra cómo la violencia crece entre jóvenes que viven en un ambiente hostil, con adultos desinteresados en las infancias que omiten las travesuras que se salen de control.

“Fue un cuento que salió nada más por la creación de ciertos personajes y cierto entorno, es el cuento que más trabajo me ha costado escribir de todos los que he escrito”, indica Hinojosa.

Sobre el papel de los adultos, el escritor retoma la visión del escritor argentino Ricardo Piglia: detrás de un cuento, hay un segundo.

“Aquí el cuento que tenemos en primera instancia sí es la de estos niños amigos y vecinos que viven en una familia disfuncional y que se salen de su casa, pero esa familia representa el mundo adulto y ése es el cuento que está detrás del cuento. El tratamiento que da el mundo adulto a la infancia y sí, decir ‘pinche chamaco’ es muy fácil, pero el término se desgasta fácilmente de tanto que se repite, ya no tiene esa connotación despectiva, ellos mismos ni siquiera lo toman en serio, saben que son unos pinches chamacos”, comenta.

Aunque los tres niños protagonistas del cuento resuelven de la peor manera, lo hacen con una capacidad práctica, es decir, si necesitan dinero, roban; si quieren dormir, entran a una casa y matan a la dueña.

“He escrito dos libros con ese tema, éste y Con los ojos abiertos donde una jovencita de 15 años y medio tiene que huir, entonces al estar enfrentándose a la vida real, lo único que queda es solucionar conforme van sucediendo las cosas, mis personajes saben que necesitan dar una respuesta y tienen cierta imaginación para dar solución a sus problemas”, expresa.

El cuento.

Neriugalde

Hinojosa señala que si un adulto se interesa por este cuento, tendrá que reflexionar sobre cuál es el papel de madres, padres, maestras y maestros como guía de las infancias y juventudes.

“Recuerdo cuando prohibieron en algunos estados los cancioneros que dieron en las bibliotecas de aula, dijeron que cómo era posible que se les dieran narcocorridos a los niños. Estando con maestros, les dije que no fueran flojos y que aprovecharan para hablar del tema con los alumnos, que no le tuvieran miedo porque enfrentar estos temas es complicado”, platica.

Finalmente, el autor señala que además de que este cuento se representa como monólogo desde hace 22 años, esta edición cuenta con ilustraciones de Tanya Huntington.

“Primero hizo fotografía y yo aparezco como el señor de la tienda, en la primera imagen está el actor que hace el monólogo y el taxista que parece es el hijo del portero del edificio en el que vivimos”, comenta.