Cultura

“No sólo hay que rescatar a las mujeres del olvido sino también hacerles justicia”

La escritora Laura Mas novela la vida de Olimpia, la madre de Alejandro Magno, opacada y silenciada en la historia

Olimpia es una de las grandes mujeres de la historia, dice Laura Mas.

Ana Portnoy

“Si preguntamos ¿quién fue la madre de Alejandro Magno? estoy segura que una mayoría lo desconoce”, afirma Laura Mas, autora del libro “Olimpia”, novela en la que narra, a través de la ficción, cómo fue la vida de esta mujer que a sus 16 años se casó con Filipo, rey de Macedonia, y quien luchó contra todo para colocar a su hijo en el trono.

“Olimpia es una de las grandes mujeres de la historia que ha quedado opacada y silenciada por el protagonismo imperante masculino y en el que el papel de la mujer queda relegado a una posición marginal. Me llamó la atención que alguien de la relevancia y del peso histórico de Olimpia no se conociese a nivel popular”, indica la autora.

En palabras de Laura Mas, se deben de dar pasos adelante y no sólo rescatar a las mujeres del olvido sino hacerles justicia, por ejemplo, en el caso de Olimpia es una mujer maltratada a nivel histórico por su ambición, por su inteligencia, por ese empeño de pasar a la posteridad a través de su hijo Alejandro Magno ya que no podía ser de otro modo porque su posición no le permitía alcanzar la gloria eterna por sí misma.

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“En aquella época del siglo IV a.C., en las puertas del helenismo que da comienzo tras la muerte del gran Alejandro Magno, era muy habitual tener matrimonios concertados y estas uniones se daban por conveniencia, entonces tenía mucho peso el enlace de Olimpia con Filipo, rey de Macedonia, porque ella ya provenía de una dinastía real, de un territorio vecino a Macedonia que era Epiro, ambas regiones pertenecían a la antigua Grecia pero eran territorios marginales”, detalla.

Mas señala la corta edad de las niñas que, como Olimpia, abandonaron la adolescencia y que pronto tenían que crecer.

La novela.

“Para Olimpia fue muy dura su llegada a la corte porque pesaba su condición de extranjera, era penalizado que una mujer -aunque tuviera de sangre pura- no fuera de Macedonia, eso posteriormente tendrá consecuencias devastadoras porque se le llegó a decir que su hijo Alejandro no era legítimo, que era bastardo”, indica.

Además, Olimpia tuvo que rivalizar con otras cuatro esposas de Filipo ya que en aquel entonces predominaba la poligamia.

“Olimpia siempre tuvo claro que su cometido era perpetuar su dinastía y eso lo consiguió cuando dio luz a Alejandro Magno, pero no dejó de hacer lo que hacían los varones de su tiempo, es decir, no dudó a la hora de eliminar rivales y la castigaron e intentaron hundir con eso, ella tomó ciertas decisiones a nivel político gracias a las buenas relaciones que tuvo con su hijo”, señala.

Un elemento que aparece en la novela de Laura Mas es la mitología y el erotismo ya que en los sueños a la protagonista se le reveló que su hijo no sería de Filipo sino de Zeus, dios que llega a ella en forma de serpiente, una especie de reptil que Olimpia tenía como mascota.

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“Aquella sociedad remota era muy religiosa, el mundo onírico estaba presente en el día a día porque se creía en las profecías y se interpretaban muchos sueños que ellos consideraban relevantes, Olimpia no fue diferente en eso”, expresa.

En ese entonces, las serpientes domesticadas tenían un significado divino porque representaban al propio Zeus, añade la autora.

“Doté a la novela con toques eróticos porque le dan un toque misterioso que tenía Olimpia, no era para nada una mujer predecible y estaba rodeada de un aura mágica. La familia de Olimpia era descendiente de Aquiles, entonces a la convicción de que Alejandro era hijo de Zeus tenemos que añadir que su familia pertenecía a la misma familia de Aquiles”, indica.

NO REINA, SÓLO ESPOSA

Laura Mas aclara que Olimpia tenía el rol de esposa del rey pero no la condición de reina porque eso no existía, sus tareas se enfocaron en labores del hogar aunque tras la muerte de Filipo tomó decisiones a través de su hijo Alejandro. Otro elemento que resalta la autora es el amor maternal de la protagonista y el cambio de su nombre hasta cuatro veces.