Cultura

“¿Cuál es la mejor droga para mí?, una mirada a la insatisfacción humana

La obra se presenta en la Casa Estudio de El Círculo Teatral todos los domingos de mayo

teatro

El cartel de la obra.

Hanna es una mujer que lucha contra los estereotipos femeninos, se pregunta porqué existen tantas responsabilidades en la maternidad y también se cuestiona si las drogas son necesarias para sobrellevar la vida. Así es el personaje de la puesta en escena “¿Cuál es la mejor droga para mí?, que dirige Araceli Guerrero y que se presenta en la Casa Estudio de El Círculo Teatral todos los domingos de mayo a las 17:00 horas.

“Es casi un monólogo donde Hanna, el personaje principal, es un ama de casa que te da una guía de cómo drogarte mejor, esto lo hace a nivel de una conferencia que organiza en su casa para hablar de los mitos y las verdades de las drogas pasando por todo lo que tiene que ver con la composición química de las sustancias y el impacto económico mundial”, expresa en entrevista la actriz María del Carmen Félix.

En el transcurso de la obra, se refiere que una de las drogas más consumidas en el mundo y que causa muerte a una importante cantidad de gente es el azúcar, “es una droga que utilizamos desde que nacemos hasta que morimos y está presente en todos los alimentos procesados y no procesados”, añade Félix.

En palabras de la actriz, Hanna habla de todo lo que te puede pasar si crees que las drogas resuelven vidas y problemas. “No es una apología de las drogas, no te está diciendo drógate, ella te deja ver su intimidad porque sucede en dos tiempos, en el tiempo del ama de casa y de la conferencista”.

Cuando asume su papel de ama de casa, Félix explica que te deja ver cómo es su vida con su esposo, con su hijo y una maternidad que no está cumpliendo las expectativas que la sociedad le exige.

“También indaga y pone las preguntas de qué pasa con las masculinidades en el abordaje de la paternidad, qué pasa con tener un hijo que no responde a los estándares, entre comillas, de lo que es tener un hijo normal o modelo ideal porque, en su caso, su hijo Pascal es un niño hipersensible, que es buleado y golpeado”, comenta.

La actriz señala que el espectador puede ver esos momentos oscuros que pocas madres se atreven a decir en voz alta por vergüenza, por miedo, por pensar en que no están cumpliendo la responsabilidad de ser madre.

“En muchos puntos Hanna pone al público en un espejo, hace reflexionar sobre el universo del auto juicio y de las exigencias que los de afuera hacen, de la discriminación laboral por tener un hijo pequeño, por ejemplo, yo puedo ser una actriz problema para alguna producción porque voy a pedir seguramente algún día de trabajo cuando mi hijo, que aún es pequeño, tenga alguna cuestión médica”, narra.