Cultura

Narran las entrañas de Nueva York y la CDMX, las que no son para turistas

Suena feo pero me gustan mis ciudades jodidas, deprimidas y sin mucha gente, dice Kurt Hollander. Presenta su reciente libro

entrevista

: “Desde las entrañas. Ensayos autobiográficos de dos ciudades NYC/CDMX” son textos muy específicos, muy locales y definitivamente no son para vender la idea de las ciudades para el turismo.

Dos recorridos, uno por la ciudad de Nueva York y otro por la Ciudad de México. El primero, muestra una urbe multicultural de los años 80 cuando en Lower East Side aún no se levantaban rascacielos ni cuando la gentrificación terminó con la historia de los barrios de migrantes. El segundo, un recorrido por una ciudad que siguió los mismos pasos que Nueva York: la globalización y la promesa de mejora económica.

Así son los 22 textos que Kurt Hollander reúne en el libro “Desde las entrañas. Ensayos autobiográficos de dos ciudades NYC/CDMX”, obra editada por Turner y que en palabras del autor “son textos muy específicos, muy locales y definitivamente no son para vender la idea de las ciudades para el turismo”.

Lo que el también fotógrafo y cineasta trata de hacer es indagar en ciertos lugares y actividades, por ejemplo, en la historia de Lower East Side, el comercio de Tepito o la tranquilidad que hace 40 años existía en la Condesa.

El libro.

Uno de los textos narra cómo inició la revista The Portable Lower East Side dedicada a lo underground, en donde pasaron textos de Hubert Selby, Margaret Randall y Herbert Huncke, así como fotografías de Robert Frank, Nan Goldin, Dawoud Bey y Ana Mendieta.

“Era joven cuando la empecé, tenía 23 años, no sabía nada del mundo pero tenía un olfato, el barrio donde estaba viviendo llevaba 100 años como barrio de migrantes, barrio alternativo, de resistencia, de socialistas, anarquistas, criminales, era un barrio fuerte, violento, no era gringo, no había gringos. Siempre viví en barrios latinos, puertorriqueños, dominicanos, de América del Sur”, narra Kurt.

Pero había ola tras ola de migración: irlandeses, judíos rusos, chinos, polacos, añade. “Todas emigraciones eran de trabajadores que traían su propia cultura, sus propias comidas, había cine de chinos, de puertorriqueños. En mi revista me enfoqué al barrio, era el barrio un concepto de lugar de cultura propia”.

Otra narración que relata el autor es cuando encontró su inconcluso largometraje “Carambola” en Tepito, como si realmente se hubiera proyectado en pantallas.

“Había filmado una película en un billar y en ese billar me hicieron tranza, perdí todo, entre otras cosas, la película que quedó enlatada. Un día decidí ir a Tepito para comprar películas, esa experiencia la escribí, la mandé a The Guardian y me publicaron. Encontré un video pirata de mi película que me sorprendió mucho porque la película no está terminada, me dio esperanza de que un día podría salir, porque ellos hasta le pusieron créditos de distribuidor”, narra.

¿Es un texto para abordar la otra economía de México: la piratería?, se le pregunta.

“Es mayor que los ingresos del petróleo, no sé en qué etapa está ahora, ese texto lo escribí en 2003. Las fuerzas de globalización, es decir, los gringos y las multinacionales son muy poderosas, casi los únicos que pueden resistirlas son las mafias criminales locales, son los únicos que tienen una organización tan fuerte y una potencia para oponerse a ese proceso. Tepito resiste, es algo especial”, responde.

Suena feo pero me gustan mis ciudades jodidas, deprimidas y sin mucha gente, añade el autor. “Porque lo opuesto, una ciudad exitosa es turismo, es bares; tengo mis preferencias porque no es una sociedad de consumismo, por ejemplo, en la Condesa no había consumismo, no había nada, la gente tenía una vida de barrio que se perdió bastante rápido”.

En palabras de Kurt, esa pérdida es efecto de la globalización. “Llegué a la Ciudad de México casi con el Tratado del Libre Comercio, todos creían que era bueno y a través de eso México iba a entrar en el primer mundo, pero lo que pasó fue brutal, la economía se empezó a desmoronar, fue una medicación brutal de la industria mexicana”, señala.

Documentar el Centro Histórico de la CDMX

Actualmente Kurt Hollander tiene un proyecto en mente: una documentación fotográfica de las vecindades del Centro Histórico de la Ciudad de México porque son “patrimonio, historia, cultura y arquitectura”.

Sobre la revista “Portable”, platica que rescató cajas y cajas de varios números y los llevó a una librería donde los han estado vendiendo. “Un número que costaba 7 dólares ahora se vende en 500 dólares por la calidad de los escritores y del barrio que ya no existe”. La revista tuvo 10 años de vida.