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Seguridad en los Juegos Olímpicos:"París 2024 en la mira"

La seguridad en las competencias internacionales es tanto un escudo como una carga. Protege, pero también puede asfixiar. En la búsqueda de un entorno seguro, es crucial no perder de vista la libertad que los Juegos Olímpicos simbolizan

Crónica Olímpica---Una mirada a la historia de los jO

París, blindado hasta los dientes.

Foto. EFE

Múnich 1972: el antes y el después

El 5 de septiembre de 1972, los Juegos Olímpicos de Múnich quedaron marcados por un oscuro episodio que cambiaría para siempre la percepción de la seguridad en estos eventos. Un grupo terrorista conocido como ‘Septiembre Negro’ irrumpió en la Villa Olímpica, tomando como rehenes y asesinando a once miembros del equipo israelí.

Septiembre Negro en Múnich.

Foto. Pinterest.

Desde entonces, la seguridad olímpica se transformó radicalmente. Montreal 1976 y Los Ángeles 1984 fueron testigos de un incremento significativo en las medidas de seguridad. Vigilancia más estricta, presencia policial intensificada y una planificación más detallada se convirtieron en la norma. La sombra de Múnich se proyectaba sobre cada estadio, cada villa, cada rincón donde los atletas se congregaban.

La era post-9/11: Atenas 2004 y más allá

El 11 de septiembre de 2001, los atentados en Estados Unidos redefinieron la seguridad a nivel global. Los Juegos Olímpicos no fueron la excepción. Atenas 2004 representó un punto de inflexión en la implementación de tecnologías avanzadas y la asignación de recursos sin precedentes a la seguridad. Desde cámaras de vigilancia de alta resolución hasta sistemas de control biométrico, los juegos se convirtieron en una fortaleza tecnológica.

El 11 de septiembre de 2001, los atentados en Estados Unidos.

Foto. Pinterest.

Tokio 2020 y París 2024: la nueva normalidad

La pandemia de COVID-19 añadió una nueva capa de complejidad a los desafíos de seguridad en Tokio 2020. La protección ya no se limitaba a amenazas físicas o terroristas, sino que ahora incluía la prevención de contagios en masa. La Villa Olímpica se asemejaba a una burbuja hermética, con estrictos protocolos sanitarios y medidas de distanciamiento social.

El terrorismo sigue siendo una amenaza latente

Mirando hacia París 2024, los riesgos de seguridad son multifacéticos. El terrorismo sigue siendo una amenaza latente, pero los ataques cibernéticos han emergido como un nuevo frente de batalla. La protección de la infraestructura digital y los datos personales de los participantes y asistentes es ahora una prioridad.

Fuerzas de seguridad patrullan a lo largo del río Sena antes del inicio de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024,

Foto. EFE

Durante los primeros días de los Juegos Olímpicos de París 2024, diversos incidentes han puesto de manifiesto las debilidades en el sistema de seguridad. Varios deportistas denunciaron haber sido víctimas de robos, un recordatorio inquietante de que ni siquiera los atletas están completamente a salvo de la delincuencia común. Además, hubo casos de aficionados que lograron entrar en el campo, como ocurrió en el partido Marruecos-Argentina, lo que subraya las fallas en el control de acceso.

Vulnerabilidades en aplicaciones oficiales

Los problemas con la cobertura de la señal también fueron evidentes. Los inhibidores de señal utilizados por los coches de diferentes mandatarios afectaron la cobertura de los medios de comunicación, generando frustración y caos informativo. En el ámbito digital, se reportaron vulnerabilidades en aplicaciones oficiales que podrían exponer datos de los usuarios a hackers, destacando la necesidad urgente de robustecer la ciberseguridad.

Las largas colas y tramos de tiempo sin internet también fueron motivo de queja, indicando fallas en la infraestructura de seguridad y logística. Estos problemas no solo afectaron la experiencia de los asistentes, sino que también plantearon preguntas sobre la capacidad de los organizadores para manejar eficientemente un evento de tal magnitud.

Miembros de la Gendarmerie francesa y la Guardia Civil española montan guardia conjuntamente.

Foto. EFE.

La seguridad es tanto un escudo como una carga. Protege, pero también puede asfixiar. En la búsqueda de un entorno seguro, es crucial no perder de vista la libertad que los Juegos Olímpicos simbolizan.