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¿Dos coaches por equipo?, no es broma, es una realidad

Se fue el primer mes de la NFL, y aunque hubo algunas inobjetables sorpresas, no podemos deja pasar de largo la que se ha gestado en las últimas dos semanas con los Comandantes de Washington y esa nueva sensación de la Liga, llamada Jayden Daniels, si, su quarterback que contra todo pronóstico ha resultado el mejor de los pasadores de esta generación del 2024, por encima de Caleb Williams, el multi publicitado mariscal de los Osos de Chicago.

Jayden Daniel de Washington.

Daniels, con números que muestran su calidad, ha dejado ver más su potencial con su manera de jugar que asemeja más a un elemento maduro que a un novato.

La reflexión al escribir la columna llegó cuando unos amigos comentaron que el pasador de Washington era buenísmo, que de dónde había salido, que por qué había sido tomado por detrás de Caleb Williams y, ya saben, cosas así de quien ve la NFL por encima, sin profundizar en su entrañas y donde se pueden encontrar esas respuestas que, valga decirlo, no es magia, sino planeación, y quizá una nueva planeación que no habla de una nueva manera de concebir la dirección dentro de un equipo en la la Liga.

EL SECRETO

Es verdad, Daniels es un buen quarterback, pero sabemos que eso no basta para llegar al profesionalismo y ser una estrella de impacto inmediato. Hay muchas otras cosas detrás de eso y ahí es donde precisamente entra nuestro análisis de la semana.

La pregunta es ¿Pues qué demonios sucedió en Washington para que las cosas cambiaran radicalmente de una temporada a otra?

La respuesta no es sencilla ni definitiva, pero sin más fue la elección del staff de coacheo, y algo aún más importante y en lo que ahondaremos en las líneas siguientes: la cada vez mayor especialización en el staff que nos deja ver de manera inequívoca que los equipos de la actual NFL han dejado de ser un pequeño reino donde el amo, señor y rey es el coach en jefe.

Eso se acabó hace tiempo. Ahora la realidad, aunque disfrazada de designaciones, etiquetas y cargos, es que los equipos que tienen éxito cuentan con dos entrenadores en jefe, pero sólo uno ostenta el nombramiento oficial aunque la Liga y afición entera sepa que no es así.

Seamos más claros y vayamos al caso en específico: los Comandantes. Cuando la nueva y exitosa directiva de Washington designó a Dan Quinn como su nuevo entrenador en jefe, sabían que era el hombre ideal por su currículum como coach al frente de Atlanta, una aparición en Super Bowl con los mismos Halcones y hasta una muy buena defensiva montada en Dallas el año anterior.

Todo eso le valió ser el elegido para liderar a los Comandantes, pero con él solo no bastaba. Fue entonces que Quinn hizo la selección maestra. Él sabía que era la mente defensiva, pero faltaba el ataque.

EL MENTOR

Sin chistar se inclinó rápidamente por otro ex head coach con una probada mentalidad ofensiva como Cliff Kingsbury, un hombre que hasta hace unos años dirigió a los Cardenales de Arizona, construyendo una de las ofensivas más espectaculares de la Liga de la mano de Kyler Murray, y a quien Kingsbury desarrolló desde que llegó del colegial. La ruptura y su salida del club de Arizona todo el mundo lo recuerda: su tensa relación con Murray al final de esa etapa, pero esa es otra historia.

Con lo anterior lo que tratamos de explicar es que hoy día para que un equipo tenga un verdadero éxito debe tener un par de entrenadores en jefe, un al ataque y otro a la defensa. Ese es el nuevo esquema de la NFL, y vaya que se cumple en varios equipos exitosos de la actualidad.

Así que el buen paso de Washington no se debe simplemente a que se quiera ver a Daniels como el super mariscal que llegó y lo cambió todo, no. Se debe, como lo hemos defendido muchas ocasiones en este espacio, a la existencia de mentores de calidad en ambos lados del balón. Jayden Daniels es bueno, pero su éxito lo debe al trabajo formador de Kingsbury, no hay que darle tanta vuelta al asunto.

Los Comandantes, al igual que los equipos más exitosos del momento, tienen a dos cabezas al frente de la plantilla, y el resultado salta a la vista.

UNA NUEVA ERA

Ya no basta con la estructura de un todo poderoso para mandar en ambos lados del balón como lo fue en su momento Vince Lombardi en Green Bay, Tom Landry en Dallas, Chuck Noll en Pittsburgh, Bill Parcells en NY Gigantes, Joe Gibbs en Washington, o Dan Reeves en Denver, por sólo nombrar algunos.

En la nueva NFL, con un esquema que ha ido tomando mayor notoriedad, los conjuntos exitosos tienen esa manera de trabajar, y para prueba ahí esta Kansas City con Andy Reid y Steve Spagnolo, Houston con DeMeco Ryans y Bobby Slowik, o en su momento hasta Bill Belichick y Josh McDaniels con Nueva Inglaterra, Kyle Shanahan y Robert Saleh con San Francisco o Sean McVay y Wade Phillips con Los Angeles Carneros.

Sin más, es una fórmula que al darse cuenta de que da resultados palpables, cada vez más equipos la toman y aplican de acuerdo sus criterios, por esa razón no es casualidad el exitoso paso que llevan hasta el momento equipos como Minnesota, Nueva Orleans o Washington. Las respuestas las encontramos en sus duplas de coacheo. Con Vikingos Kevin O’Connell y Brian Flores, con los Santos Dennis Allen y Klint Kubiak, y con los Comandantes, como ya apuntamos, Quinn y Kingsbury.

Así que salir a decir que la causa del éxito de Washington sólo se debe a la llegada de Jayden Daniels carece de argumento, hay algo más detrás de ello.

Y si para algunos Daniels parece ser mejor que Caleb Williams de Chicago, pues muy posiblemente podamos encontrar la razón en que mientras que Jayden si tiene un mentor en Klingsbury, Caleb carece del mismo, pues no hay que olvidar que el coach de los Osos es Matt Eberflus, de mentalidad netamente defensiva, y el ataque de Chicago no es dirigido digamos por una gran mente ofensiva, así de sencillo.

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