Escenario

Delphine y Muriel Coulin avisan en Venecia sobre los riesgos del aumento de la ultraderecha francesa

COBERTURA. ‘Jouer avec le feu’ (The Quiet Son), está inspirada en el libro ‘Lo que falta de noche’ de Laurent Petitmangin, que explora el contexto social actual mediante las dolorosas experiencias de un padre que tiene que criar solo a dos hijos adolescentes

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Benjamin Voisin, Delphine Coulin, Vincent Lindon, Muriel Coulin and Stefan Crepon en la presentación de ‘The Quiet Son’

EFE/EPA/ FABIO FRUSTACI

El auge de la extrema derecha en Francia y los grupos extremistas que captan a jóvenes centran la nueva película del actor Vincent Lindon, Jouer avec le feu (The Quiet Son), que compite desde este miércoles por el León de Oro en el Festival de Venecia.

La cinta está inspirada en el libro Lo que falta de noche del escritor Laurent Petitmangin, que explora el contexto social actual mediante las dolorosas experiencias de un padre que tiene que criar solo a dos hijos adolescentes.

Las directoras, Delphine y Muriel Coulin, han partido de un punto de vista personal para lanzar un aviso desde Venecia sobre los riesgos para la democracia en un país como Francia, que ve cómo la ultraderecha crece en cada elección.

“Yo tengo dos miedos”, confesó en rueda de prensa Delphine Coulin. “Uno es dejar de reconocer a mi hermana, a un amigo o a mi familia, encontrarme ante una persona que ha cambiado mucho o que tiene valores tan extremos que no sea capaz de reconocerle”.

El otro miedo tiene que ver con su país: “Está yendo a la deriva hacia una situación extrema”, apuntó.

Muriel Coulin puntualizó que su intención no ha sido “caricaturizar” el fenómeno.

Queríamos transmitir la complejidad del contexto y los problemas en la vida de las personas y sus razones políticas (...) Hemos visto que considerar idiotas a personas con ideas extremistas no funciona porque la extrema derecha ha seguido creciendo en Francia”, agregó.

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Por eso, la cámara de las hermanas Coulin se ha metido en la historia de Petitmangin, en una familia, para entender en qué medida le afecta este fenómeno político.

En la película, Pierre (Vincent Lindon) es un hombre viudo que cría a sus dos hijos adolescentes. Aunque están muy unidos, su mundo está a punto de cambiar: mientras Louis (Stefan Crepon) está a punto de empezar la Universidad en París, su hermano Fus (Benjamin Voisin) parece cada vez más esquivo.

Fascinado por la violencia, este último ha comenzado a militar en grupos de extrema derecha, participando en sus peleas callejeras y en sus manifestaciones racistas, en clara contraposición con los valores sindicales de su padre. Pero la tragedia está cerca.

Lindon resaltó que el motivo que le empujó a hacer esta película es que cuenta con un guión “muy bien escrito”, algo esencial para abordar una cuestión tan espinosa.

“Cuando elijo una película, todos piensan que es por el tema y no es así. El primer motivo es que esté bien escrito, porque si un tema tan grave está escrito mal, entonces no ayudará a la causa”, afirmó.

El actor, sin embargo, no entró en la cuestión política y valoró que la cinta en realidad “no da órdenes ni dice a la gente lo que tiene que pensar”, sino que respeta al espectador para que, cuando salga de la sala de cine, “tenga su propia opinión”.