Edgar Nito lleva el misticismo purépecha a Sitges con ‘Un cuento de pescadores’
ENTREVISTA. El cineasta mexicano estrenó su segundo largometraje en el festival de cine fantástico más importante del mundo con miras a su llegada al FICM
cine
El cineasta Edgar Nito.
Después de debutar con Huachicolero en el 2019, el director Edgar Nito regresa ahora con un filme donde el terror, lo fantástico y el folclor de la cultura mexicana se juntan para darle vida a Un cuento de pescadores, cinta que debutó en el prestigiado festival de SITGES y que tendrá su estreno nacional en el marco de la competencia del 22 Festival Internacional de Cine de Morelia.
El filme es la adaptación cinematográfica de una leyenda purépecha que se transmite de boca en boca en las zonas lacustres del Centro de México. Narra la historia de un espíritu que adopta la forma de una mujer para atraer a los pescadores a las profundidades del lago, donde los embruja.
“La Miringua, cuyo nombre significa olvido u olvidarse, confunde a las personas, haciéndoles perder la noción del tiempo y el espacio, hasta que se olvidan de sí mismas”, escribe Edgar sobre su película, la cuál coescribe con Alfredo Mendoza (Huachicolero y Vergüenza).
Crónica Escenario charló con el director y guionista sobre los detalles de este interesante proyecto, mismo que escribió al lado de su eterno colaborador y amigo, Alfredo Mendoza.
“Alfredo y yo ya llevamos un rato colaborando y nos entendemos bien. Estábamos escribiendo otro guión y necesitábamos un espacio de residencia para concentrarnos un rato. Le dije que conocía unas cabañas bien chidas en Pátzcuaro, en la isla de de Yunuen. Nos fuimos para allá y mientras estábamos ahí, platicábamos con la raza en los momentos libres y nos contaban uno que otro cuento”, rememoró Nito sobre el inicio de este filme.
“Lo divertido fue cuando empezaron a contar las leyendas y nos llamó la atención que hablaban de esta Miringua, que es el personaje conductor en Un cuento de pescadores. Cuando estábamos hablando de eso, una chica nos mandó a alguien que escribió relatos de la misma gente y sus experiencias. Empezamos a leer sobre ella y nos decía que, hasta arriba de la isla a las tres de la mañana se aparecía una mujer de blanco que si la seguías, te llevaba hasta el agua y te ahogaba”, continuó.
“Leímos esta narración a las 3 de la mañana en la cabaña que describía el cuento, se apagó la luz a esa misma hora en toda la isla, no había nadie más despierto que nosotros y pues si nos sacó un santo susto. Fue ahí que nos fuimos un poquito hacia la luz y terminamos a las orillas del lago cuando nos dimos cuenta que estábamos haciendo exactamente lo que no se debe hacer”, siguió.
“Esa coincidencia fue motivo suficiente para hacer una película y darnos cuenta que esta historia se tiene que contar, así que decidimos escribir algo alrededor de eso. Empezamos a convivir con la comunidad, a entrarle más seriamente y básicamente así de natural fue que llegó el tema”, complementó Edgar.
A diferencia de Huachicolero, con Un cuento de pescadores, el joven realizador crea una historia coral alrededor de la infame figura de la Miringua. “Cuando lo escribimos, no habíamos pensado en la complejidad de poner de acuerdo a todo mundo, pero así como así, se dio natural y fue así que empezábamos a desarrollar la historia, junto con la conformación del casting que eran actores que ya conocíamos”, mencionó.
“Mezclamos profesionales con personas que no eran actores profesionales a nivel masivo que quisieran entrar a este tipo de narrativa”, expresó.
Aunque grabar en los linderos del Lago de Pátzcuaro y sus islas podría presentar un gran reto, la gente del lugar fue muy amable con la producción. “La gente es súper chida y nos arroparon muy bien. Desde la escritura nos relacionarnos con algunas personas y eventualmente nuestro equipo de casting se fue a vivir mucho tiempo a las islas a ser amigos a conocer y hacer dinámicas de trabajo con ellos. Se creó un nexo de amistad muy estrecho que se trabaja de ida y vuelta. Ambas partes dimos a cambio todo lo que pudimos, creamos nexos auténticos”, señaló Nito.
Otro de los puntos importantes de Un cuento de pescadores es, sin duda, contar una historia sobre una leyenda purépecha. “Como cineastas, tenemos lugares de donde inspirarnos, pero sin duda es imposible que no voltees a ver a tu alrededor. No me imagino contando una historia de algo que nunca he visto ni vivido y que no sea de por aquí. El lugar donde he nacido y he crecido me inspira, me vienen cosas a la mente y me dan ganas de contárselas al mundo desde el tipo de cine que me gusta, que en este caso el cine fantástico”, afirmó Edgar.
“Si el mismo Disney tuvo que venir a México a hacer Coco, ¿porque nosotros mismos no lo podemos reconocer? Este es un lado diferente a eso, es un lado muy oscuro de una región idéntica a donde sucede esa película. Y esto habla de que en un espacio tan pequeño existen mil y un leyendas y tradiciones más”, expresó.
“No solo es el Día de Muertos, que está muy de moda y todo ese pedo. Creo que no las podríamos acabar de contar si nos juntamos todos los cineastas. Pero uno hace lo que lo que le toca, lo que le mueve, lo que le llama el corazón y pues se hace desde el respeto y desde el amor”, reflexionó a su vez el nacido en Irapuato.
De alguna forma, esta cinta crea un realismo mágico cinematográfico en su atmósfera, algo con lo que Nito coincide y que cree que, a la fecha no existe del todo. “Ese género existe más en la literatura, pero muchos me dicen que es terror, fantasía y demás pero en verdad creo que si es realismo mágico y hacia allá va. Si bien pueden acercarse por el horror, eventualmente pueden encontrarse con otras cosas adentro y está chingón”.
“La creación de atmósferas a partir del mundo que hay ahí en las propias islas era muy fácil de crear porque de verdad bastaba con pasar unos días por ahí para que te des cuenta de lo mágico que es. Y eventualmente, cuando un espacio te da eso, es muy sencillo transmitirlo a partir del lente de la cámara”, comentó.
“Tuvimos apoyo de Juan Pablo Ramírez, que es el cinefotógrafo, que la verdad es muy bueno y diseñó espacios muy mágicos. Pero de pronto ves unas tomas donde sale neblina del lago y se ve como si la hubiéramos puesto nosotros y pues no, es el mismo espacio que va ayudando a eso”, añadió.
El diseño de la Miringua resulta interesante, pues es una criatura que se alimenta de varios aspectos de su misma leyenda. “Nos decían que era una mujer de blanco, luego que se presentaba en flores blancas o en el clima. Había mil opciones de cómo podría ser”, explicó el joven realizador.
“Pero la palabra Miringua significa olvido, entonces básicamente decidimos crearla como una criatura fantástica que simboliza eso, el olvido de uno mismo como persona, cuando el ser humano pierde la cabeza y por sus propios pecados se olvida de uno mismo y eventualmente encuentra este tipo de encuentros trágicos. Para mí es una representación metafórica de los propios pecados que tienen nuestros personajes”, agregó.
El diseño sonoro además suma mucho a la ambientación terrorífica de Un cuento de pescadores, misma que fue trabajada en diferentes capas. “Primero Nicolás García Liberman y Leonardo Heiblum arrancaron con un tema sonoro muy espectacular a partir de instrumentos autóctonos, no sólo de la región michoacana, sino como de varios lugares de nuestro país y de pronto escuchas unos violines que nunca has visto, que están tallados a mano. Se usaron muchos ruidos alrededor de eso”.
“Eventualmente se le buscó también más atmósferas con la aportación del Odilón Chávez que fuera más hacia el terror y también se usó la mezcla de una banda sonora de una banda local que conocimos mientras jugábamos en la película, la Orquesta Pacanda. Los veíamos tocar en fiestas y pues no había más que incorporarlos, salen y suenan en la película. Este universo sonoro, a partir de cómo pueden sonar estas dos visiones juntas, creó una perfecta combinación”, añadió.
Afortunadamente, la cinta comienza con dos certámenes poderosos en su palmarés como lo son SITGES y Morelia. Al respecto, el director de Huachicolero expresó: “Estamos muy contentos de que la película pueda vivir en los dos ambientes. Obviamente en SITGES es un orgullo estar representando a México”, expresó.
“Es un festival tan importante en el cine de género, con una oferta de películas gigantesca, de una calidad impecable y donde los fanáticos están viendo pelis de fantasía y terror todo el tiempo. Entonces es muy chido poder estar aquí, es el primer festival de cine al que fui con un trabajo mío con mi primer cortometraje en una sección muy, muy chiquitita del mismo y eventualmente dije que algún día volvería invitado de otra manera aquí y pues es la tercera vez”, siguió.
“Luego, estar en Morelia también nos llena de orgullo porque es la primera vez que tenemos un trabajo mío en selección del festival. Antes no lo habíamos logrado y sabemos que es el certamen más importante del cine mexicano. Luego, no necesariamente su selección se apega hacia el cine de género y pues qué emoción que una película que pueda representar a la fantasía y el horror esté en este festival y que sean películas de otro estilo, lo que nos pone súper contentos”, concluyó emocionado Nito.