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Maite Alberdi busca reivindicar “el derecho a ser mala” en ‘El lugar de la otra’

El filme, que se estrena en Netflix el 11 de octubre, utiliza la historia real de la escritora chilena María Carolina Geel, que asesinó a su amante en Chile en 1955, para reflexionar sobre el rol de la mujer en la época

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Maite Alberdi en el Festival de Cine de San Sebastián

Especial

La directora chilena Maite Alberdi, nominada a un Oscar por El agente topo (2020), reivindicó en San Sebastián “el derecho a ser mala” durante la presentación de El lugar de la otra, película con la que compitió por la Concha de Oro del festival.

El filme, que se estrena en Netflix el 11 de octubre en todo el mundo, utiliza la historia real de la escritora chilena María Carolina Geel (interpretada por Francisca Lewin), que asesinó a su amante en Chile en 1955, para reflexionar sobre el rol de la mujer en la época.

Lo hace a través del personaje de Mercedes (Elisa Zulueta), la tímida secretaria del juez que lleva el caso y que, a medida que se implica en su historia, va experimentando una transformación y cuestionándose su propia libertad e independencia.

Queríamos revivir el caso como excusa para hacernos preguntas sobre la justicia y una pregunta importante tenía que ver con el derecho a ser mala”, señaló Alberdi en rueda de prensa .

“La justicia perdonaba a las mujeres porque condenarlas era visibilizarlas, las trataban como locas y nadie quería escuchar sus razones para matar”, agregó.

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El 14 de abril de 1955, Geel sacó de su bolso un revólver en el café del hotel Crillón de Santiago de Chile y disparó cinco veces a la cara de Roberto Pumarino, con quien llevaba cinco años saliendo.

Desde el principio admitió el crimen, perpetrado a la vista de todos y en contra de los consejos de su abogado, pero enmudecía cuando le preguntaban las razones, un misterio del que se sirve Alberdi para mantener al espectador intrigado hasta el final.

La cineasta chilena considera que Geel era “una mujer libre intelectualmente y de espíritu” y dice que esta “no es una película sobre un crimen, sino sobre la búsqueda de un espacio propio y personal que todos necesitamos”.

Alberdi (Santiago de Chile, 1983) debuta en la ficción con este largometraje tras el éxito de sus documentales El agente topo (2020), nominado al Oscar y al Goya al mejor documental, y La memoria infinita (2023), que obtuvo en Sundance el Gran Premio del Jurado, ganó el Goya a mejor cinta iberoamericana y estuvo de nuevo en la carrera de los Oscar.

Su salto a la ficción llegó a propuesta de Netflix que le envió el libro Las homicidas de la abogada y narradora chilena Alia Trabuco Zerán, en el que reconstruye las historias reales de cuatro mujeres asesinas entre 1920 y 1970, entre ellas la de Geel.

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“Lo sentí muy cercano a mi”, dijo Alberdi, que ha concebido el filme como “un documental de época”, con rigor en el uso de material documental y fidelidad a los testimonios reales de la época.

Se partía entendiendo todos los crimines de mujeres como crímenes pasionales, todo se atribuía a los celos”, indicó la directora, que en el filme muestra cómo la prensa sensacionalista se cebó con ella y la retrató como loca y villana y menciona un informe médico que apuntaba posibles alteraciones de conducta debido “al climaterio”.

Desde prisión Geel publicó un libro, Cárcel de mujeres, que demostraba que estaba lúcida y logró el apoyo de la Premio Nobel Gabriela Mistral, que pidió su indulto al presidente chileno.

Según Alberdi, esta es también una película “sobre la necesidad de mirarse y de tener ejemplos en los que mirarse”.

Sobre el trabajo de recrear la capital chilena tal y como era en los 50, el productor Juan de Dios Larraín resaltó la dificultad de hacerlo debido a la escasa conservación del patrimonio histórico. “Los lugares arquitectónicos tradicionales como el hotel Crillón se han destruido”, apuntó.

Alberdi no quiso revelar cuál será su próximo proyecto pero avanzó que muy probablemente mezclará ficción y documental.