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‘Mizoguchi y el Templo de la Belleza’: Una hermosa reflexión desde la muerte y el honor al erotismo

ENTREVISTA. Carlos Virgen, autor y director de la obra, nos da detalles de la puesta en escena, adaptación de una novela japonesa que se presenta los viernes en el Teatro La Capilla

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Imagen de la obra ‘Mizoguchi y el Templo de la Belleza’.

CORTESIA

La puesta en escena Mizoguchi y el Templo de la Belleza hace una metamorfosis de la vida misma a través de la misma belleza, el erotismo, la muerte y el honor, fusionando no solo un guión, sino la integración de todos los elementos teatrales, música, iluminación, vestuario, maquillaje, escenografía y la personificación.

“Es una propuesta teatral que se basa en la novela de un escritor japonés, aquella que se inspira en la mitad del siglo XX, es una novela que leí en mi juventud hace algún tiempo, y sin duda, es de lo mejor en la dramaturgia que pude encontrar. Ver personificado ese sueño, es un gran regalo”, declaró en una charla con Crónica Escenario, Carlos Virgen, autor y director de la obra.

Una propuesta enfocada a un reducido número de espectadores, con la intención de poder disfrutar de la experiencia de una manera más personal. Presente todos los viernes de mayo en el Teatro La Capilla en Coyoacán.

“Es un reto el poder hablar de esta conjunción de temas, ya que pareciera que por ejemplo la muerte y la belleza no tiene sentido, sin embargo, de ahí nos vamos a la decadencia del honor, y el erotismo, son temas universales que nos confieren a todos como seres humanos, y logre encontrar la manera de aterrizar y resumirlo en esta propuesta escénica”, mencionó.

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La acción comienza en 1970, cuando el protagonista regresa para estar presente en el funeral de su madre. Han pasado veinte años desde que prendió fuego y destruyó Kinkaku-ji (El Templo Dorado). El delirio polifónico comienza cuando la madre lo interpela desde el umbral que divide la vida y la muerte, lo cual es suficiente para transportarlo al pasado y recordar lo sucedido en los últimos veinte años.

“Es una obra muy exigente en la cuestión corporal, y que se adentra en el mundo interior de los personajes, confrontar muchos recuerdos y fantasmas, la corporalidad tiene mucho que ver con la complejidad del texto, es ahí donde se tiene que ser valiente y audaz para mostrar nuestras riquezas de propuestas en el país”, dijo.

El director dijo ser apasionado de temas profundos: “hay muchos temas relacionados con la problemática mexicana de la violencia y la desigualdad, temas que son relevantes y que a veces se ven como lejanos, pero el espectador conecta de manera inmediata al hablar de algo así”, concluyó.