Escenario

‘La noche del demonio: La puerta roja’: El horror en la desintegración de las familias

CORTE Y QUEDA. Si bien no es ni de lejos la mejor de la franquicia si se agradece que intente dar un cierre a la historia principal, que continúe con los mismos actores y que busque retomar la atmósfera de la primera

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Fotograma de 'La noche del demonio: La puerta roja'.

CORTESIA

En 2011 llegaría a salas de cine La noche del demonio (Insidious) una cinta de horror creada por James Wan y Leigh Whannell, la cual se apoyaba en la creación de grandes atmósferas y que regresa el eterno miedo a un mundo sobrenatural que podía tocar el mundo real. El éxito de la cinta le dio una pronta secuela, una precuela y una precuela de la precuela (así de ingeniosos para mantener la franquicia viva), pero es 12 años después que llega el cierre de la historia con que inició todo, La noche del demonio: La puerta roja (Insidious: The red door) llevando la historia a un cierre perfecto.

Han pasado diez años desde que Josh Lambert y su hijo Dalton cruzaron el umbral y dejaron atrás a los demonios les perseguían. Cuando el segundo inicia sus estudios universitarios, los recuerdos reprimidos comienzan a romper sus ataduras, convirtiendo su vida en un infierno y sólo su padre, a la distancia, podrá ayudarle de nuevo.

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La noche del demonio: La puerta roja marca el debut como director de Patrick Wilson, quien de forma inteligente retoma un proyecto conoce muy de cerca, en un género donde se ha sentido cómodo en los últimos años, rodeándose de gente que conoce y con la que ha trabajado, lo que da como resultado un trabajo que, si bien no es sobresaliente en ningún sentido, si logra ser superior a la media de las cosas que vemos en los últimos años. Se toma su tiempo para crear atmósferas, jugar con los scare jumps y, sobre todo, retomar la relación familiar que era el eje de la saga. Además, se permite colaborar en el tema de Ghost que suena en los créditos finales, “Stay”.

La cinta es protagonizada por Ty Simpkins, Rose Byrne y Sinclair Daniel, acompañados de Patrick, creando un equipo que avanza de forma intuitiva y natural, otorgando a la cinta su carisma y energía.

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La noche del demonio. La puerta roja encuentra sus mejores momentos en la interacción entre el padre y el hijo, pero como película de terror nunca logra instalarse en ese terreno, lo que se agradece, porque en realidad descansa en las relaciones humanas y familiares, lo que hace que el cierre de la historia de la familia Lambert se sienta correcto, con expectativas para el futuro. Claro que eso molestará a quienes desean toda cinta de terror deba ser con escenas gratuitas, mucha sangre y sin sentido, sintiéndose más cercana a la primera entrega de la saga que a los spin offs se hicieron de ella.

La cinta si bien no deja de presentar los encuentros con el demonio principal de la saga en realidad encuentra el horror en el retrato hace de cómo las familias se desintegran, se alejan, el cómo la falta de comunicación y el enterrar las cosas sin discutirlas termina siempre por convertirse en una carga, en un detonante que consume.

Si bien no es ni de lejos la mejor de la franquicia si se agradece que intente dar un cierre a la historia principal, que continúe con los mismos actores y que busque retomar la atmósfera de la primera. Un agradable intento que vale la pena apreciar.