El cine francés recupera dos episodios oscuros del colonialismo de su país con dos películas en Cannes, Les tirailleurs y Les harkis, que hablan de los senegaleses y argelinos que se enfundaron el uniforme militar para luchar junto al Ejército galo.

Les tirailleurs, de Mathieu Vadepied, ha sido estrenada en la sección Una Cierta Mirada, la segunda en importancia en el certamen, y Les harkis, de Philippe Faucon, en la Quincena de Realizadores, apartado paralelo e independiente del festival, que celebra su 75 edición del 17 al 28 de mayo.

Sus temas vuelven de forma recurrente a la actualidad. En abril de 2017, el Gobierno francés anunció que todos los antiguos 'tirailleurs', o tiradores, que residieran en Francia y solicitaran la nacionalidad la iban a obtener.

Según el Elíseo, era una manera de reconocer el compromiso de los senegaleses que combatieron por Francia en diferentes operaciones militares entre 1857 y 1960 y les hacía recuperar una nacionalidad perdida con la independencia de las colonias en los sesenta.

Se calcula que de los cerca de 200 mil que se sumaron a las filas francesas de forma voluntaria o por la fuerza, reclutados en verdad no solo en Senegal sino también en antiguos territorios franceses del África subsahariana, murieron unos 30 mil durante la I Guerra Mundial (1914-1918).

En Les tirailleurs, el joven Thierno (Alassane Diong) es capturado en su pueblo en 1917 para luchar con el Ejército galo. Su padre, Bakary (Omar Sy, de origen senegalés), se enrola junto a él para asegurarse de que vuelve a casa sano y salvo.

“Tenemos la misma historia, pero no la misma memoria”, dijo en su estreno el miércoles Sy, conocido por la película Intouchables (2011) y por la serie de Netflix, Lupin.

Con Les harkis, Faucon pone su foco a su vez en los argelinos que se alinearon con Francia durante el conflicto por la independencia de su propio país, de la que este 2022 se cumplen 60 años, y que fueron abandonados por París y víctimas de represalias en Argelia.

“Es un episodio de la historia de Francia no muy glorioso y que durante mucho tiempo ha sido rodeado de silencio”, cuenta a EFE Faucon, que nació 1958 en Uxda (Marruecos) de madre argelina y creció con la percepción de que era algo que había marcado a la generación de sus padres pero de lo que no se hablaba.

Era gente que molestaba a un lado y otro, asegura: “Para Argelia eran perdedores y Francia los utilizó y luego olvidó. (...) Esa parte de la historia de Francia afecta ahora a los descendientes de padres llegados de esos países y que hoy participan en la sociedad gala. Hay una necesidad de que se cuente la historia de su país”.

En septiembre de 2021, el presidente francés, Emmanuel Macron, dio un paso más en el reconocimiento de la responsabilidad de Francia en el conflicto con Argelia y pidió perdón a los argelinos que les ayudaron en la guerra.

“Los padres se callaron, pero los hijos no, y esa cuestión empieza a ser tenida en cuenta por los gobernantes”, añade Faucon, que data su filme en 1959, año en que el general De Gaulle está recién llegado al poder y planteó la posibilidad de un referéndum de autodeterminación para Argelia.

El cineasta cree que ha pasado el tiempo suficiente como para poder analizar bien lo sucedido.

“La historia es materia de los historiadores, algo que tiene que ser riguroso y tan preciso como sea posible, pero el cine permite ir más lejos que los archivos y que los testimonios que se han podido recoger en documentales. Permite dar cuerpo a esos acontecimientos”, concluye.