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‘El Pez Dorado’: A grandes riesgos, grandes recompensas y grandes pérdidas

ENTREVISTA. Crónica Escenario charlo con el director de la obra Santiago González quien compartió los pormenores de la misma, la cual se presenta todos los miércoles en el Teatro Milán

teatro

Imagen de la obra.

Cortesía

¿Qué estarías dispuesto a arriesgar para no perderlo todo? Esa es la premisa de El pez dorado, dirigida por Santiago González, quien junta dos de sus grandes pasiones, el póker y contar historias, puesta en escena que se estrenó el 27 de marzo en el Teatro Milán y que estará en cartelera hasta el 5 de junio.

Crónica Escenario mantuvo una charla con el dramaturgo y director al respecto de la obra que cuenta la relación entre el destino, la suerte y las habilidades personales, y cómo se entretejen estos tres elementos en una noche de póker.

“La verdad es que yo desde hace muchos años que empecé la carrera como actor, después como director, una de mis grandes aficiones era el juego del póker y precisamente es algo contra lo que he luchado durante muchos años, el poderle explicar a la gente que hay algo más interesante de lo que estos estigmas latinoamericanos en su mayoría nos han querido vender y con justa razón, evidentemente, porque al final son juegos de azar”, aseguró el director de la obra.

“Encontré en el póker una actividad muchísimo más parecida al ajedrez en cuanto a las aptitudes que se requieren para ejecutarlo de buena forma, como al final es un poco un ejercicio de confrontación con otro, este deporte mental, de qué es lo que yo observo de ti, qué es lo que intuyo que tú estás pensando, el por qué tu comportamiento a veces en la mesa o en tus acciones me dicen mucho de las personas”, siguió.

“Y creo que como actor ahí fue encontrando una actividad que se parecía mucho a la actuación y a la dirección en tema de observación, de psicología, de cómo podemos conocer en una mesa de póker a personas de todos los tipos, de todas las nacionalidades, de todas las creencias, de absolutamente todo”, agregó.

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El dramaturgo profundizó en la manera en que ha evolucionado su carrera: “Entonces mientras yo iba avanzando en mi carrera tanto como actor y como director, iba creciendo también en esta afición que tenía y siempre quise poder contar una historia dentro de este universo, creo que me preparé suficientes años en ambas cosas, pero sobre todo en el mundo del póker como para entenderlo”, dijo y sumó.

“Para poderle dar este giro de lo que yo quería contar y sobre todo hacer ver que muchas veces le echamos la culpa a estas aficiones o a estos lugares o a estos juegos, cuando realmente los que somos responsables de nuestras acciones somos nosotros, nosotros somos los primeros que le podemos poner límite a nuestros impulsos, a nuestros deseos y entonces me parece que era un ejercicio y un universo muy interesante para contar la historia de estos personajes”.

La trama se desenvuelve en torno a tres amigos, Mauricio, Alejandro y José Antonio, quienes a pesar de los caminos dispares que ha trazado la vida para cada uno, han logrado forjar una hermandad más allá de las circunstancias que los han moldeado. Esta noche, se reúnen para organizar un juego de póker que promete cambiar el curso de sus vidas.

La noche toma un giro inesperado con la llegada de un invitado sorpresa: Un Pez Dorado. Este inusual participante no solo altera la dinámica del juego, sino que se convierte en el catalizador que desencadena la tensión, emoción y una serie de eventos reveladores, evidenciando cómo la suerte, las decisiones y la habilidad pueden influir en el destino de manera inesperada.

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El Pez Dorado fue escrita por el propio Santiago González en compañía de Miguel Pérez-Cuesta y Andrea Rocha y el elenco lo componen Rubén Enríquez, Andrea de Fátima, Bruno Fuentes, Julio Herrera, Diego Klein, José Manuel Lechuga, Annesy Lozano, Enrique Montaño, José Jaime Orozco.

El póker, el azar y la suerte, estos juegos que han estado presentes en nuestra cultura desde hace muchísimo tiempo, son un gran pretexto para contar esta historia. Este es un proyecto en el que llevamos trabajando cerca de tres años desde que surgió la idea original, yo soy director, productor, escritor y estamos muy, muy entusiasmados de llevarles esta historia y juntar así dos de mis grandes pasiones”, señaló Santiago González.

Asimismo tanto la vida misma como el póker mantienen elementos que las vinculan más y El pez dorado se convierte inmediatamente en un puente entre ambos mundos, el real y el del juego.

Todos nos comportamos en la vida muy diferente dependiendo con quién estemos, cuántas veces no hemos visto a personas que el trabajo se comportan de una manera y cuando se van a un espacio de intimidad y de confianza salen realmente sus verdaderos ángeles o demonios, que al final todos tenemos, el ejercicio del póker es una analogía muy bonita de la vida con eso”, comentó.

“Porque cuando tú estás jugando poker con una persona que acabas de conocer después de 8 horas, vas a ver a esa persona en una montaña rusa de emociones, de cómo se comporta con la euforia y con la alegría y con los buenos resultados, o cómo se comporta cuando las cosas van mal, cómo cambia su comportamiento con el resto de las personas si está estresado, si está enojado, si está molesto, entonces realmente creo que son actividades en donde lo llegas a conocer verdaderamente a las personas”, afirmó.

Creo que que evidentemente a cada uno de nosotros nos tocaron ciertas cartas en la vida, pero cuántas veces no hemos visto grandes historias de gente muy exitosa, que lo hizo desde abajo sin tener los recursos y no voy a caer en este speech de coach motivacional no creo que vaya un poco por ahí, sino realmente sí, dentro de nuestra realidad”, continuó.

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“¿Qué es lo que yo estoy haciendo con lo que tengo? Y es un poco lo que le sucede a estos personajes a veces no valoramos lo que tenemos en la vida por la ambición de tener más y entonces puedo dejarle ese mensaje al espectador y que se vaya pensando”, añadió.

Aunque la obra no tiene como tal una moraleja si invita a poner los puntos sobre las íes sobre las cosas a las que les damos valor y como es muy fácil caer en la banalidad y olvidar lo realmente importante.

Creo que un elemento que nuestra obra tiene es que en grandes riesgos, grandes recompensas y grandes pérdidas, también la obra hace una buena analogía, decir qué valor le damos a cada cosa, qué valor le estamos dando a una a un estilo de vida, a una cuestión económica monetaria, a un trabajo y qué tanto el valor le estamos dando quizá a las personas de nuestra familia, nuestros amigos, nuestras buenas relaciones, nuestro buen nombre”, dijo.

“Son cosas con las que nosotros malabareamos todos los días en la vida y a veces tristemente siempre vemos el tema de la ganancia económica, cuando a veces si perdiéramos alguna de las otras se nos puede derrumbar la vida”, expresó Santiago González.

Para cerrar la entrevista el dramaturgo reflexionó lo siguiente: “No busco que tenga una moraleja, tal cual, me gusta tener un final relativamente abierto, en mi visión de hacer arte, de escribir, de dirigir, de contar historias es permitirle al espectador sacar sus propias conclusiones, evidentemente cada una de las personas que viene y se sienta aquí tiene una historia de vida distinta, condiciones de vida diferentes, han vivido diferentes cosas, cada uno de los que está aquí tendrá una opinión al respecto acerca de los temas que yo trato”, comentó.

“Buenas, malas, regulares, extremistas, pasivas, no lo sé, pero creo que logramos realmente algo en el arte cuando le dejamos al espectador sacar sus propias conclusiones y no busquemos subestimarlo, no busquemos enviarle el mensaje ya masticado y en la boca tienes que pensar así porque si no no se genera diversidad de pensamiento no se genera diálogo no se generan debates de yo veo las cosas de esta forma y lo defiendo”, continuó.

“Entonces no diría que hay una moraleja, evidentemente en estructura o a nivel narrativo, pues sí buscamos hacer ver ciertas cosas, pero me gusta que la respuesta de la gente ha sido diversa y eso al final me deja más tranquilo porque sé que por lo menos estoy poniendo mi granito de arena para que ellos se vayan a pensar y ya después saquen conclusiones”, finalizó.