Escenario

“El teatro es esa experiencia maravillosa que habla del aquí y el ahora tanto del actor como del público”: Luisa Huertas

ENTREVISTA. La actriz recibirá la Medalla Cátedra Bergman, que entrega la UNAM, en reconocimiento a su trayectoria como actriz teatral

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La actriz recibió a Crónica Escenario en su casa unos días antes de su homenaje.

César Luis García

El próximo 19 de noviembre la actriz Luisa Huertas recibirá la Medalla Cátedra Ingmar Bergman con la cual la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reconoce la contribución de ilustres figuras nacionales que han dejado una huella indeleble, tanto en el cine como en el teatro de nuestro país.

Por esta razón es que la actriz nos abre las puertas de su hogar, un lugar acogedor, tranquilo y que se impregna con el aroma del café recién preparado para platicar sobre este reconocimiento y la trayectoria que le hizo posible conseguirlo.

“Me siento muy honrada y agradecida por este reconocimiento, la verdad que no me lo esperaba, fue una gran sorpresa y aún mejor que viene de mi amada UNAM, amada en muchos sentidos. Ahí estudié una segunda parte de mí preparación como actriz, he hecho obras memorables en sus teatros, he sido docente también en el centro universitario de teatro, así que la UNAM ha sido mi casa”, destacó en entrevista con Crónica Escenario.

A la actriz se le ve la nostalgia por el pasado estudiantil, el cual se vio atormentado por represiones que tuvieron lugar en nuestro país: “Yo pertenecía a la escuela de teatro del INBA, pero el vínculo con los estudiantes de la UNAM fue muy estrecho, los estudiantes del INBA formábamos brigadas para ir a cantar, hacer poesía para los compañeros en huelga. Recorrimos varias facultades, igual en el Poli (Instituto Politécnico Nacional)”, mencionó.

“Fue una época donde la juventud se unió, y espero que algún día los jóvenes se vuelvan a unir de la misma manera para mejorar las condiciones, fue una época muy linda que terminó en una tragedia. Esa época de la escuela de teatro fue muy importante para mí. Sí, como actriz, pero también como un ser social, como un ser responsable y consciente de mi país y esto se reforzó después de la UNAM”, añadió.

Su nacimiento, “por casualidad”, en el país de El Salvador es una de las causas indirectas para que Luisa llegara al taller de actuación que a la larga se tradujo en una historia de más de 40 largometrajes, más de 80 obras teatrales y muchísima trayectoria más en radio y televisión.

“Soy orgullosamente nacida de El Salvador por una casualidad, mi padre era un refugiado español, en México conoce a mi madre, tienen dos hijos, pero luego a mi papá lo invitan a organizar la biblioteca de la universidad de San Salvador por un amigo poeta que conoció en España, y después de llegar allá nací yo, viví hasta los 10 años en El salvador hasta que fallece mi padre, mi madre regresa a su patria México y en el momento de revalidar nuestros estudios se da cuenta del taller de teatro y cómo yo le había dicho que quiera actuar, pues fue que se dio mi sueño”, comentó.

Trabajar para canalizar la pérdida es uno de los secretos que la actriz nos confesó, pues ella, a pesar de estar en confinamiento, nunca dejó de estar sumergida en proyectos para la compañía nacional de teatro.

“No hemos dejado de trabajar, creando diversos materiales, organizando mesas de discusión, entrevistas, conversatorios donde se habla de corrientes teatrales, no hemos tenido tiempo de parar totalmente. En cuanto hubo posibilidad de abrir, incluso el año pasado la compañía estrenó una obra que se llama Los empeños de un engaño que se hizo con poco público ahí en la casa de la compañía donde yo participé como directora de verso”, puntualizó.

Sobre cómo fue para ella esta experiencia mencionó: “Ha sido una etapa difícil, me enfermé a pesar de estar aquí encerrada. Me recupere bien, por fortuna. Ha sido una etapa dolorosa porque se han ido muchas personas, algunas muy cercanas, otras que son cercanas en cuanto a la carrera o en cuanto a su significado en el mundo cultural del país”, dijo.

“Ha sido duro no solo en el país, en el mundo y oír las cifras y al darte cuenta de todo lo que pasa. Es necesario tener una gran fortaleza de espíritu para no deprimirse, lo que creo que ha sido fundamental es estar produciendo o trabajando todo el tiempo para procesar el dolor, la tristeza y la pérdida de alguna manera”.

En su carrera, la actriz también ganó un premio Ariel por su trabajo en Mentiras piadosas de Arturo Ripstein.

César Luis García

LA MATERNIDAD, UNA ETAPA DE MADURACIÓN

La actriz, quien por más de 30 años ha sido docente en distintos recintos sigue teniendo un hambre de aprender, que se demuestra en el librero repleto de títulos de Saramago, Isabel Allende y Tennessee Williams, entre otros, habla de su pasión por las clases del centro educativo especializado en técnica vocal CUEVOZ, en donde es directora.

Fue hasta el nacimiento de su hija Erandi Rubio Huertas, que supo como todo el conocimiento de una gran trayectoria podía compartirse: “Yo disfruto muchísimo compartir el conocimiento, al inicio cuando me lo plantearon estaba aterrada, yo al ser más joven no tenía ni idea de cómo enseñar al otro, pero curiosamente la maternidad y el observar el desarrollo de mi hija me hizo conectar una serie de cuestiones en cuanto a la carrera de actriz. En cuanto a la actuación que me permitió organizar el conocimiento para poder compartirlo”, platicó.

Aunque feliz, también nos confiesa los sacrificios que tuvo: “Yo acondicioné todos los aspectos de mi vida para ser actriz y es algo que no es fácil para la familia. Sobre todo para mi hija que de chiquita quería que estuviera con ella. Cuando ella cumplió seis la llevé a los ensayos, a las producciones para que entendiera y, hasta la fecha, mi hija ha sido una compañera super generosa. Mi peor crítica, pero ha sido sumamente generosa en cuanto a mi quehacer”, destacó.

Para Luisa todo lo vivido han sido enseñanzas, y eso la ha ayudado a madurar “después de tanto aprendes a ser más objetiva, más prudente, porque yo siempre he sido muy apasionada, y aunque no lo he perdido, entiendes mejor los momentos donde tienes que hablar, discutir o hasta pelear; pero viene a ser algo más pensado. Lo que no me ha abandonado nunca es la pasión por el teatro, el amor por mi carrera y la necesidad de la disciplina, del rigor y no el que te imponen sino el que tú mismo te impones”, enfatizó.

En su historia destacan obras como El viaje superficial, El caballero de Olmedo, La mujer que cayó del cielo, El ogrito, Desazón, Salvador, Susana y los jóvenes e Inussia, la mujer foca.

César Luis García

EL TEATRO EN LA ACTUALIDAD, LA VIGENCIA DE UN ARTE QUE NUNCA MORIRÁ

Así como se creyó en su momento que el cine moriría con la televisión y que incluso el mismo teatro moriría a causa del cine, la realidad es que el teatro sigue vivo y esto lo vemos en el dato del Sistema de Información Cultural (SIC) que nos dice que solo en la Ciudad de México hay 162 teatros y 722 a nivel nacional.

“Yo creo que, a diferencia de lo imaginable, mucha gente joven busca el teatro como su forma de expresión porque el teatro es por excelencia humanista. La comunicación es muy directa a diferencia del teatro o la televisión. El teatro retrata el presente, es esa experiencia maravillosa que habla del aquí y el ahora tanto del actor como del público”, aseguró.

“Un ejemplo que le doy a mis alumnos es la cuestión de por qué se va a los conciertos si se puede escuchar la música tranquilamente en discos, o en el celular, pero ir a verlos en vivo es otra experiencia y eso es el teatro, es la suma de la energía del artista con la del público”, agregó.

La actriz de obras como El viaje superficial, El caballero de Olmedo, La mujer que cayó del cielo, El ogrito, Desazón, Salvador, Susana y los jóvenes e Inussia, la mujer foca, entre muchas otras, resalta la importancia del teatro como reflejo de la sociedad “Creo que el teatro ha sido, desde hace siglos, el reflejo de su sociedad, de las diferentes etapas de la humanidad y muchas veces también el teatro se ha adelantado o ha tomado los temas que más inquietan, preocupan, ocupan o divierten a la sociedad y eso es lo que lo hace estar tan vigente”, expresó.

Luisa también fue reconocida con el premio Ariel 1989 a la Mejor coactuación femenina por su papel en Mentiras piadosas de Arturo Ripstein, pero a pesar de su trayectoria en diferentes medios, su consentido por siempre es el teatro.

“Cada medio tiene sus atractivos, cada medio tiene retos y enseñanzas, pero mi casa es, ha sido y será el teatro. Para mí estar en el escenario es como para el pez estar bajo el agua. Para mí el teatro es mi vida, ha sido mi vida y, aunque no sé cuánto más dure en este mundo. Llegue a la edad que llegue, espero estar haciendo aunque sea un papelito”, mencionó.

“Tengo que reconocer que tuve momentos tristes en cuanto a querer hacer un papel y no lograrlo. A veces por cuestiones nada legítimas (bromeó). Pero puedo decirte que he disfrutado lo que sí he hecho, lo que me ha tocado hacer, con cada obra, con cada película y en mis participaciones en radio teatro”, enfatizó.

Para Luisa todo su recorrido artístico a parte de nutrirla como actriz, la ha hecho crecer como ser humano, por lo que para ella lo más importante es el acercamiento de las nuevas generaciones al arte: “Algo que me encanta es reconocer que son carreras de mucha generosidad, son carreras que están hechas para dar al otro, el teatro es un espacio de libertad, de creación, imaginación, de sentimiento y debería ser fundamental que desde los primeros años de escuela los niños tuvieran interacción con el teatro, con el arte y la cultura en general”, finalizó.