Escenario

The Drums revive su magia en la CDMX con show íntimo e inolvidable

COBERTURA. Jonny Pierce logró crear una velada con nostalgia indie y conexión total con sus más leales fans en House of Vans

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Desde los primeros acordes, el público fue transportado a una montaña rusa de emociones.

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El pasado viernes 20 de septiembre, la Ciudad de México fue testigo de un inolvidable concierto de The Drums en House of Vans. La banda originaria de Brooklyn logró agotar sus boletos en cuestión de minutos, ya que su público mexicano los esperaba con mucha emoción.

El concierto estaba programado a las 20:00 hrs, sin embargo hubo fanáticos que llegaron desde las 16:00 hrs para formarse y tener un buen lugar que les permitiera estar cerca de sus ídolos. Adolescentes y adultos fueron quienes llenaron el recinto poco a poco.

El icónico mural de dos calacas enormes en la pared principal era lo que podían ver los invitados al ingresar al lugar. Acompañado de luces azules y un poco de música, el ambiente tan peculiar de la casa subía los ánimos.

Pájaros Vampiro fue la banda que abrió la noche y logró que los asistentes se pusieran energéticos. “Solo somos números”, “Soy Basura” y “Ponte Pilas” fueron algunas de las rolas que sonaron. El vocalista de la banda bromeó con que la audiencia debía gozar o The Drums no saldría, pero en realidad todos y todas ya estaban disfrutando tanto que incluso se armó un mosh pit.

Posteriormente Pájaros Vampiro concluyó su participación y agradecieron la gente. Las luces del recinto se encendieron de nuevo y para ese momento la casa estaba llena, tanto que comenzó el bochorno y los empujones.

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Fue a las 21:00 hrs que la espera terminó y las luces se apagaron para recibir a The Drums. Primero salieron los músicos para tomar su lugar en el escenario, después fue el turno de Jonny Pierce, vocalista de la banda, quien fue recibido con gritos y muchos halagos, recordemos que es muy querido en la escena indie. “Mexico City”, expresó antes de iniciar con “What you were

Desde los primeros acordes, el público fue transportado a una montaña rusa de emociones. Con su voz melancólica y una presencia escénica magnética, Jonny conectó de inmediato con la audiencia, que no dejó de bailar y cantar en todo momento.

Una de las primeras canciones que la audiencia coreó a todo pulmón fue “Best Friend”. En todo momento las luces lograron hacer un ambiente único, de película y junto a la proximidad, hicieron de esta presentación algo íntimo y especial.

Days”, “Book of stories” e “In the cold” tampoco se quedaron afuera. Hubo momentos en los que las personas solo se dedicaban a escuchar y admirar cada una de las canciones.

Después de la esperada interpretación de “Let`s go surfing”, que desató una explosión de energía en el recinto, la banda hizo una pausa y se fue del escenario. Los asistentes no paraban de gritar cosas como “Te amo Jonny”, “Eres precioso Jonny”, “Otra, otra, otra”.

Claro que la agrupación regresó para entrar en la fase final del show y “Money”, un éxito, fue la cereza del pastel. Antes de irse agradecieron por todo el apoyo y el cariño; “I want it all” fue la rola con la que finalizó una noche llena de éxtasis indie después de más de una hora de espectáculo. Entre aplausos y gritos, la banda se retiró y las luces se encendieron. Cabe destacar que hubo fans que se quedaron afuera del lugar para escuchar The Drums.

El concierto fue un recordatorio de la vigencia de su propuesta y dejó a todos los asistentes con ganas de más, en lo que fue una velada de pura catarsis emocional y conexión colectiva.