Metrópoli

La familia de mi esposo quemó mi estética, sin importar que mis hijas y yo estábamos adentro

Georgia y su madre María de Jesús fueron víctimas de violencia por parte de sus cuñados; en el MP de Cd. Nezahualcóyotl solo se ríen de ellas

8 de marzo 

Hoy salgo a la calle para gritar justicia

Liliana Gómez

Georgia Michell y su mamá María de Jesús fueron víctimas de violencia por parte de la familia de su pareja, ellas trabajaban en una estética en el municipio de Nezahualcóyotl para ganarse el pan de cada día y en este lugar fueron atacadas cobardemente. 

El 12 de agosto del 2019 sus cuñados quemaron su estética, tanto ella como su madre y sus hijas se encontraban dentro del lugar y eso no le importó a sus agresores. La violencia se desató bajo el pretexto de que Georgia también trabaja como bailarina. Georgia, quien busca una mejor vida para sus hijas y al ser ella el único sustento real; sin embargo, la familia del padre de sus pequeñas consideran que esta última labor no es un buen ejemplo.

El 21 de agosto del mismo 2019, los atacantes de Georgia no conformes con haber incendiado la estética dos meses antes, balacearon la casa de ella, la invadieron y golpearon a su mamá, a la que mandaron al hospital con la nariz rota.

Desafortunadamente y como ocurre en muchos casos, las autoridades se muestran indiferentes e ignoran a los denunciantes. Georgia y su mamá acudieron al Ministerio Público de la Perla, en Nezahualcóyotl, Estado de México, para denunciar la agresión de que fueron víctimas pero no fueron escuchadas y quedaron a su suerte.

"Los (policías) municipales son amigos de mi esposo y mis cuñados, cuando yo acudo se burlan de mí y me dicen que una vieja no va poder más que un hombre y no me bajan de pendeja", comenta Georgia a Crónica.

Este 8 de marzo, Georgia acompañada de su mamá, primas y su hija sumaron sus voces a las de miles de mujeres que inundaron las principales avenidas de la Ciudad de México para exigir justicia, ser escuchadas y hacer valer sus derechos frente a todo el acoso que han vivido durante tres años y ante tanta impunidad y falta de una verdadera aplicación de la ley. 

"Hoy estamos aquí porque nosotras fuimos víctimas de violencia, ya no queremos más injusticias en el país, queremos ser libres, ya no queremos que nos maten, ahora grito por mí, por mi abuela, mi mamá, por  mi hermana y mi hija, quiero verla sana y que crezca feliz y que nadie le haga daño, que los hombres aprendan a respetar a las mujeres, por eso estoy aquí gritando, porque yo estuve apunto de morir, pero estoy aquí con todas las fuerzas porque yo se que algún día todo va a cambiar por el bienestar de nuestras hijas", asevera Georgia.

A su lado y a su corta edad, 10 años, Daniela Cecilia ya ha vivido de cerca el miedo y la inseguridad al ser violentadas su madre y su abuela. "Mi mamá y mi abuelita fueron víctimas de violencia, mi hermanita y yo  estuvimos ahí y me traumaron, por eso estoy aquí luchando este 8 de marzo".