Metrópoli

Segunda oportunidad entre rieles: El refugio canino del Metro y sus 601 historias de éxito

El Centro de Transferencia Canina del Metro promueve la adopción responsable y opera con donaciones. Actualmente, alberga a 45 perros rescatados de las vías

Foto: CTC del Metro

Un tren avanzaba con rapidez, y entre las vías del Metro Potrero, un pequeño ser luchaba por su vida. Poty, como fue nombrada en honor a su lugar de rescate por el equipo del Centro de Transferencia Canina (CTC), había sido una de las más recientes víctimas de la peligrosa y frenética vida subterránea de la capital. El destino quiso que fuera avistada a tiempo por personal del sistema de transporte y rescatada antes de que una descarga eléctrica terminara con su corta existencia.

Sin embargo, la suerte no es la misma para el conjunto de canes que llegan al CTC: algunos lo hacen con heridas tan graves que no todos los esfuerzos médicos logran salvar sus extremidades.

Poty, perrito rescatado en la estación Potrero

Poty es solo uno de los 601 perros que han sido rescatados por el CTC desde su creación en 2017, un espacio en el que, a pesar de los recursos limitados, se han salvado innumerables vidas caninas. Su historia, como la de muchos otros, es testimonio del compromiso de quienes trabajan en este lugar, que opera casi exclusivamente gracias a donaciones y al trabajo en conjunto de varias áreas del Metro.

CTC del Metro

Un lugar de rescate, recuperación y esperanza

Inaugurado el 18 de julio de 2017, el CTC se estableció como una respuesta a la creciente presencia de animales en las vías del Metro, un fenómeno común en los sistemas de transporte masivo, pero que en la Ciudad de México encontró una solución única. 

Este centro, ubicado en la colonia El Rosario, alcaldía Azcapotzalco, además de servir como refugio para perros rescatados de las vías de las 12 líneas del Metro, también es un espacio de sanación física y emocional para estos animales.

Cuco, rescatado de Metro Aculco

La encargada del CTC, Gabriela Villicaña, narra con pasión el día a día en el centro: "Protección Civil los traslada aquí inmediatamente después del rescate, y la primera acción es una revisión médica completa. Muchos llegan con heridas graves, como fracturas o quemaduras por descargas eléctricas, y deben recibir atención inmediata".

A pesar de los esfuerzos, algunos perros, como Navi, que fue rescatado en Buenavista con múltiples fracturas, no pueden ser salvados completamente. Navi perdió una de sus patas traseras tras una amputación inevitable, pero hoy vive feliz en su nuevo hogar, adoptado por una familia que lo ha recibido con los brazos abiertos.

Navi, rescatado de Nativitas

Este proceso de recuperación, que puede durar desde unos días hasta varios meses, depende de la gravedad de las lesiones que presentan los perros al momento de su rescate. Mientras algunos solo requieren de esterilización y un baño para estar listos para la adopción, otros, como Navi, necesitan cirugías complejas y semanas de rehabilitación.

CTC del Metro

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El altruismo como motor del CTC

Uno de los aspectos más sorprendentes del CTC es su operación a partir de donaciones. “No contamos con un presupuesto asignado, lo cual representa un reto enorme”, explica Villicaña. 

La manutención de los perros, que actualmente suman 45 en el centro, depende completamente de la generosidad de la ciudadanía. "Muchos donan lo que pueden: un kilo de croquetas, un paquete de gasas. Pero con la cantidad de perros que tenemos, siempre es insuficiente".

CTC del Metro

El centro recibe alimentos, collares, correas, productos de limpieza y materiales de curación. Todo es bienvenido, desde cobijas recicladas hasta suéteres viejos que proporcionan calor a los canes durante las noches frías. 

Este flujo constante de donaciones es gestionado por el equipo del Metro, que también se encarga del mantenimiento de las instalaciones, la reparación de jaulas y la poda de los árboles en los espacios al aire libre del CTC.

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El esfuerzo comunitario no solo se ve en las donaciones de bienes materiales, sino también en el interés por adoptar a los canes rescatados. 

“Quien no tiene un perrito en casa o le gustan, encuentra aquí una oportunidad única para adoptar a un compañero que ha sido rehabilitado y preparado para integrarse en un nuevo hogar”, comenta Gabriela. 

Descripción de la imagen

Las adopciones, que son promovidas a través de las redes sociales del Metro, han permitido que muchos de estos animales encuentren familias amorosas que les brindan una segunda oportunidad.

Una adopción responsable, el final feliz que todos buscan

El proceso de adopción en el CTC es riguroso. Se exige a los adoptantes ser familias responsables, y se les solicita un comprobante de domicilio y una identificación oficial. Además, se lleva a cabo un seguimiento posterior, en el que se pide a las familias que envíen fotos y videos de los perros adoptados en su nuevo entorno.

Esto garantiza que los lomitos, como se les llama cariñosamente, tengan el cuidado necesario y que la adopción sea exitosa a largo plazo.

Poty, Navi y tantos otros perros han encontrado un nuevo destino gracias a este proceso. No obstante, la tarea no está terminada. Con capacidad para solo 25 perros, el CTC constantemente enfrenta la necesidad de encontrar hogares para sus inquilinos. 

CTC del Metro

“El ideal sería tener menos perros, no más jaulas”, reflexiona Villicaña, quien sueña con ver los espacios del centro vacíos, lo que significaría que todos los perros habrían encontrado un hogar.

El CTC no es solo un refugio; es un espacio de esperanza y transformación. Cada perro que sale de sus puertas con una nueva familia es un logro para el equipo que, día a día, trabaja incansablemente para rescatar, curar y rehabilitar a estos animales. 

Las campañas de concienciación sobre la adopción y la esterilización de mascotas, promovidas por el Metro, han sido fundamentales para educar al público y reducir el número de animales abandonados.

En palabras de Gabriela Villicaña: “Lo veo en el futuro con esos árboles crecidos y la mayoría de los perros en un hogar. Esa es la meta: que ellos tengan la oportunidad de ser felices”. 

Y, con la colaboración de la ciudadanía y el esfuerzo de las autoridades, ese futuro está más cerca de lo que parece.

La importancia de las redes sociales en la concienciación

El CTC no solo se ha beneficiado del altruismo de las personas, sino también del poder de las redes sociales. Las historias de los perritos rescatados, desde su llegada hasta su adopción, son compartidas regularmente en las plataformas del Metro, lo que ha permitido una mayor visibilidad del centro. Gracias a esta difusión, muchas personas se han acercado al CTC, ya sea para adoptar o para colaborar con donaciones.

"Es el único lugar de este tipo en todo el sistema de transporte público", afirma Villicaña. “Hemos recibido un apoyo increíble por parte de la gente, tanto en redes como aquí en el centro, porque todos comprenden que estos animales merecen una segunda oportunidad”.