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EU cuadruplica aranceles al coche eléctrico chino para frenar invasión y complica inversiones en México

Biden anunció una subida de aranceles de hasta el 100% para levantar un muro arancelario y evitar que el país se inunde de coches chinos. En paralelo, Washington presiona a México para que no autorice plantas chinas, desde donde sus coches podrían ingresar a EU sin aranceles. En juego está el futuro del T-MEC

guerra comercial

Cadena de montaje de coches eléctricos en China del gigante automovilístico BYD

BYD

La guerra comercial de Estados Unidos para impedir que China inunde el mercado de coches eléctricos a precios imbatibles es ya una realidad, tras disparar este martes el presidente Joe Biden el primer cañonazo, con su anuncio de que los aranceles al coche eléctrico chino pasa de 25% al 100%.

“China está inundando los mercados globales con exportaciones de precios artificialmente bajos”, alegó Biden en un discurso en la rosaleda de la Casa Blanca (jardín dedicado a los acontecimientos solemnes), desde donde prometió que los vehículos eléctricos del futuro "se harán en Estados Unidos".

“Hace trampas”

El presidente demócrata —que necesita remontar en las encuestas, si quiere ganar las reelección en noviembre, y es consciente de que parte de su escasa popularidad es por la marcha de la economía— acusó a China de "hacer trampas", para justificar así los nuevos aranceles sobre las importaciones de productos del gigante asiático (chips, paneles solares, químicos para baterías de coches…), valorados en 18 mil millones de dólares y que se aplicará en los tres próximos años.

La reacción de Pekín ha sido de furia y ha prometido un castigo recíproco que hará público pronto.

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A falta de ver en qué se traduce la represalia china, lo que parece claro es que dejará a México en medio del fragor de la incipiente batalla entre las dos superpotencias, ya que el país es, al mismo tiempo, parte esencial de la industria automotriz estadounidense y por su posición sería la plataforma natural para que los chinos vendan sus coches a EU; un ambicioso objetivo que todavía no han conseguido.

La “puerta trasera” para esquivar aranceles

A diferencia de México, donde se hace cada día más evidente la invasión de coches eléctricos chinos, como en otros países del mundo, en Estados Unidos no ha ocurrido aún tal cosa, principalmenter por el dominio de Tesla; pero la situación estaba destinada a cambiar rápidamente, de no haberse producido el anuncio de Biden, que podría cambiar las reglas de juego.

El 73% de los conductores estadounidenses consideraría comprar un automóvil eléctrico de una marca china si tuviera un precio 20% más bajo que un vehículo eléctrico de un fabricante de automóviles no chino, según una investigación realizada por la web especializada Automotive News, que alerta también que ha detectado un creciente interés en internet por las diferentes marcas de automóviles chinos, hasta hace poco inexistentes o de nulo interés para el mercado estadounidense.

Por tanto, el objetivo de Biden de cuadruplicar los aranceles a los coches eléctricos chinos, hasta pasar del 25% al 100%, es desincentivar al potencial cliente estadounidese y también a los fabricantes chinos, como BYD, JAC, SAIC, Geely y Chery, porque sus coches dejarían de ser competitivos. 

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Sin embargo, las autoridades estadounidenses "están atentas" porque no pasan por alto que podría haber una forma de burlar esta ofensiva y burlar este muro arancelario, a través de México y gracias a su Tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

Según lo pactado, para evitar los aranceles estadounidenses, los bienes de la industria automotriz producidos en México deben tener al menos un 75% de las piezas principales de los vehículos hechos en cualquiera de los tres aliados norteamericanos.

Por tanto, la manera de que los coches chinos entraran en el mercado estadounidense evitando los aranceles es que monten fábricas en México (o en Canadá), respetando el 75 % de piezas "made in North America". Pero este es el detalle esencia: China todavía no tiene fábricas montadoras de coches en México y Estados Unidos trata de impedir que esto ocurra.

“El T-MEC no debería estar destinado a proporcionar una puerta trasera a China y a otros países que puedan estar buscando acceder a nuestro mercado sin pagar aranceles”, declaró recientemente un funcionario de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR), tras confirmar que el gobierno de EU quiere mantener a los fabricantes de automóviles chinos fuera de la zona de libre comercio de Norteamérica.

Esta presión estadounidense no sale de la nada, sino del aumento “sospechoso” de que China está colando en el mercado estadounidense a través de México mucha mercancía china sin pagar los  aranceles correspondientes.

"Una proporción considerable de los bienes que llegan a México por vía marítima probablemente están siendo transportados en camiones a Estados Unidos, lo que da lugar a la sospecha de que el aumento del comercio que estamos presenciando se debe a que los importadores chinos están logrando eludir los aranceles estadounidenses", dijo el analista Peter Sand.

Reunión fallida

Según informó la agencia Reuters, funcionarios mexicanos y ejecutivos de BYD, el mayor fabricante de automóviles chino, que recientemente desbancó la venta de coches eléctricos en el mundo al estadounidense Tesla, se reunieron en enero para la posible construcción de una fábrica de coches en suelo mexicano, a cambio de incentivos fiscales u otro tipo de facilidades.

Según tres fuentes familiarizadas con el asunto, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, bajo presión del de Estados Unidos, se negó a ofrecerles incentivos, como terrenos públicos de bajo costo o menores de impuestos, para la inversión en la producción de vehículos eléctricos, dijeron tres funcionarios mexicanos familiarizados con el asunto.

La agencia reveló que ni el gobierno mexicano —que no suele revelar los subsidios otorgados a las empresas para la instalación de fábricas— ni los ejecutivos de BYD ni funcionarios de la embajada de China en México respondieron a una solicitud para confirmar el motivo del fracaso de la reunión o si habrá nuevos encuentros para tratar de sortear la negativa de EU a que se levanten ensambladoras chinas en territorio T-MEC.

A principios de marzo, el senador republicano Marco Rubio, un crítico habitual del gobierno de AMLO, propuso una legislación que busca aranceles mucho más altos sobre las importaciones de vehículos chinos. De igual manera, una eventual victoria del proteccionista Trump en noviembre endurecerá aún más cualquier acuerdo que beneficie a los chinos, y esto puede significar un regreso a su política de chantaje a México (por ejemplo la retirada de fondos destinados a la ayuda y cooperación) si llega a acuerdos comerciales con los chinos que no gusten en Washington.

La reticencia del gobierno federal mexicano choca con el entusiasmo de algunos políticos, incluida la favorita para ganar las presidenciales mexicanas de junio, Claudia Sheinbaum, por atraer más producción de automóviles al país, crear empleos y llevar vehículos eléctricos asequibles al mercado local.

Sin embargo, funcionarios mexicanos dijeron que aunque la inversión china podría ayudar a la economía local, al Gobierno, por pragmatismo, le preocupa enojar a Washington ante la cercanía de la revisión del T-MEC en julio de 2026, cuando los tres países decidirán si extienden el TMEC por otros 16 años.

¿Posible planta en México “sólo para el mercado mexicano”?

Precisamente este martes, BYD (Build Your Dream) anunció en México su modelo Shark, mientras su jefa regional, Stella Li, quitaba importancia a las nuevas alzas de aranceles de Estados Unidos a vehículos eléctricos chinos y aseguró que la firma no pretende entrar a ese mercado.

“Cuando lleguemos a un acuerdo para construir una planta mexicana, solo tendremos en cuenta el mercado mexicano y el de otros países, no hemos considerado Estados Unidos”, añadió.

Actualmente hay una lista de posibles emplazamientos para la planta de BYD en México, dijo Li, quien se atrevió incluso a señalar que estará situada en el centro del país.

Finalmente, regreso a la cautela al señalar que se necesita un “diálogo más profundo” para tomar la decisión final, que se espera que llegue a finales de año, agregó, sin comentar qué podría hacer EU para evitarlo.