Desde hace varios meses la Ciudad de México dejó de ser un lugar seguro para los migrantes que van de paso y que buscan llegar a la frontera norte para tratar de cruzar a Estados Unidos en busca del sueño americano, y es que en la capital del país personas procedentes de varios países al no contar con ayuda de las autoridades se han visto obligados a vivir en la calle, con grandes limitaciones de acceso a atención a la salud y sin posibilidades de recibir alguna protección, denunció la organización internacional Médicos Sin Fronteras (MSF), al señalar que la CDMX dejó de ser santuario migrante.

A través de un comunicado, Israel Reséndiz, gestor de actividades móviles de la organización internacional y con presencia en la capital del país y que asesora y auxilia a grupos de migrantes en su paso por la metrópoli, refirió que la falta de atención a la comunidad migrante por parte de las autoridades en la capital "está llegando a un límite inédito con un impacto directo en la salud y seguridad, por lo que definitivamente ya no es posible hablar de la Ciudad de México como un santuario para la población migrante".

La organización subrayó que todavía el año pasado los migrantes que llegaban a la CDMX veían a la capital como un sitio seguro donde podían tener asesoría y ayuda para trámites de estancia temporal o de asilo, en tanto que contaban con asistencia para estancia temporal con albergues supervisados, pero ahora ya no se puede hablar igual.

"Hoy en día es todo lo contrario; (los migrantes) se ven obligados a vivir en la calle, con grandes limitaciones de acceso a atención a la salud y sin posibilidades de recibir protección", denunció Israel Reséndiz.

El activista recordó que "esta empeoró en los últimos meses" y citó como ejemplos la apertura y cierre sorpresivo del polémico albergue de Tláhuac en 2023 y de la Casa del migrante en 2024, a lo que se suma que albergues bajo responsabilidad privada no se han dado abasto y se han visto rebasados.

El responsable de MSF en México amplió su denuncia al apuntar que a la falta de espacios y los cierres de albergues han aumentado los casos de violencia sexual, extorsiones y secuestros que victimizan a la población migrante.

MSF resaltó que en el primer semestre del año se registraron "83 casos de violencia sexual, lo que configura un aumento del 80.43 % en comparación con el mismo periodo del año anterior, donde registramos 46 casos".