Como parte de la estrategia para impulsar la prevención entre las y los derechohabientes del ISSSTE, y con el objetivo de contrarrestar el aumento de enfermedades derivadas del consumo del tabaco, el ISSSTE cuenta con 156 clínicas en todo el país para que las personas dejen de fumar y cuenten con atención multidisciplinaria para el manejo y control de pacientes con esta adicción.

Así lo informó el general del instituto, Pedro Zenteno Santaella, en el marco del Día Mundial sin Tabaco, -que se conmemora este 31 de mayo-, motivo por el cual, dijo el directivo, debido a que este hábito representa una afectación severa en la población, su consumo puede provocar enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, las cuales son una de las primeras 15 causas de mortalidad hospitalaria en ISSSTE.

Ante ello, la jefa de departamento del Programa de Salud Mental, Lucía Ledesma Torres, puntualizó que el consumo de tabaco es un factor de riesgo importante que provoca enfermedades como: bronquitis crónica, enfisema pulmonar, cáncer de pulmón, hipertensión arterial, infarto del miocardio, accidentes cerebrovasculares, úlcera gastrointestinal, gastritis crónica, ansiedad e insomnio, entre otras, y quienes las presentan tienen mayor riesgo de desarrollar síntomas graves en caso de ser infectadas por COVID-19”.

“El tabaco irrita las vías respiratorias, provocando inflamación, las cuales se estrechan y se llenan de mucosidad pegajosa, condiciones que favorecen el ataque de este padecimiento”, por lo que, en las personas que fuman se incrementa la gravedad de patologías respiratorias como el asma y dificulta su control, aún con medicamentos.

EFECTOS NOCIVOS DE LOS VAPEADORES

Asimismo, puntualizó que no ha quedado comprobado que el uso de vapeadores sean una adecuada alternativa para dejar de fumar, al contrario, añadió, su consumo frecuente irrita los pulmones, tiene efectos nocivos para el corazón y provoca tos, dificultad para respirar, dolor en el pecho, náuseas, vómito, diarrea, fiebre y pérdida de peso.

Ante tal panorama, el ISSSTE, dijo, ofrece terapias de atención integral en modalidades grupal o individual, apoyados de tratamiento farmacológico con vareniclina y anfebutamona, cuyo objetivo es disminuir la ansiedad, y en el último año, en las clínicas para dejar de fumar se ha brindado atención a 1,635 pacientes, aunque durante la pandemia no estuvieron abiertas por el tema de la emergencia sanitaria, y su reapertura se fue dando de manera paulatina.

TRATAMIENTO PARA DEJAR DE FUMAR

Ledesma Torres explicó que el plan de tratamiento en estas unidades consta de 10 a 12 sesiones con duración de una hora a la semana por tres meses, en donde se cuenta con la ayuda y atención de especialistas en medicina, enfermería, nutrición, psicología, odontología, trabajo social y activación física contribuyen al programa; ofrecen técnicas de afrontamiento y manejo del síndrome de abstinencia.

Las personas interesadas en dejar de fumar y recibir la atención y el apoyo necesario deberán acudir por voluntad propia a solicitar informes a los servicios de salud mental en las unidades médicas de todo el país, tener historial de adicción al tabaco, fumar como mínimo un cigarro al día.

Si el interesado es menor de edad, deberá presentarse con su madre, padre o tutor con identificación vigente, y serán tratados en forma individual o en su defecto, se formará un grupo de adolescentes.

Ledesma Torres afirmó que las terapias psicológicas son parte fundamental del tratamiento ya que, además de apoyarlos con el control del síndrome de abstinencia, acompañan para que la fuerza de voluntad no decaiga; de igual forma, brindan métodos de respiración, relajación y manejo de ansiedad.

La Dirección Normativa de Salud estableció acciones de salud mental, con el propósito de reaccionar de mejor forma ante situaciones de estrés y contribuir a combatir el consumo de sustancias nocivas para la salud, como el tabaco.