“Mientras estoy vivo tengo esperanza”, señaló don Miguel luego del ir y venir para poder registrarse en la Pensión para el Bienestar de Adultos Mayores, tiene 3 años que se inscribió y hasta el momento los ‘siervos de la nación’ no le han dado una respuesta clara del porqué no tiene ni tarjeta, pese a inscribirse en el padrón.

En entrevista, Miguel González Vega, de 84 años, mencionó que antes de que iniciará la pandemia fue a tramitar su apoyo por ser adulto mayor, le dieron una tarjeta de la que nunca pudo retirar nada porque siempre le decían que no tenía fondos, él no se daba por vencido y volvió a realizar el trámite al igual que su hermano, quién si la recibió, e incluso ya hasta murió, pero la de Don Miguel ni sus luces.

Necesidad

Don Miguel va y viene a dónde le dicen, pero lo hace solo porque no tiene a nadie que lo acompañe, él se casó, pero no tuvo hijos, vivía en Michoacán con su esposa, ella murió hace 4 años, y por eso Don Miguel tuvo la necesidad de trasladarse a la CDMX con su hermano quién le prestó un cuarto para que viviera.

Aquí en la Ciudad le comentaron de la ayuda que daba el gobierno y no dudo en solicitarla, pero le duele y desespera que ya lleva tres años y no ha recibido nada de nada, ni un peso, lo malo es que él si necesita la ayuda porque no tiene como mantenerse, vive de la caridad y por la gracia de Dios como el lo ha dicho.

Y no solo ha sido esto, en ocasiones ha hablado con los servidores públicos y al principio le decían que seguramente ya se los había gastado, cuando ni siquiera tiene tarjeta, incluso se habló a la Secretaría del Bienestar para preguntar el porque del retraso en la entrega de la tarjeta y dijeron que a más tardaren 15 días enviarían a alguien a su casa para revisar los papeles y van ya dos meses y de los servidores públicos ni sus luces.

Pesé a ser un derecho universal y constitucional de acuerdo al gobierno federal a este hombre no ha llegado.

Inconsistencias

La tarjeta es realmente una ayuda para personas que como Don Miguel no tienen quién las apoye, pero hay casos de personas que han muerto desafortunadamente y que llevan más de un año y sus familiares o personas que tienen la tarjeta siguen cobrando.