Nacional

Niños con diabetes, cuidados por sus maestros pueden acudir con total normalidad a la escuela

Se debe procurar vigilar la medición de glucosa, administración puntual de insulina y prevención de hipoglucemia, los infantes no tienen ningún problema

Diabetes en niños y adolescentes, no es impedimento para que asistan a la escuela. Con el apoyo de padres de familia y maestros estos pacientes pueden realizar cualquier actividad escolar y deportiva 

En este regreso a clases ya de modo presencial, para todos los estudiantes de todos los niveles educativos, la mejor forma de ayudar a que un niño con diabetes se reincorpore a la escuela con sus compañeros y arrancar de lleno este nuevo ciclo escolar, es con la suma de esfuerzos de sus padres de familia y sus maestros.

Lo anterior, a fin de que la o el menor con diabetes evite complicaciones con sus niveles de glucosa en sangre, los cuales siempre deberán estar en rangos normales.

Esto es posible si se logra una suma de esfuerzos tanto por parte de los padres de familia, como el profesor titular del grupo en el que se encuentre la o el pequeño con diabetes, y lograr trabajar en equipo para asegurar que las condiciones dentro del recinto escolar favorezcan el desarrollo del niño en un ambiente de seguridad e inclusión.

En este sentido, la doctora Carmen Alicia López Forero, gerente médico de insulinas de la farmacéutica Novo Nordisk, resaltó la importancia de lograr una suma de esfuerzos de los maestros junto con los padres de familia, debido a que las y los niños con diabetes “pasan casi la mitad de las horas que están despiertos en la escuela, por lo que es verdaderamente importante que cuenten con una atención confiable de su diabetes”.

PREPARAR LA MOCHILA CON TODO LO NECESARIO

Es de suma importancia que los padres informen al personal que estará en contacto con sus hijos acerca de todo lo que deben cuidar para que puedan realizar sus actividades como cualquier otro niño, sin poner en riesgo su salud.

En este contexto, recomendó a los padres de familia preparar una lista de verificación “para asegurar que en la mochila estén todos los suministros que el niño necesita para el cuidado de su diabetes como glucómetro, baterías de repuesto, tiras reactivas, insulina y plumas para administrarla, toallitas antisépticas, carbohidratos de acción rápida como caramelos o jugos de fruta, para elevar los niveles de azúcar en la sangre en caso de ser necesario”.

Aunado a lo anterior, los padres deberán crear un plan personalizado para el manejo y tratamiento de la diabetes de su hijo y revisarlo con los maestros o personal médico que estén en contacto con él.

“En este plan es necesario especificar el nivel de azúcar en la sangre deseado y explicar cómo medirlo. También deben explicar con qué periodicidad es necesario administrar la insulina y cómo hacerlo cuando los niños son pequeños. Este plan debe incluir las comidas y refrigerios, así como las comidas en eventos especiales.”

UNA VIDA ESCOLAR, PRACTICAMENTE NORMAL

La especialista señaló que en la escuela, los niños con diabetes deben participar en las actividades deportivas al igual que el resto de sus compañeros, por lo que será prioritario que los padres informen a maestros y preparadores físicos cómo manejar la actividad física y enseñarles a identificar los episodios de hipoglucemia o baja de azúcar en la sangre y cómo tratarla.

“Los padres deben hacer saber a los maestros cuáles son las señales específicas de la hipoglucemia, como temblores, nerviosismo o ansiedad, sudoración o escalofríos, irritabilidad, mareos, dificultad para concentrarse, hambre o náuseas, visión borrosa, debilidad o fatiga.

“Si el maestro identifica estos síntomas -enfatizó-, puede indicar al niño que tome un refrigerio y comunicarse con los padres o el médico del menor, para lo cual la escuela debe contar con sus datos de contacto”, ejemplificó la gerente médico de insulinas de Novo Nordisk.

A fin de facilitar la integración y el desarrollo del niño con diabetes en el ámbito escolar, dijo, la Fundación para la Diabetes Novo Nordisk recomienda: ajustar el tratamiento de niños y adolescentes según los niveles de glucosa que tengan en cada momento. Los niveles de glucosa en sangre (glucemia) son muy variables a lo largo del día, según el mayor o menor consumo energético, el estrés, los alimentos que se ingieren, el tiempo de ayuno.

Debido a que la mayoría de los pacientes pediátricos con diabetes, requieren tres dosis al día: antes del desayuno, comida y cena, se recomienda utilizar jeringas precargadas con apariencia de pluma o bolígrafo, las cuales, ha quedado comprobado que facilita mucho las inyecciones de insulina o también pueden usarse bombas de insulina.

Para los pacientes pequeños, los padres deberán indicar la dosis adecuada a inyectar. En el colegio debe haber un adulto capacitado para inyectarle la insulina.

En el caso de que sean los propios niños o niñas quienes se auto inyecten deberán hacerlo en un lugar adecuado (puede pincharse en clase o en un lugar privado e higiénico), para lo cual, la escuela debe estar informada al respecto.

Los niños con diabetes necesitan medir con frecuencia sus niveles de glucemia y actuar en consecuencia. Los niños muy pequeños deben ser supervisados y facilitar estas mediciones en clase o en un lugar higiénico.

Los niños y adolescentes con diabetes deben seguir un plan de comidas que en general es muy semejante a la dieta correcta de un niño sano. Es importante respetar horarios y si la escuela cuenta con un comedor, los menús deben ser equilibrados en variedad y cantidad, con la supervisión de los padres y el personal del colegio.

Durante el ejercicio, el niño debe tener acceso fácil a la glucosa u otro hidrato de carbono que sirva para tratar o prevenir la hipoglucemia. Si el ejercicio es prolongado debe tomar un suplemento de 10 a 15 gr de hidratos de carbono cada media hora, por ejemplo: galletas o palitos de pan y después del ejercicio, el niño con diabetes debe medir sus niveles de glucemia para saber si necesita alimento extra. Si la glucosa es baja no es recomendable el uso de insulina.

Es importante, dijo la doctora López Forero, tener siempre presente que la o el niño con diabetes pueden hacer de todo, con los debidos cuidados, e incluirlos e integrarlos en todas las actividades que se lleven a cabo en la escuela, como a cualquier otro niño, lo cual contribuirá de manera importante a que el niño crezca feliz y con sus emociones en equilibrio”.