La depreciación del peso mexicano ante el dólar estadunidense ha impactado a la región fronteriza de México y Estados Unidos, debido a la interdependencia económica existente entre ambos países,particularmente a nivel de las actividades económicas y comerciales cotidianas de los ciudadanos, en donde del lado mexicano se enfrenta una situación especial gracias a lo que se conoce como una economía local dolarizada.

La dolarización hace referencia al uso de la moneda estadunidense en transacciones financieras y reales en lugar de la moneda nacional; ésta no es parte de una política oficial del gobierno mexicano, sino que es consecuencia de la contigüidad geográfica y la interdependencia económica entre ambos países, siendo determinante en la economía fronteriza y las transacciones cotidianas de los ciudadanos.

El uso del dólar en la frontera ha estado presente desde el origen, crecimiento y desarrollo de la región. Actualmente en ciudades como Tijuana, Mexicali, Nogales, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y Reynosa, se fija en dólares una parte importante de los precios de los productos como la renta de comercios, departamentos y el costo de servicios profesionales como médicos y abogados. En la ciudadde Tijuana, la más dolarizada, 30% de las compras se realiza con la divisa estadunidense;sin embargo, los sueldos se pagan en pesos y se mantienen fijos, situación que afecta el poder adquisitivo de los ciudadanos fronterizos mexicanos.

Tijuana es el mejor ejemplo del impacto de la depreciación en ciudadanos que viven en una economía local dolarizada.Durante marzo del presente año se registró en dicha ciudad una inflación superior al 6%, la más alta del país,además de un aumento de entre el 30% y 40% en las rentas de los comercios, acompañado con la reducción de alrededor del 30% de las ventas de comercios como panaderías, abarrotes y ferreterías, de acuerdo con la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Tijuana.La misma situación se presenta en Mexicali, en donde 90% de los negocios afiliados tienen contratos de renta en dólares.

Ante esta situación, los ciudadanos han tenido que recurrir a diferentes estrategias para resguardar sus ingresos y reducir sus gastos. Con el incremento de la afluencia de estadunidenses ante un peso más barato, algunos comerciantes buscan mayor rendimiento de sus ganancias en dólares al cambiarlos con la mejor tasa que los centros cambiarios puedan ofrecer. Otra forma ha sido ofrecer una tasa de cambio fija para realizar alguna transacción, como se ha dado en la venta de automóviles usados, el cual, ha visto una caída del 100% en sus ventas en la región que conforman las ciudades de Tijuana y San Diego.

Con un escenario confuso respecto al tipo de cambio, es necesario que se tomen medidas para contrarrestar los efectos negativos sobre la mayor parte de la población fronteriza; más allá de las soluciones temporales, el impacto de la depreciación ha manifestado la necesidad de  que surjan nuevas propuestas de gobernanza económica en una región con una dinámica económica especial.

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