"Si vivo pensando que el cielo / Entre sus zafiros me ha de recoger / Y allá arriba no seré tu esclavo ni tu prisionero / Simplemente con mi luz más bella / Yo seré la estrella de tu anochecer”, dicta el fragmento del bolero “Estrella solitaria”, de Agustín Lara, del cual existen pocas versiones, una de ellas es la interpretada por Toña La Negra, que maravilló a José Manuel Aguilera en su infancia, quien buscó hacer un homenaje a esta pieza a lo largo de su carrera. Ese momento llegó.

El músico y líder de la legendaria banda La Barranca participó y dirigió Noche profunda. Una aproximación del Rock al Bolero, ejercicio que reúne a algunos de los más destacados representantes del rock en español para interpretar diez temas icónicos del género. El LP, es el seguimiento de un acto en vivo que tuvo lugar en la Feria Internacional del Libro (FIL) en 2016.

La pregunta más obvia es infranqueable: ¿qué une a estos dos géneros? “No hay un vínculo explícito, pero hay que partir de que el bolero tuvo un impacto colosal en la cultura popular mexicana. Aunque no ha habido muchos intentos de aproximación formal hacia el género, muchos grupos de rock, entre ellos La Barranca, hemos tomado elementos de éste —en ocasiones de manera aislada, a veces sutil, otras más de forma obvia— para incorporarlo en la música que hacemos”, señaló Aguilera en entrevista con Crónica.

“En ese sentido el bolero está ahí, todavía en el aire y en el subconsciente colectivo de los mexicanos, por lo menos hasta  ciertas generaciones”, añadió.

Así mismo, aseguró que de forma particular, pero intuitiva, La Barranca se ha nutrido del bolero, lo que se refleja en su lírica. Una de las piezas más visibles en este ejercicio es “Zafiro”, del disco El Fluir (2005), el cual conecta ahora con “Estrella solitaria” y Noche profunda.

“Es un ejercicio directo que intenta contestar y citar un homenaje a una cantante muy importante del bolero, Toña La Negra, pero creo que hay otras canciones de La Barranca que también tienen estos elementos, como ‘Quémate lento’, ‘Tempestad’ y ‘La fuga de Rubén’. Hay varias, aunque en ‘Zafiro’ hago una referencia incluso lírica a la pieza de Agustín Lara”, explicó.

El artista relata que en su casa escuchaba un disco de Toña La Negra con esta canción, la cual siempre le fascinó. “Se trataba de una composición tardía de Agustín Lara, muy poco conocida desgraciadamente, esperemos que este disco sirva para que la conozca más gente. Por su parte, ‘Zafiro’ es como una hija o una respuesta a esta canción, donde trato de establecer una comunicación con Toña y Agustín”, destacó.

Además de ser una pieza muy especial para Aguilera, es un ejercicio muy moderno de Agustín Lara, “casi metafísico”: “Muchas veces, a lo largo de los años, imaginé cómo podría ser esta versión mía, pero no la había aterrizado. Ahora se presentó la oportunidad; acepté dirigir el proyecto en buena medida porque dije ‘ya sé qué canción interpretar y plasmar este anhelo’, postergado por tanto tiempo”, compartió.

“BÉSAME MUCHO…”. Fue en 2016, meses antes de la realización de la edición 30 de la FIL de Guadalajara, Aguilera y otros músicos idearon el proyecto para acompañar el programa musical de la feria cultural. Luego de semanas de preparación, Noche Profunda se estrenó en diciembre de ese año en la Expo de Guadalajara.

A través de la Coordinación de Música de Cultura de la Universidad de Guadalajara (UdeG) se materializó el espectáculo y ahora el disco. Los músicos se componen por la Orquesta Noche Profunda, conformada por Aguilera, Alfonso André (batería), Yann Zaragoza (teclados), Adolfo Romero (guitarras), Ernick Romero (bajo), Chuyín Barrera (percusión), Chemín Santillanes (trompeta) y Christian Briseño (trombón), así como por las voces invitadas: Gerardo Enciso, Jaime López, Cecilia Toussaint, Juan Cirerol, Denisse Gutiérrez, Valentina González, Ugo Rodríguez y Luis Humberto Navejas.

Para dirigir el proyecto, Aguilera y los músicos realizaron una inmersión exhaustiva en el bolero, en las canciones que sintieron acordes con el concepto. “Buscamos canciones que no sonaran arcaicas ni en su lírica ni en su música y que compaginaran con una tonalidad oscura, porque sabíamos lo que queríamos, el título ya lo teníamos desde un principio”.

La selección de piezas fue, en orden de aparición en el disco, “Bésame mucho”, “Flores negras”, “Vendaval sin rumbo”, “Vanidad”, “Amor de medianoche”, “Estrella solitaria”, “Miénteme”, “Negrura”, “Virgen de medianoche” y “Estoy perdido”.

Aguilera puntualizó que éste sería el acercamiento más formal del rock al bolero y espera que abra la puerta para que la gente se acerque a estas piezas, “que son obras maestras del género”.

“Muchas de esas canciones son susceptibles de ser traídas a la actualidad porque son atemporales. Ojalá el disco sea una oportunidad para que la gente conozca estas canciones, pero también despierte su curiosidad por las versiones originales y así involucrarse más con el bolero”, agregó.

Mientras tanto, “no hay planes de repetir el concierto, pero tampoco está cerrada la puerta. Veremos las reacciones que genera el disco y si hacemos algo más adelante”, concluyó.