Los lazos que se han forjado en la frontera entre México y Estados Unidos han ido aumentando año con año. Desde su origen, ha compartido aspectos culturales y comerciales, los cuales se han multiplicado desde la puesta en vigor del TLCAN. Pero a consecuencia de los más recientes acontecimientos en Estados Unidos, las dudas y cuestionamientos sobre el futuro de la relación bilateral salen a la luz día con día.

En artículos anteriores planteamos el valor estratégico de la integración horizontal y lo retomamos ahora porque es importante recalcar el valor de ver a la frontera como una región que si se fortalece, puede impulsar la competitividad de ambos países así como los estados de manera individual. El punto radica en detectar las fortalezas de los polos de desarrollo a lo largo y ancho de la frontera y crear las condiciones para conectarlos entre sí.

El Foro Económico Mundial coloca a México en el lugar 57 en su ranking sobre competitividad de 2015-2016 y donde se evalúan a 140 países, mientras que sus socios comerciales Estados Unidos y Canadá se ubican en el tercer y treceavo lugar respectivamente. Es por ello que México debe asumir el compromiso y apostar por una estrategia de desarrollo, en donde se pueda impulsar la integración horizontal, la cual contribuiría al desarrollo equilibrado en cada entidad de la región fronteriza y otras zonas del país.

La forma en que nos imaginamos una región integrada horizontalmente es aquella donde cada polo de desarrollo tiene claras sus fortalezas económicas, ya sea en la producción agrícola, minera o industrial, asimismo, cada polo de desarrollo logra llevar su producción a su máxima capacidad, para ello cuenta con la infraestructura necesaria para colocar su producción a lo largo y ancho de la frontera, a través de una red carretera, ferroviaria y aérea, amplia y moderna.

La logística también es importante por lo que debe existir una amplia coordinación, así como el conocimiento de toda la región, para aprovechar los bienes y servicios que otros pueden ofrecer, como los financieros, turísticos o comerciales.

Otro aspecto que debe ser considerado es el de los recursos sociales. Para que exista un desarrollo pleno y la integración horizontal, la región en su conjunto debe contar con una población especializada en esas áreas que destacan en estos polos de desarrollo. El tema educativo forma parte de la estrategia, ya que es una fuente continua de personal capacitado en las distintas áreas de interés, y que a su vez tengan las facilidades para trasladarse a las áreas donde puedan aplicar sus conocimientos a partir de acuerdos de intercambio estudiantil y laboral en ambos lados de la frontera.

Es precisamente ahora que se deben redoblar esfuerzos para hacer de la región fronteriza una región altamente competitiva. El fortalecimiento de los lazos entre los polos de desarrollo de la frontera de Estados Unidos y del lado mexicano puede contribuir a reducir los temores provocados por la transición presidencial en Estados Unidos.

cpi@prodigy.net.mx