Opinión

Chiapas sin esperanza

Chiapas es un polvorín. No hace mucho tiempo un vocero del zapatismo dijo que la entidad se encontraba al borde de una guerra civil. Muchos lo tomaron como una declaración estridente, con un marcado interés político. La realidad, sin embargo, parece confirmar los peores augurios. Se eligió este modelo, el de la guerra civil, porque deambulan por los caminos del estado muchos grupos armados que tarde o temprano protagonizarán una lucha encarnizada.

No hay presencia de policías estatales o municipales, los que se acercan a la zona de conflicto están bajo acuerdo de alguno de las bandas en conflicto. Las escaramuzas se realizan cada vez más cerca de los territorios zapatistas. El EZLN, aunque parezca por momentos lo contrario, no se ha desmovilizado, está en alerta permanente, tiene armas y gente entrenada para usarlas. Si los tiroteos entran a su territorio, responderán.

El gobierno del estado está concentrado en que las cuentas le cuadren en la a transición y en arreglar uno que otro asunto en Tuxtla y sus inmediaciones, pero no más lejos. Los municipios limítrofes con Guatemala son tierra de nadie. La banda más fuerte es la que impone las condiciones, de ahí el hasta hace poco impensable fenómeno de que mexicanos busquen seguridad en Guatemala que ya puso en marcha un programa humanitario para proteger a los mexicanos que tienen que poner tierra de por medio para salvar el pellejo.

Las malas noticias caen en cascada. Hace un par de días cientos de familias indígenas tzotziles, que habitan en las comunidades de El Carmen y La Esperanza, amabas del municipio de Chenalhó, abandonaron sus viviendas y pertenencias ante el asedio de hombres del grupo armado Los Herrera que accionaron sus armas para intimidar a la gente. Los despachos informativos dicen que son más 800 personas sobre todo mujeres, ancianos y niños ancianos los que huyeron a la zona montañosa y lugares aledaños. Algunas crónicas describen que los agresores llevan el rostro cubierto con vestimenta de calaveras con la intención de que la población de apanique.

Desplazados por violencia en Chiapas

Cuartoscuro

Se dice allá que Austreberto Herrera un violento delincuente local formó una pandilla en Pantelhó y sus alrededores y mantenía a raya a las comunidades., Austreberto cayó preso, pero sus hijos, Rubén y Dayli, tomaron el control del grupo criminal sin contenerse incluso para eliminar consanguíneos. En contra de este grupo tomó las armas un grupo de auto defensas denominado El Machete. Las versiones afirman que este grupo ya se asoció con otras bandas se puede considerar otro grupo delincuencial. El resultado es que la gente abandona sus comunidades y se van con lo que tienen a acampar en las montañas. En cualquier momento se puede registrar otra matanza.

Lo que más desconcierta es el desempeño del gobierno estatal que desde hace años se lavó las manos y se limitó a pedir a Palacio Nacional más fuerzas federales que, sobra decirlo, tampoco han podido sacar las castañas del fuego.

Glifos

La captura del Mayo Zambada es la noticia más importante en materia de seguridad desde la caída del Chapo Guzmán y su extradición a EU. Es, incluso, más importante porque el Mayo estaba un escalón arriba en la jerarquía del grupo criminal de Sinaloa.

Es más importante también porque la captura del Mayo confronta de manera directa a los gobiernos de México y los Estados Unidos y ha provocado ya una crisis diplomática que puede desbordarse. Hay dos cosas relevantes. El gobierno mexicano se enteró del operativo por la prensa y si se comprueba que agentes americanos operaron la captura en territorio mexicano se tratará de un acto hostil que requiere, en consecuencia, una acción enérgica.