Opinión

Chilpancingo, cabeza parlante

El secuestro, asesinato y decapitación de Alejandro Arcos Catalán, alcalde de Chilpancingo, es en apariencia una información de nota roja. No lo es. Es una información política porque trata de la lucha por el poder en la ciudad capital de una entidad federativa. Se trata de dilucidar, en última instancia, quién manda en esa plaza. Pero no solo es eso, es también un desafío abierto a los integrantes del Gabinete de Seguridad del nuevo gobierno federal.

El presidente municipal Alejandro Arcos Catalán fue asesinado y  decapitado

Cuartoscuro

Se trató de una puesta en escena. Un acto de terror bien calculado. El alcalde tenía muy pocos días de haber tomado posesión del cargo, pero en ese breve lapso ya le habían matado a dos colaboradores cercanos, uno de ellos que se perfilaba para ser jefe de la policía local. La banda criminal que lo mató quería otro jefe de la policía y otro acalde. También es un golpe fuerte a la democracia

Si hay la intención de hacer una investigación seria, la policía municipal tiene que ser intervenida de inmediato. Ahí mismo en Guerrero, en ciudades cercanas a Chilpancingo, como Iguala y Taxco, quedó al descubierto que la policía municipal era en realidad la banda criminal dominante. La policía municipal no es parte de la solución es parte central del problema y por eso entre otras razones es que es necesario un cuerpo como la Guardia Nacional que puede intervenir cuando hay un vacío grave en la seguridad como es el caso de Chilpancingo.

El PRD, partido de origen del alcalde sacrificado, es un zombi político que perdió el registro nacional y no tiene, por lo mismo, capacidad para presionar. El gobierno del estado de Guerrero, como todo mundo sabe, tiene un machote para casos de alto impacto en el que se compromete a hacer una investigación expedita, dar con los culpables y evitar la impunidad. Nunca lo hace, pero el machote ahí está para cuando se necesite. De hecho, en Chilpancingo se exige ya la salida de la gobernadora que fue rebasada hace mucho. De modo que la responsabilidad del esclarecimiento del asesinato recae en las autoridades federales que están cumpliendo hoy martes ocho días de haber tomado sus cargos. De la manera en que manejen este caso dependerá en buena medida la confianza de la gente en que habrá un cambio significativo en la seguridad.

Claro que no se les achaca a las nuevas autoridades el agudo deterioro de la seguridad en el estado que tiene instituciones endebles, fachadas sin nada dentro, pero sí es su responsabilidad hacer la indagatoria, dar con los culpables, y llevarlos ante un juez. La banda criminal detrás de este caso tiene la incomprensible confianza de que puede cometer un crimen diabólico y salirse con una suya, como si las autoridades estuvieran pintadas, pero es imposible secuestrar a un alcalde en funciones sin dejar un rastro. Lo que se requiere es voluntad política para seguir el rastro hasta sus últimas consecuencias. Los criminales ya mandaron su mensaje, toca el turno a las autoridades de mandar el suyo. Cero impunidad han dicho una y otra vez, es momento de llevarlo a la práctica.

Glifos

Esta mañana se presenta en Palacio Nacional la estrategia general de seguridad para el sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum. Los integrantes del Gabinete de Seguridad estarán en Palacio Nacional para tratar el tema. Omar García Harfuch ya mencionó los ejes principales de la estrategia: Atención a las causas, Consolidación de la Guardia Nacional. Fortalecimiento de las capacidades de investigación e inteligencia del Estado mexicano y y coordinación absoluta al interior del Gabinete de Seguridad y coordinación estrecha con las 32 entidades federativas. Apenas se presenta la estrategia y ya hay la demanda colectiva de resultados. Esto no tiene treguas ni pausas.

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